domingo, noviembre 21

Self checkout

Entré al supermercado Albertson´s. A mi derecha una computadora lista para ser usada. Un asiento. La invitación a aplicar ahí mismo para un trabajo en esa tienda. Yo, que acababa de pasar seis horas en internet, podía -si es que lo deseaba- solicitar empleo sin hablar con nadie. Continuar con mi soledad.

Caminé por los pasillos de la tienda. Coloqué en mi canasta los pocos víveres que necesitaba. Diez minutos y estaba en una "self check out". Coloqué mis artículos sobre la banda. Los pasé uno a uno por el lector de códigos de barra. El total salió en la pantalla. Introduje un par de billetes y recibí mi cambio. Las bolsas de plástico estaban también a mi disposición. Coloqué los productos en ellas y listo. Sin haber tenido que hablar con alguien, regresé a mi casa. Sin la necesidad de ese molesto "contacto humano".

Las sociedades de control estadounidenses funcionan a la perfección. Un sistema de cobro de ese tipo jamás funcionaría en México. Y no es que sea presumible la delincuencia en este país. Sin embargo, la coerción social aún se encuentra fuera de los individuos. Aún existe la capacidad de obrar acorde a nuestros propios vicios. Pero en el vecino país los individuos llevan ya dentro los controles bajo los cuales deben comportarse; basta escucharlos para identificar los cientos de frases hechas que intercambian y repiten en las situaciones pertinentes.

Tuve una sensación muy extraña cuando abandoné el supermercado. Pensé en los miles de personas que tan sólo abandonan su casa por las noches para platicar unos minutos con el cajero del supermercado. Eran ellos los que hacían fila en las cajas registradoras regulares. Pero luego están los otros, quienes requerían sentirse obligados a contactar con alguien y, ante la facilidad de ser ellos sus propios cajeros, evitaron a toda costa la angustia del contacto. Si hay cajero automático, para qué acercarse a uno real que tal vez sea patético.

La causa de instalar este tipo de aparatos en las tiendas de autoservicio (que, desde que se generaron también se rompieron la relación especial con el dependiente del lugar) es, obviamente, económico. A largo plazo, el ahorro en sueldos, pagos por enfermedad, juicios legales, en fin, el ahorro en todo lo que se pensó cuando inició el desplazamiento del hombre por la máquina, está tras todo ello. No son para "satisfacer" al cliente. Pero, cuando se ha logrado ese tipo de "autocontrol" social, es posible moldear al ciudadano para que sea cada vez más "autosuficiente" y no requiera de molestos seres humanos, cuya función nunca ha sido la de servirlo, sino la de controlarlo. Ya no es necesario. Ya es todo un Do-it-yourself citizen .

Y en ese precindir de contacto humano, el individuo se empobrece. La alienación produce consumidores ideales y, sobre todo, empleados cuya prioridad es su trabajo. No necesitan de una pareja que los limite o amigos que los saboteen con fiestas, reuniones o pláticas por la madrugada.

En una encuesta elaborada en México hace un par de semanas, los mexicanos respondieron que en una escala del 1 al 5, el número 1 era su familia y el 2 su trabajo; mientras que, respondiendo a lo que más les disgustaba, las respuestas apuntaban a su sueldo y su trabajo. Detestar un trabajo no es una virtud, sin embargo, la encuesta denota que aún no hemos sido tragados por el engranaje global de convertirnos tan sólo partes de una gran máquina productora de capital. Aún, en medio de la pobreza y los video escándalos, conservamos una parte viva.

Me prometí no volver a utilizar esas máquinas en ese lugar o en cualquier otro de los muchos en los que ya están instaladas. Realizar nuestras actividades en persona en vez de utilizar una máquina tal vez resulta absurdo cuando esto implica "gastar" nuestro valioso tiempo. Es necesario elegir: o se economizan tiempos y movimientos eliminando poco a poco lo que nos hace humanos o perdemos el tiempo en boberías como hablar con alguien, escucharlo; en interesarme realmente en otro distinto a mi mismo.

viernes, noviembre 19

Una obra literaria nunca es una totalidad; es tan sólo un registro críptico de una serie de referentes. Apuntes.

