miércoles, marzo 12


Y LUEGO? Y LUEGO? Y LUEGO?


 Hace unos días veía en mi pareja electrónica el programa de Pat Robertson. En él se criticaba a la izquierda norteamericana llamando a sus acciones "traición", y presentaba a un par de autores entrevistando a los izquierdistas, de manera que cayeran por sus propias palabras, lo cual, obviamente, resultó al contrario, pues las opiniones de estas personas acerca de la política bélica estadounidense eran de lo más acertadas.

 El programa terminó cuando Pat Robertson pidió a la audiencia hacer oraciones y AYUNO, para que ese "gran país" salga adelante en las dificultades.

 Al inicio no supe si era serio o era una parodia; y es que el manejo de valores anacrónicos transforma al programa en una parodia de sí mismo (sobre todo para la sociedad norteamericana, caracterizada por su apertura. Por ejemplo: es absurdo que hayan respondido a una carta de una pareja que tenía un vecino gay, con la recomendación de que lo incluyeran en su iglesia, pero que no convivieran mucho con él, porque podría resultar un ejemplo negativo pare ellos. Por favor! eso déjenselo a lo mexicanos machistas que, saliendo del cine despues de ver la primera película que me ha gustado en varios meses (Las Horas), emiten el siguiente bramido con intención de lenguaje hablado: -pinche película de viejas locas, jotos y lesbianas!
¡a ellos debería dirigirse este programa!)

 Dentro de los segmentos televisivos elaborados por mentes erráticas, se encuentran también los infomerciales: la manera menos creativa e inteligente de promover productos, que utiliza las mismas fórmulas de hace décadas. Probablemente sus creadores tienen la falsa idea de que los televidentes de esas horas están demasiado cansados para pensar, por lo que pueden evitar el esfuerzo de hacer publicidad inteligente que maneje un lenguaje adecuado a nuestro tiempo. O simplemente menosprecian a su público. No creo que existan (qué dicen? habrá quién?) personas que crean en realidad que ese botecito anaranjado va a quitar la mancha de pintura en su alfombra, o quien esté convencido que podrá desaparecer su tejido adiposo (lonjas) a base de shocks eléctricos. Estos programas son tambien una parodia de sí mismos; me hacen reir más que Saturday Night Live. Espero sea la intención del autor, perdón, productor.

 Pensándola bien, existen demasiados ejemplos de parodias que no tienen la intención de serlo, pero que muestran ya sea, lo ridículo de la realidad (la corte del pueblo, la corte de parejas, etc.) o lo cínico de ésta (las noticias). Ya no se digan las películas que intentan representar filemente la realidad. Ni siquiera las películas con intención cómica soporto. Prefiero las película sin pretenciones (que no existen, pero que quiero decir que sí para terminar este post), tanto que caen en lo absurdo y lo ridículo, como la obra maestra: Dude where´s my car?

PD. Si, ya sé que en el párrafo anterior dije que me gustó la película de Las Horas y nada tiene que ver con los gustos que menciono en este último párrafo. So?