domingo, enero 11

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Ah, las emociones. Si tan sólo la evolución hubiese podido evitar el acrecentarlas en los seres pensantes.

No existirían los escrúpulos, ni las ofensas, ni el dolor.
Ni la luz que ebulle los rostros.

Sin las emociones podríamos ser perfectos.

Los problemas de coherencia tiene que ver con las emociones. Atenderlas provoca un caos; pero un caos extático e inevitable.