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Eres la voz, el cuerpo, la mente que utilizan las máquinas para comunicarse. Eres input.

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Nacemos no-siendo. Somos en la medida en que creamos.

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Antes de tener contacto con un libro, lo tuve con la televisión. Después aprendí a leer, y me enseñaron que los libros se leen de uno en uno; esa disciplina me resultó antinatural. Acostumbrada a cambiar de canal cada quince segundos, un libro a la vez era una práctica aberrante. Debido a eso, desarrollé una conducta compensatoria: al leer, coloco en la mesita de junto unos cuatro o cinco libros y voy intercalando su lectura, como el más impaciente couch potato que no deja en paz el control de la televisión.

miércoles, noviembre 17

Un hombre de convicciones

No esquizofrénica, esquizoide. Una nación con una personalidad dividida, en la que el Yo interno es la que se profesa en privado y el externo en los medios. Estados Unidos siempre había proyectado un Yo socialmente adaptado, entiendiendo como sociedad al bloque de paises de primer mundo. Entre esa gente "nice" de Finlandeses, Franceses e Italianos, E.U. fingía que estaba de acuerdo con dejar a su hija de quince años dormir con su novio en la recámara de a lado (y daba un trago amargo a su cafecito espresso). La comunidad internacional lo creyó, y los incluyeron como invitados en sus reuniones semanales para tomar el cafecito.

En la televisión y el cine, todas las historias confirmaban esto. Pero si estas historias funcionaban (y lo siguen haciendo) es porque reflejaban los deseos secretos de quienes en la práctica no lo realizaban. La pornografía es exitosa no en las sociedades hiperliberales, sino en las reprimidas. Si una sociedad es una orgía constante -como pretende ser percibido E.U.- no hay necesidad de ir a verlo al cine. Drogadicción, pornografía y violencia, son los escapes de quienes viven bajo un exceso de control.

Y llegó Bush.

Efectivamente, el pueblo tiene el gobierno que merece. Bush es el presidente más coherente en la historia reciente de los E.U. El más sincero. Cuando dice que Dios le habla, no sólo habla él, sino sesenta millones de estadounidenses. Es un hombre valiente que no ha tenido miedo de enfrentarse a la comunidad occidental para hacerles ver que E.U. tiene más en común con las ideas fundamentalistas que con las liberales. Que gusta vivir sus "valores" y su "religión".Que se identifica más Bin Laden que con Horst Kholer de Alemania, Silvio Berlusconi de Italia o Zapatero de España.

Eres contra quien te peleas.

El problema es que el Yo social (el que es simulado por el resto de los estadounidenses) aún sigue funcionando de la misma manera. Los medios continúan con su actuación, perseverando en una postura que es cada vez más absurda. En la negación de su Yo interno ultraderechista -ese que es innegable incluso en los mas enardecidos intelectuales de "izquierda" norteamericanos- la población de ese país repudiaba a su presidente, culpándolo de eso que (secretamente) todos querían hacer: kill the %$$#"& arabs and bring home their oil! Pero, por eso mismo, lo reeligió.

Bush es de admirarse: hay que ser un hombre de agallas para aceptarte como el racista, ávaro y asesino que eres (digno representante de tus gobernados) y hacer y decir lo que verdadermanete deseas, sin importarte que, tarde o temprano, el mundo te asesine y destruya a tu país.

domingo, noviembre 14

Los procesos de producción de la miseria

En un barranco en el que se encuentran hacinadas cientos de chozas, un niño desnudo de cuatro años juega en el lodo con una lata de coca-cola; junto a él está su madre, quien sobre una fogata improvisada fuera de la choza, hace la comida vaciando unas tortillas en una olla con agua caliente. Clic.

Premio Nacional de Fotografía.

