martes, febrero 10

NEXT EL


El siguiente humano es el ser-espectáculo. Nada tiene de interesante un hombre cuando es inferior a una televisión o a un DVD/MP3 player. En la necesidad de competir en atención con estos aparatos, nos hemos ataviado de accesorios electrónicos para ser más como ellos, para que el otro me quiera por mis minicomponentes.
El pretexto de la telefonía móvil disfraza hábilmente esta necesidad. Aparentemente es vital, sobre todo si “el trabajo requiere”, mantenerse en contacto. Un teléfono público o de casa es suficiente. Bien sabemos que sobrevivimos muchos años sin un celular. El hecho es que, el llenarnos de, primero beeper, luego celular y ahora radio, no es más que un intento de ser tan amados como el gobernador de california: mitad robot, mitad humano; y realizar su misma función: entretener.

Un beeper era atractivo hasta que un teléfono móvil lo sustituyó. Ahora no sólo “sonaba” (como el beeper), ahora había que contestarlo. Y no sólo “contestarlo” sino armar un show al hacerlo: pararse, salir, retirarse, hablar en voz alta fingiendo que no se escucha, tomarlo como tema de conversación, mostrar su estructura y su nuevo tamaño supositorio.

Sin embargo, los monólogos entretienen solamente un tiempo. Es más atractivo un diálogo.

–¿Qué? Escucho una necesidad! Dice mi amiga Mercadotecnia.

Y llega, flamante y a muy bajo precio, ofreciendo el paraíso (llamadas sin límite de nada) (con tu élite grabada en memoria, por supuesto) el Nextel.

El espectáculo está completo. Nadie se cohibe de utilizar la bocina de altavoz en su radio, para que todos escuchen de las maravillas que platica, de su Big Brother en vivo y justo a un lado en el supermercado. Máquinas de espectáculo. Competencia para la televisión o el cine ¿Veo la película o salgo a la calle a ver Nexteles conectados a humanos?
Hombre-máquina-espectáculo en la construcción del Next El. Aunque sería preferible que el siguiente hiciera la competencia a las pantallas gigantes ubicadas en la ciudad, y portara, junto a su teléfono móvil, una pantalla visible del Big Brother de su casa. No importa que sólo tenga perro