jueves, agosto 31

Quien no se acepte perdido, que no escriba. No puede escribir quien tiene todas las respuestas, pues escribir es preguntar. Quien pretende saber, y escribe, no sólo se pierde a él mismo, sino que pierde también a quien lo lee. Es como aquel hombre que, creyendo conocer su espacio, instruye al forastero en un camino que nunca ha recorrido, pero que presume conocer.

La escritura es la más sencilla de las tareas, pues se llega a ella desnudo y con las manos vacías. Aunque tal vez lo más difícil es eso mismo, presentarse en blanco ante el lenguaje y preguntarle. No querer llenar la página en blanco, sino ser la página en blanco. Ser escrito. Andar por el lenguaje sin santo ni seña.

Sentarse, calladamente, a escuchar.

jueves, agosto 17

Después de enterarnos de la sobrevivencia de los pescadores de Nayarit -quienes duraron nueve meses a la deriva en el océano pacífico, para después ser hallados cerca de Australia- debemos de renunciar a cualquier preocupación por el presente y futuro de nuestro país. Pertenecemos, sin duda, a una de las razas más adaptables y resistentes del planeta. Si sobrevivimos setenta años al PRI, ¿cómo no vamos a sobrevivir nueve meses en el océano? ¿o los problemas postelectorales?

Venga lo que venga, desgraciada o afortunadamente, la raza cósmica está lista.

martes, agosto 8

TELECCIONES


El conflicto electoral que experimenta México es consecuencia de las telecciones. Es posible que haya existido un fraude electoral, sí, pero creo que algunas de las irregularidades en el conteo electoral se debió a la urgencia del PREP por generar la información necesaria a los medios que transmitían las elecciones en tiempo real. La prisa por rendir cuentas a los noticieros que transmitían su "Telectón" provocó en parte los errores en los cálcuos.

Dice Paul Virilio que "La democracia es la espera de una decisón tomada colectivamente. La democracia viva, la democracia automática, elimina esta reflexión en beneficio de un reflejo." Y es precisamente el reflejo el que estuvimos exprimentando durante los meses de Mitofsky, o el día del PREP. La exigencia del tiempo real exigía que se eliminara la espera que hace posible que exista la democracia en pos de un resultado inmediato. Ahora, el proceso natural de la elección ha tomado su curso a pesar de nuestra impaciencia, y se ha vuelto más largo de lo esperado. Ahora, debemos esperar. El tribunal electoral, aunque presionado por los medios, toma su tiempo necesario para deliberar. Cabe sólo aguardar a que el hambre informativa no sabotee de nuevo el curso normal del proceso y continuemos viviendo un proceso electoral interminable, que se alarga por querer ser inmediato.