“For it has suceded in transforming even abject poverty –by apprehending it in a fashonably perfected manner– into an object of enjoyment.”
Walter Benjamín

Como aventurado cazador o curioso extranjero, el fotógrafo busca las imágenes más lastimeras, más desgarrantes, más sórdidas. Se adentra en las colonias miserables para buscar la fotografía perfecta y, por supuesto, dar a conocer a otros lo que ahí sucede. Su escudo es la denuncia. Nadie criticará a ese excelente fotógrafo que incluso arriesga su vida para captar las más nauseabundas fotos de los muertos en Irak; y lo hace, obviamente "para que el mundo se entere de lo que está sucediendo ahí."

Estoy en mi casa tratando de hacer un poco de comer para mi hijo y mi esposo que llegará en unas horas. No tuve dinero más que para comprar un paquete de tortillas. Hace rato puse la lumbre. Mi hijo de cuatro años juega a mi lado. Un hombre alto de mochila y pantalón de mezclilla está parado a unos metros de mí. Tiene en sus manos una cámara fotográfica enorme. Ya los conozco. Vienen de vez en cuando según esto que para dar a conocer a la gente la miseria en la que vivimos. La gente ve la foto en el periódico mientras toma el cafecito. O si la ponen en un libro, la ven y la comentan y la analizan. Y escriben cosas “interesantes” acerca de ella. El libro se vende bien. Luego pasa de moda, y regresan a tomar más fotos para una revista, el periódico u otro libro. Y regresan porque saben que aquí no pasa nada, que me van a encontrar en veinte años aquí mismo, ya sin mi hijo, vieja y haciendo sopa con tortillas; lista para la foto de denuncia.

Hemos sido engañados o nos encanta. No importa. El programa “Al rojo vivo” de Telemundo o el realismo sucio. Los documentales de PBS o Adbusters; sea con fines comerciales o “subversivos” todos traficamos con lo mismo: la miseria humana.

Si necesitas comprar fotos de indigentes, es muy fácil solo teclea http://hazel.forest.net/skjold/photo_pages/homeless.htm, elige la que deseas y paga cien dólares o más, según el uso que quieras darle.

En un intento por validar las imágenes reales -que hablan por sí solas- las captamos a través del lente o el teclado. Ahora sí, el mundo se dará cuenta de lo terrible que es. No basta el sufrimiento de la madre que ve a su hijo sin piernas por causa de una mina. Es preciso fotografiarla o videograbarla, para que “vean”, para que valga la pena. Y los que ven estas reproducciones de la realidad se acongojan más cuando la mesera olvida ponerle queso a su hamburguesa.

Evidenciar la miseria humana como pieza artística o como espectáculo, sin importar la finalidad de esto, es aún mas inhumano que las acciones sociales, económicas o bélicas por las que estos individuos han llegado hasta ahí. La invasión de los espacios es siempre la queja principal de los discursos anti-imperialistas; pero quienes pronuncian estos discursos son los mismos que invaden los espacios de los dolientes para reproducirlos.

Así que, ya sea Telemundo o Baudrillard, quien utiliza la pobreza o cualquier miseria humana como materia prima, se ha incluido como instrumento de producción capitalista para generarla. Las maquiladoras necesitan de la miseria para tener a su disposición mano de obra barata; el artista necesita de la miseria para armar su exposición.

viernes, noviembre 12

Replicante

Ahora sí, verificado, Replicante ya está a la venta en el Sanborn's de Tijuana (y en los de todo el país). Una revista que sin duda dará un buen golpe a las revistas "Literarias" nacionales.

Por ahí anda una colaboración mía y la de varios tijuanenses.

Pronto la presentarán en la ciudad.




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Sin palabras

El desempeño de Fox como presidente me parece excelente: ha sido un gran amigo de los Estados Unidos y del presidente Bush.

Collin Powell

lunes, noviembre 8

ELT
Enfermedades Lingüísticamente Transmitidas


Tápate los oídos, puedes contagiarte. Incluso no leas este texto, las enfermedades podrían estar en las palabras.

Las enfermedades están en las palabras.

Habitando en una era en la que el contacto con la información supera el contacto humano, las enfermedades se han adaptado; ahora se contraen a través del lenguaje.

