Los libros, esos cadáveres
La escritura es como el arma que nunca he conocido: de dos filos. Aleja del mundo tanto como acerca. Permite encontrar en la misma medida que logra perder. Angustia y satisface. Promete guirnaldas y cercena la capacidad de contemplarlas. La escritura no puede garantizar mayor satisfacción que la que se tiene al momento de realizarla; porque es una acción en presente, porque no hay un antes ni un después que pueda también llamarse escribir.
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Sabiduría de TV azteca:
“Querer vivir en el pasado es como intentar el conducir un auto mirando exclusivamente por el espejo retrovisor.”
“Querer vivir en el pasado es como intentar el conducir un auto mirando exclusivamente por el espejo retrovisor.”
Not bad.
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Hay sitios que se sostienen únicamente a base de huecos.