lunes, enero 19

Pasión y otros fenómenos paranormales

"...es como si la pasión disolviese a las personas, no en lo indiferenciado, sino en un campo de intensidades variables y continuas implicadas siempre unas en otras. Dice Foucault: "es un estado de movimiento constante, pero no dirigido hacia un punto determinado, que atraviesa momentos de fuerza y momentos de debilidad, momentos en los que alcanza la incandescencia, flota, es una especie de estado inestable que se perpetúa por razones oscuras, quizás por inercia, un estado que busca, en el límite, mantenerse y desaparecer...no tiene ningún sentido en sí mismo". El amor es una relación entre personas, entre sujetos. Pero la pasión es un acontecimiento infrapersonal que puede durar tanto como una vida, un campo de intensidades que individúa sin sujeto."
-G. Deleuze




Abre los OJOs

Ver las cosas de otro modo debe hacerse literalmente. Nuestro contacto con el mundo es principalmente a través de imágenes, y la manera en que percibimos estas imágenes influye tremendamente en nuestra conducta.

Toda percepción es aprendida. Quienes tienen “el don” de percibir las imágenes desde más perspectivas que las usuales, son llamados visionarios, artistas, creadores. Estas personas simplemente ejercitan su capacidad de percepción a niveles más altos de los que la mayoría utilizamos, pero que sin duda poseemos.

El problema de la percepción no reside en lo que se atiende, sino en lo que no se atiende. Aprendemos a conocer las imágenes de las personas y los objetos, dejándolos asi de observar cuando estamos de nuevo frente a ellos; por eso el tedio y la necesidad de imágenes que provean estímulos cada vez mayores.

Por supuesto, nuestra actual educadora en cuanto a imágenes es la televisión. Dice Deleuze que viajar es ver a que momento de la historia de los medios (masivos de comunicación) pertenece tal o cual ciudad. Las cosas, los lugares, las relaciones, se perciben “como si fuera de la televisión”; esto no es malo, significa que este aparato trabaja maravillosamente bien y que hemos sido bien entrenados.

Desaprender, hurgar, seguir la curiosidad, mirar por donde se camina a diario, cada zona de nuestro rostro preferido, el plato de comida o nuestro ombligo ayudan a mejorar nuestra percepción. Quitarnos el molde de lo “estético” para concebir el propio, para encontrar respuestas en la basura, o en la perfectas patas de un escarabajo.