domingo, febrero 15

USOS DE LA NEUROSIS

Podría llamarla una estrategia de lectura, sin embargo, no es aplicable a cualquier texto, sino solamente a aquellos en los que su autor utiliza el lenguaje como una zona de experimentación, y no sólo como un medio para contar una historia. Es en este tipo de texto en el que se puede aplicar la lectura “paranoica”, pues la constante búsqueda de estrategias de escritura en ellos nos lleva a inventar las que no están, y en esto exactamente consiste la paranoia.

Cuando hablo de leer un texto de esta manera, no me refiero a inventar sucesos o predecir situaciones que atañen a la historia o a los personajes, sino a inferir la utilización de técnicas de escritura por parte del autor, mismas que éste no está utilizando.

¿Cómo se consigue esto?

En el análisis anticipado. No esperar a que nuestra teoría de lo que el autor está haciendo sea confirmada por la escritura misma; en el quedarnos con las especulaciones como estrategias reales que, intencionalemente o no, provienen de indicios en la escritura; pues el paranoico no construye de la nada, toma elementos de la realidad para ver lo que no existe, pero es la realidad misma la que sirve como fundamento para sus suposiciones erróneas. Del mismo modo, la lectura paranoica solamente es posible en los textos en los que encontramos esos elementos necesarios para el delirio de la teoría sobre la escritura, y son precisamente textos que la contienen, no explícitamente, sino aplicada.

La lectura paranoica nos permite leer teoría sobre la escritura donde no está, a la par que se analiza el texto y se lee la historia, convirtiéndonos así en lector-crítico-creador doble, pues las estrategias de escritura así originadas podrán tanto ser escritas como utilizadas de manera primigenia por quién las deliró, sin ser nunca una copia de las verdaderamente utilizadas por el autor en el texto que las originó. Un uso bastante creativo de la neurosis.