viernes, agosto 8

USBC
Universidad Sony de Baja California

"If you live in shit, you are shit", dice Acker. O "No seré libre mientras mis semejantes no lo sean", reza el personalismo comunitario. Pero ya sea mierda o libertad, la idea es que no podemos considerarnos "distintos" mientras vivamos en este basurero humano.

Nunca me ha gustado la organización del mundo. Cuando era adolescente, mientras mis lindas compañeritas pintaban murales de flores y colores, yo elaboraba uno de la guerra fría. He intentado cambiar un poco el mundo, pero las vías que utilicé ya no me satisfacen. Ahora, decidí incorporarme al sistema educativo nacional. Comprendí con rapidez las razones de la pobreza educacional en México. Rodeada de maestros mitómanos y comadres, escuchaba con atención las recomendaciones pedagógicas de la maestra Jimena. Me consolaba el hecho de que participaré activamente, de que si las personas que estarán a mi cargo no aprenden, será mi culpa y sólo mía. No one to blame.

Motivada, recorrí librerías, Sanborn´s y UABC para recopilar información.

INTERMEDIO

Me gusta entrar a las librerías, aunque no compre nada. Estar ahí. Me gustan las actividades que no te llevan a nada. De hecho, he decidido que mi pasatiempo favorito es pensar. Durar horas acostada junto al ventilador, repasando vida pasada, construyendo fantasías de la futura o recorriendo espacios atemporales de información.

Primera llamada.

Junto con varios libros de gramática y redacción, compré un par de revistas. Artículos sobre Arenas y Lorca, sobre Sócrates, pero el más curioso era uno que hablaba acerca de un libro sobre Foucalt. Criticaba la insensatez de su teoría de que la organización de la familia actual proviene del intento de eliminar las posibilidades de incesto y el onanismo en los jóvenes. Esta idea me trajo a la mente las nuevas casas de interés social, que parecen retar la teoría de Foucalt. Son tan pequeñas que los adolescentes deben coordinar su masturbación al ritmo del sexo de sus padres para evitar ser descubiertos o, viceversa. Sin duda la reducción del espacio habitacional da lugar a promiscuidad familiar. Aunque pensándolo bien, las casas son idénticas, lo que puede desencadenar nuevas conductas. Con el fin de evitar el incesto, es preferible que los vecinos intercambien a sus vástagos, de modo que, cuando el deseo apremie, el pecado sea menor. Insensateces, al fin, pero hasta en las mejores obras se pueden encontrar.

Segunda llamada.

Hace unos meses, una amiga escribía en su blog acerca de la obra teatral que se puede apreciar en el área de libros del Sanborn's del río, donde todo mundo participa en "Aquí nadie está esperando". La cosa es que ahí andaba yo, más por vagar un poco y recorrer el lugar, que por buscar algo en especial. Dí vueltas por el restaurant como si buscara a alguien, pero no, era mi patología a todo lo que da. Por fin me instalé en la obra teatral, como un personaje que finge ser personaje; abrí la revista Tempestad, edición especial de fotografía, en una página dónde la ilustración era acompañada por una frase de Francois de la Rochefoucald: "Los seres humanos no podrían convivir mucho tiempo en sociedad, si no se engañaran unos a otros" (Frase que se engaña a sí misma, pues la escribe un ser humano que pretende no serlo).

Tercera llamada.

Eso de viajar por la UABC, me resulta cada vez más penoso. Hace once años que ingresé ahí por primera vez y, se nota. La percibo de distintas maneras según el lugar por el que entre: ayer lo hice por el estacionamiento oeste, hoy por el este. Los pasos fueron muy distintos, igual las imágenes. Me gusta estar en las escuelas, de hecho fue un gran trauma para mí el abandonarla al finalizar mi carrera: real life. Así que regreso a ella con todos los pretextos que encuentro. Tal vez la realidad no es que quiera cambiar el mundo, lo que pasa es que necesito permanecer eternamente entre libros y alumnos.

Continuamos.


Nadie sabe para quién trabaja, yo sí. Ahora sé que prepararé a las futuras carnadas de las trasnacionales.Como he decidido no escuchar música, NPR radio se encarga de entretenerme. Ayer me desmoralizó. Escuchaba un reportaje de las crecientes aportaciones que hacen las empresas privadas a las universidades, de modo que les fabriquen empleados. Un mundo feliz. Ya sospechaba algo así cuando los Padres de San Diego se prostituyeron y cambiaron el nombre del estadio Jack Murphy a Qualcomm, pero eso de Universidad Sony es asqueroso. Cetys tiene ya programas para ubicarte en empresas "amigas" cuando sales de la carrera, y hasta la UABC me explotó: elaboré un manual de inducción y siocialización gratuito para Jonhson y Johnson. Pero eso es mínimo comparado con lo que pronosticaban en NPR. Universidades patrocinadas por empresas privadas.

-¿Qué estudiaste?
-Gerente de Control de Inventarios Panasonic.

La especialización en todo su apogeo. La mecanización. La muerte.