Sobre las novedades
Escribe Novalis:
"De las ideas nos interesa, o bien su contenido, su nueva función verdadera e impresionante, o bien su origen, su historia, sus relaciones, su variado significado, sus aplicaciones diferentes, su utilidad, sus distintas formaciones. De este modo puede desarrollarse en forma muy interesante una idea trivial. Una tal empresa puede resultar apasionante, aunque el resultado sea pobre: es el método, el curso, el proceso, lo interesante y agradable. Cuanto más maduros estemos, tanto más interés tendremos en especulaciones de esta especie. Lo nuevo, entonces, interesa menos, ya que se advierte que, para este fin, sirve lo mismo una vieja idea. En resumen; perdemos el gusto por las novedades en la medida que se desarrolla en nosotros el amor a lo infinito del detalle"
Creí encontrar en este fragmento un argumento que apoyara mi renuencia a devorar novedades cuando existe para mí una fila enorme de mejores lecturas en las publicaciones de hace décadas, incluso siglos. Creo que, más que la atención al detalle, esto se debe a una capacidad de profundizar. En las novedades -sin generalizar, pero sí aludiendo a la mayoría-, es difícil encontrar algo más allá del contenido mismo del texto. What you read is what you get. Sea la forma, la historia o el guiño chic del momento, es raro hallar una escritura construida por diversos estratos, en la que se pueda excavar hasta hondas regiones de la realidad.
No sé si sea madurez o mero rechazo a ver la programación televisiva reproducida en los textos, pero por el momento sigo en espera de que surja alguna novedad que sea lo suficientemente compleja para desviar mi atención de esos difuntos que descubro y redescubro, disfruto y redisfruto con cada lectura.