Si anteriormente el paciente iba al doctor con síntomas físicos palpables, ahora el paciente va al doctor porque ha leído en internet o visto en televisión algunos síntomas de una enfermedad muy peligrosa que concuerdan peligrosamente con lo que padece. Y si se trata de enfermedades mentales, los casos se elevan.

¿No te has fijado si tienes un gusto secreto a la posibilidad de que alguno de tus miembros sea amputado? ¿Has mirado con cierta envidia a quien carece de una mano o una pierna? ¿Te golpeas con frecuencia o colocas ropa ajustada para cortar la irrigación de tu cuerpo?

Si contestaste sí a alguna de esas preguntas, sin duda padeces de apotemnofilia.

Y no estás solo.

Existe una lista en internet con 1,400 suscriptores.

Si las enfermedades son el nombre que se le da a un conjunto de síntomas, es posible elaborar mezclas personales de síntomas para crear enfermedades. Una vez nombradas, el terreno está listo para padecerlas.

Creada la enfermedad, también es posible crear una epidemia. Una epidemia es, antes que todo, una palabra. La narrativa de una epidemia dicta su curso. El número de casos de influenza crece año a año, y el contagio se realiza...a través de la televisión. Las personas, aconsejadas por los medios, acuden a los centros de salud a recibir una vacuna elaborada con virus que, debido a la manipulación que se hace de ellos, mutan de año a año, creando la necesidad de una nueva vacuna. El remedio es la enfermedad.

El problema es que la medicina no está aún tan avanzada para atender a todas las enfermedades que está causando la información. Enfermedades que no son solamente de tipo mental, sino que han sido somatizadas y que, por lo ende, requieren de un tratamiento.

Las epidemias verbales o escritas pueden ser controladas a través de remedios lingüísticos; sin embargo, cuando lo semántico lleva a lo somático, se tiene una población que requiere mayor atención que la que dan las palabras.

Cuidado con el sexo telefónico, o por internet: podrías adquirir una enfermedad venérea.

Estas enfermedades tiene su origen en la ciberenfermedades que contagian a las computadoras únicamente a través información. Nosotros, cada vez más relacionados con la máquina que con nuestro vecino, estamos desarrollando la capacidad de contagiarnos de la misma manera. Y así como los hackers colocan "vacunas" a las computadoras para deshacerse del "virus", es posible que la medicina no tarde en desarrollar instrumentos de este tipo.

Iniciaría sin duda con una especialidad para los médicos: Patología Narrativa.

Mientras tanto, debemos prevenir cualquier contagio, evitando lo más posible el contacto con información infectada.

Salud!
Salud!

Saaaaaalud!

Deberías ir al médico.

martes, noviembre 2

GUIA UTIL PARA EVITAR ENCUENTROS CERCANOS CON CUALQUIER TIPO

No pierdas tu tiempo cuando trates con un escritor. Tan pronto lo conozcas, pregúntale qué tipo de textos escribe. Si es poeta, huye. Ni siquiera te despidas. Los poetas se extinguieron hace más de cien años. Hoy, la palabra poeta es utilizada para nombrar a un neurótico cuya principal característica es la agrafia.

Si escribe narrativa, puedes quedarte; sin embargo, debes hacer una segunda pregunta, ¿escribe cuento o novela? La decisión es tuya, y va a depender de lo que buscas. Aquí va la experiencia de un cuentista.


"Siempre me he concebido como un cuentista. Me parece que los cuentos son como una aventura amorosa intensa y apasionada, mientras que la novela es un largo y difícil matrimonio."
Dan Chaon

De modo que si andas en busca de alguien que no se compromete, un cuentista es tu respuesta.

Para relaciones duraderas, un novelista. Pero que no sea experimental. Esas novelas "de hoy" no llegan ni a las ochenta páginas.

Nota: ya entrados en pláticas, pregúntale cuánto tiempo lleva escribiendo su última novela. Un rango de uno a cuatro años es saludable. Más de cinco, peligroso. De siete en adelante, huye. No es novelista. Es poeta.