Este mensaje va dirigido a quien sacrifica su vida por los demás. A los trabajadores responsables, a las esposas abnegadas, a los amigos incondicionales, a las madres modelo. Al estudiante ejemplar, al empleado del mes, al vendedor estrella. Al lameculos, al acomedido, al que sufre como si la desgracia fuera propia. A los genios desconocidos, a los talentos no descubiertos, a los que a diario se parten el lomo para que otro sea feliz:
Han abierto un nuevo local sobre el boulevard Agua Caliente. Se llama BB y tiene ofertas por inaguración. Los hacen sobre pedido. Tienen textos prefabricados o, si se prefiere y la circunstancia lo amerita, brindan la posibilidad de elaborar el propio. Venden reconocimientos, del tamaño y precio que se requiera para satisfacer esa apremiante necesidad de la pirámide de Maslow.