lunes, noviembre 8

ELT
Enfermedades Lingüísticamente Transmitidas


Tápate los oídos, puedes contagiarte. Incluso no leas este texto, las enfermedades podrían estar en las palabras.

Las enfermedades están en las palabras.

Habitando en una era en la que el contacto con la información supera el contacto humano, las enfermedades se han adaptado; ahora se contraen a través del lenguaje.

Si anteriormente el paciente iba al doctor con síntomas físicos palpables, ahora el paciente va al doctor porque ha leído en internet o visto en televisión algunos síntomas de una enfermedad muy peligrosa que concuerdan peligrosamente con lo que padece. Y si se trata de enfermedades mentales, los casos se elevan.

¿No te has fijado si tienes un gusto secreto a la posibilidad de que alguno de tus miembros sea amputado? ¿Has mirado con cierta envidia a quien carece de una mano o una pierna? ¿Te golpeas con frecuencia o colocas ropa ajustada para cortar la irrigación de tu cuerpo?

Si contestaste sí a alguna de esas preguntas, sin duda padeces de apotemnofilia.

Y no estás solo.

Existe una lista en internet con 1,400 suscriptores.

Si las enfermedades son el nombre que se le da a un conjunto de síntomas, es posible elaborar mezclas personales de síntomas para crear enfermedades. Una vez nombradas, el terreno está listo para padecerlas.

Creada la enfermedad, también es posible crear una epidemia. Una epidemia es, antes que todo, una palabra. La narrativa de una epidemia dicta su curso. El número de casos de influenza crece año a año, y el contagio se realiza...a través de la televisión. Las personas, aconsejadas por los medios, acuden a los centros de salud a recibir una vacuna elaborada con virus que, debido a la manipulación que se hace de ellos, mutan de año a año, creando la necesidad de una nueva vacuna. El remedio es la enfermedad.

El problema es que la medicina no está aún tan avanzada para atender a todas las enfermedades que está causando la información. Enfermedades que no son solamente de tipo mental, sino que han sido somatizadas y que, por lo ende, requieren de un tratamiento.

Las epidemias verbales o escritas pueden ser controladas a través de remedios lingüísticos; sin embargo, cuando lo semántico lleva a lo somático, se tiene una población que requiere mayor atención que la que dan las palabras.

Cuidado con el sexo telefónico, o por internet: podrías adquirir una enfermedad venérea.

Estas enfermedades tiene su origen en la ciberenfermedades que contagian a las computadoras únicamente a través información. Nosotros, cada vez más relacionados con la máquina que con nuestro vecino, estamos desarrollando la capacidad de contagiarnos de la misma manera. Y así como los hackers colocan "vacunas" a las computadoras para deshacerse del "virus", es posible que la medicina no tarde en desarrollar instrumentos de este tipo.

Iniciaría sin duda con una especialidad para los médicos: Patología Narrativa.

Mientras tanto, debemos prevenir cualquier contagio, evitando lo más posible el contacto con información infectada.

Salud!
Salud!

Saaaaaalud!

Deberías ir al médico.