Como, luego existo
Las Biggie fries extrañamente, están teniendo consecuencias. Es algo realmente inexplicable. Parecido un poco al 11 de septiembre ¿Por qué habrían de asesinar norteamericanos los árabes? ¿Por qué más de la mitad de la población infantil en Estados Unidos tiene sobrepeso?
La solución a estos problemas, obviamente, debe ser cartesiana.
Todo se resuelve eliminando un número elevado de Afghanos o Iraquíes, o un número elevado de calorías en el Lunch de los niños. No importa que, mientras se asesinan unos cuantos “terroristas”, los norteamericanos no modifiquen en lo más mínimo su política internacional, creando el mayor número de enemigos en el planeta que jamás hayan tenido. No importa que, mientras en la escuela les dan fruta, papitas low fat y jugos light, lleguen a su casa cuando sus padres están trabajando y se alimenten de cualquier tv dinner, galón de nieve, barra de chocolate o bote de frituras, mientras permanecen sentados viendo la tele, chateando, o jugando nintendo.
Hay que dar cuentas. Las bajas de los soldados enemigos, las ciudades tomadas o el porcentaje de grasa en el cuerpo de infante, escrita en su boleta de calificaciones (lo cual ya sucede en varias escuelas norteamericanas). Exponer el ridículo, llevarlo al absurdo. Complicar un problema para no modificar los patrones de comportamiento que dan lugar a consecuencias de esa magnitud.
El nivel de rendimiento escolar desciende cada año en las escuelas norteamericanas, a medida que el porcentaje de grasa corporal aumenta ¡Hello! ¿No dice eso algo acerca de “el total” de la población?
Materia > Pensamiento.
Criticar es sencillo. En México estamos invadidos por su comida chatarra, por nuestra propia comida chatarra. El horario de comida se convierte cada vez más en un lunchtime en el que se consume lo que haya cerca del lugar de trabajo. Así que ahora que estamos viendo las barrigas de nuestros vecinos por reventar, debemos poner las nuestras a adelgazar. Aunque en México tenemos un método sencillo: sólo necesitamos que haya cambio de sexenio para apretarle al cinturón.