Nochebuena
6:00 p.m. Radio Latina:
“Para cruzar a California por la garita de San Ysidro hay 5 vehículos por carril por el lado izquierdo y por el lado derecho la espera es mínima. De San Ysidro a Tijuana, hay una espera de 220 automóviles por carril.”
Dias antes, sucedía a la inversa, pues las tiendas estaban abiertas y los tijuanenses necesitaban productos. En nochebuena, las tiendas estaban cerradas y los habitantes de San Diego necesitaban un hogar con personas reales para estar esa noche. Sucede así: Norteamérica está constituído por productos, México por personas.
Rechazo o Intercambio?
Cuando dice: Yo no creo en esas convenciones.
Quiere decir: Yo creo en estas.
El cambio de palabras no incrementa nuestros costos fijos.
Hacía fila en el módulo especial instalado con motivo de la navidad en la tienda Target, para, precisamente, regresar uno de esos artefactos con el que alguien cumplió su obligación en el intercambio, cuando la cansada mujer que me iba a atender, se dirigió a mí diciendo:
-Can I help the next guest, please.
Lo sé, no era su invento, así les pide la empresa que se dirijan a los clientes. No somos consumidores, somos “invitados” (a consumir?); al fin y al cabo, cambiar la palabra “customer” por “guest” no cuesta un centavo. Esto, probablemente lo aprendieron de los (las) seductores, quienes no escatiman en utilizar palabras que no tienen fondos para atrapar a su presa. Derramar palabras halagadoras al parecer no cuesta nada y consigue el objetivo, de modo que, los siempre ávidos de seducción o mercadólogos, saben como tratar a su presa potencial.
La técnica no se aplica solamente a los clientes: los empleados también son engatuzados de la misma manera. Les llaman “associates” en lugar de “employees”. No soy tu patrón, no te portes como empleado, estamos juntos en esto: eres mi socio. Al fin de cuentas, nada cuesta, y quién se la crea terminará hasta trabajando horas extra sin sueldo.
Esta utilización seductora del lenguaje, hace que poco a poco se pierda toda credibilidad en él. Todo compromiso adquirido por medio de la palabra es nulo, incluso el hecho por escrito, aunque existan leyes que obliguen a cumplirlo. El lenguaje, así como los medios, los estilos de vida, la política, la religión, al convertirse en un servidor más de la mercadotecnia, obliga a mirar hacia otro lado para encontrar verdades no contaminadas. El pensamiento está contaminado en su mayoría, de no ser por las imágenes y los instantes en que el cerebro siente. Probablemente serían los sentimientos la manera más real (aunque la más destructiva) de acercarse a la verdad. Ahora está el problema de cómo transmitirlos cuando el lenguaje no sirve y cuando incluso los hechos están viciados. Probablemente, el único recurso disponible sea la piel. Afortunadamente, éste recurso se encuentra fuera del alcance de la mercadotecnia, pues el contacto tiene poco que ver con la pornografía o el placer. Es de uno a uno que se aman conociéndose y se conocen amándose. No importa el nombre que se les de.
Vestir o Comprar?
Tal vez era menos costoso cuando la necesidad a cubrir era simplemente la de cubrir. Alguien encontró estético colocar una hoja en lo genitales, de modo que todos tuvieron que buscar una hoja para estar “in”. Como el hombre tuvo que elegir entre pensar y tener el cuerpo cubierto de vello, se vió en la necesidad de sustituirlo por pieles de animales muertos para protegerse del frío. Pero de ahí a “ir de shopping” hay una larga historia.
Tan pronto el ingreso de una persona supera lo indispensable para cubrir sus requerimentos de vivienda, salud, alimentación y una que otra diversión, se ve llamado por la voz de la industria de la moda, que se mueve en los distintos niveles socioeconómicos. La tendencia a adquirir vestuario en exceso va desde la ropa de segunda, las prendas adquiridas “en pagos”, hasta las grandes marcas que cobran por una pieza lo que millones de personas no ganan en un año.
La visita a los centros de consumo de ropa es un fin en sí. No importa que lo adquirido sea o no necesario: lo importante es “el paseo”. Sería saludable decir que no importa si se compra algo o no pero, aunque en muchos casos eso es lo que sucede, esa “no compra” se transforma en una frustración, en un “me hubiera gustado comprar”.
