viernes, agosto 13

Daños colaterales del Best-Seller

No hay ejercicio más deleitoso que husmear en el éxito de los demás para demostrar por qué razones han obtenido tan inmerecidos logros. La envidia, fuente de la vida.

Los objetivos personales son tan distintos como los pensamientos, y juzgar la obra del otro con base en criterios propios o tradicionales es el estamento de la Inquisición. Creo vivir en el siglo XXI.

Héctor Abad Faciolince, ganador del "Premio de Narrativa Innovadora" convocado por la Casa de América y la editorial Lengua de Trapo en España, ha publicado en www.elmalpensante.com un sesudo análisis de la obra de Paulo Coelho. El problema es que intenta aplicar a éste los criterios necesarios para juzgar la obra de Pavic.

“Traducido a 56 idiomas, publicado en 150 países, con más de 54 millones de libros vendidos, a Paulo Coelho hay que reconocerle al menos una virtud: es una mina de oro para sí mismo y para las editoriales. Pero también existen muchísimos libros tan malos como los de Coelho que no tienen ningún éxito y, al contrario, hay unos cuantos libros excelentes y literariamente impecables que se venden por millones.”

“...hay que reconocerle al menos una virtud: es una mina de oro para sí mismo y para las editoriales.” Posiblemente éste no sea el objetivo de Abad al construir su obra, posiblemente sí y no lo ha conseguido pero, ¿cómo sabe él que no es el de Coelho? No sólo La Literatura tiene cabida en el mundo impreso. Todo lo que sea objeto de interés del público estará ahí. A nadie debe de “protegérsele” de la “mala” literatura. Cada persona es responsable de lo que lee.

“Me he impuesto el ejercicio de leerlos para tratar de descubrir en qué estrategias temáticas y narrativas podría residir su extraordinario éxito editorial.” Por supuesto, las técnicas “descubiertas” por Abad son detestables: “Sus técnicas para ir tejiendo la trama son tan elementales que me recordaron de inmediato el estudio clásico sobre las formas canónicas del cuento infantil”.

Esos horrorosos cuentos infantiles que generan millones de dólares. (No mencionemos aquí a J.K. Rowling, autora de Harry Potter, quien pasó de madre soltera anónima a fenómeno global). Pareciera que para el autor, solamente el camino que él ha elegido es el legítimo. Los demás son ursupadores. Deben ser derrocados.

“No voy a decir que Coelho leyó a Propp, estudió cuáles son las
"funciones" más elementales del relato tradicional descubiertas por el ruso, y con esta receta se dedicó a escribir el oro en polvo de sus novelas. Eso sería muy sofisticado.” Que quiere decir: eso solamente podría hacerlo alguien tan genial como yo. Maldito pelele millonario.

“El rico y soltero que en la última página se aparece con un ramo de
rosas y se lleva a la muchacha a conocer París es una situación tan
perfectamente cursi que, por kitsch, creo que ni Corín Tellado se atrevería a ponerla en una fotonovela. Me parece ver la escena: el multimillonario que ha vendido 54 millones de ejemplares con tantas revelaciones de su estro poético, le muestra a una muchacha el objeto mágico (y fálico) con que la va a conquistar.” Ah, al fin muestra los motivos ocultos de su envidia.Gracias Freud.Tanta graforrea para caer en motivaciones tan básicas.

El autor de la crítica demuestra con el comentario anterior lo ocioso de aplicar criterios “específicos” y elitistas. Una obra funciona o no. Un varón, independientemente de si es académico, aguador, gerente, erudito, cantinero o escritor, puede optar por una de dos opciones. Envidiar el poder (falo diría Freud) de otro varón. O no.