miércoles, julio 16

Limpieza

Pareciera que la naturaleza entiende que esta ciudad debe ser destruida. Es de madrugada y observo desde mi ventana un fuego en forma de un gran círculo que arde en el cerro de enfrente. Dudo. Tal vez sea tiempo de tomar el teléfono y pedir ayuda. Probablemente quienes habitan cerca de ese fuego no tienen la costumbre de estar despiertos a esta hora. Pero el fuego arde mucho. Arde bien. Tal vez llamar sea sensato. Incluso humano. Pero cada vez que salgo de esta casa y transito la ciudad, compruebo que lo humano no es algo de laudar. Lo humano, en esta ciudad, es vergonzoso.

Por eso no haré nada humano. Lo humano, aquí, debe desaparecer.