Incongruencias del conductismo
Si la nueva madre es la televisión, el nuevo maestro también debe serlo. Así como un pato sigue al primer objeto que ve al nacer, también lo hace el niño. Es antinatural para el infante del siglo XXI escuchar a un humano real del que espera entretenimiento, cuando los humanos con los que se ha relacionado desde bebé y con los que pasa la mayor parte del tiempo son tan sólo imágenes en la televisión, o textos en internet.
La dificultad actual con los alumnos se debe a que están siendo obligados a poner atención a un medio que ya pasó de moda: el ser humano. Basta poner una película en un salón de clase para comprobarlo. No hace falta ni siquiera que el maestro los supervise mientras la observan; incluso pueden renunciar a su receso para no perdérsela.
Puede parecer que el inminente reemplazo del maestro por un aparato electrónico tendrá consecuencias en la manera en que los alumnos, en su vida adulta, se relacionarán en su ambiente laboral. Nada más absurdo. Dependiendo de su jerarquía en el organigrama de la empresa, éstos trabajarán ya sea para una máquina de producción o para una computadora.