domingo, marzo 16

WC Withdrawal Cell

 Escucho música, ruido, murmullos de decenas de personas que conviven, que intentan divertirse o que lo hacen. Converso, río, bailo un poco. Estoy consciente de que lo hago. Sin embargo, ese estar consciente es a medias, pues la distracción esta ahí y me desvía un poco la atención a mi misma, lo cual es bueno, necesario y saludable. Pero en la fiesta, al igual que en la vida, es recomendable detenerse un momento para saborear lo que está ocurriendo. Entonces la vejiga se llena.

 Tal vez no sea un espacio diseñado para eso, pero funciona de maravilla. Estamos solos por un momento, lejos del ruido (o con el ruido atenuado). Las pláticas de hace un instante se analizan, el ambiente, la situación. Es una pequeña casa de meditación con servicios incluidos. Por eso vemos a las personas salir de ahí tan sonrientes, con ganas renovadas de seguir.

 Ahora que, si la fiesta no resulta divertida, es probable que las filas para entrar al baño aumenten, pues la reflexión sanitaria está causando depresiones. Así que la próxima vez que queramos saber cómo está el ambiente en un lugar, acerquémonos a los baños y, si están solos, es señal infalible de que ese sitio es un éxito (o, en su defecto, que los baños están asquerosos).