¿Qué haría toda esa gente si no destinara sus fines de semana a ir de compras? Incluso cuando no compra nada. Probablemente pensarían un poco más, y ese sería un gran problema. Es mucho mejor dar clases light a los adolescentes y convencerlos en que se deben preocupar por no traer los teniss “Jordan” o los hipsters “Guess”: eso SI es serio y, entre otras cositas, haciendo un lado las utilidade$, previene de que se repitan esos eventillos desagradables como el de 1968. Es mejor tener hombres trabajando doble para poder llevar a sus familias a “Disneylandia” a hombres que destinan parte de su tiempo a una causa social. Es mejor tener señoras inventando reuniones (para quemarse a la comadre con la nueva garra) y paseos al “mall”, o mujeres profesionistas trabajando de sol a sol para pagar el auto nuevo y la colegiatura en la escuela de monjas, que mujeres comprometidas con su familia, su medio y su desarrollo.
Right here I feel like the americans who think they’re critics of their own system, but can’t deny the milk the were fed on. I didn’t learn to consume from my parents: they aren’t that way. I learned from my friends, from TV, from the ads. I chose to accept it. Right now I would like to get rid of it. I can’t.
Se critica al que simplemente viste, sin importar si su “look” está a la moda o no. Hace tiempo escuché a un amigo decir que andaba a la moda porque la moda lo alcanzó. Si se desea un look “timeless” también se debe ser cuidadoso en la elección de las prendas, para no ser etiquetado de: oldie, naco, ridículo, etc. Por supuesto que todo esto afecta a quien le interesa lo que diga la gente: but most people do. Hace días ví por la calle a una mujer guapa con un vestido rojo al tobillo, de falda amplia y manga larga, tela no reconocible, zapatos cerrados, un suéter grueso y un gorro redondo y ceñido. No pude clasificarla con ninguna de las etiquetas que poseo: a eso llamo ser original. El problema es que la tendencia actual es a hacerse notar portando las mismas prendas que utilizan los de ciertas preferencias, clase o edad y, cuando los gustos de ese grupo se modifican, o la moda lo marca, todos deben atender a esas exigencias para estar “in”. Ser original en este tiempo es ser excéntrico; actitud que recomiendo bastante. Si cada uno obedeciera a su personalidad y a sus necesidades reales para vestir su cuerpo, la industria de la moda y todo lo que ella implica se vería seriamente afectada. Pero ¿quién se atreve a ser?
Filtro cerebral es un artefacto inexistente formado de palabras cuya finalidad es la bùsqueda de nimiedades.
lunes, diciembre 29
miércoles, diciembre 24
UNTIL POETRY DO US PART
Writing has always reflected the way society is organized. We think by using words, and every action is originated in the mind, so the changes that language suffers through time is the main cause for the rearranging of social structures.
A good writer, as Gertrude Stein said it, is the one that perceives this changes in the present and reflects them in his writings; this way, he doesn’t just repeats old forms and contents that worked for the writers of that time.
An example of this is the way classic poetry reflected, beside other aspects, the conditions of couple relationships in those times. Words weren’t that important as it was the way they were arranged to conform to certain measures and rimes. The same happened with couples (married couples at that time), individuality was sacrificed in order to maintain harmony and keep a life long relationship. But people became tired of the artificiality of those structures, and so it began the era of egoism. Relationships didn’t (and still most don’t) lasted near half the time they used to, because now, both members were conscious of their needs and their dreams, and if the partner was and obstacle for them, the relationship was dissolved. Modern poetry reflected this by the use of the free verse, in which the singularity of words was the main concern, and it didn’t matter that this destructed the rigid forms of the past. We saw the number of divorces rise, and the number of relationships increase for a single persons in its life, and words forming new meanings by the new possibilities for them in a poem.
Poetry changed again; postmodernism came, but people in a couple relationship are still behaving as the words in modern poetry. It’s not that the way people (words) acted in classic poetry was correct, but it seems that some arrangement has to be made between both, creating a new and functional way to assure the continuity of healthy couples in our society. New forms and the beginning of new genres are becoming present in literature, but it seems they are attending other aspects of contemporary processes. Couple relationships now are leaving the poetry realm, and that is sad news, because, as Kathy Acker wrote: Why have matters changed between man and women? Because today love is a condition of narcissism, because we’ve been taught possession rather than possessionless love…today, only the knights who are mad enough to love someone who loves them maintain this order of poetry.
Writing has always reflected the way society is organized. We think by using words, and every action is originated in the mind, so the changes that language suffers through time is the main cause for the rearranging of social structures.
A good writer, as Gertrude Stein said it, is the one that perceives this changes in the present and reflects them in his writings; this way, he doesn’t just repeats old forms and contents that worked for the writers of that time.
An example of this is the way classic poetry reflected, beside other aspects, the conditions of couple relationships in those times. Words weren’t that important as it was the way they were arranged to conform to certain measures and rimes. The same happened with couples (married couples at that time), individuality was sacrificed in order to maintain harmony and keep a life long relationship. But people became tired of the artificiality of those structures, and so it began the era of egoism. Relationships didn’t (and still most don’t) lasted near half the time they used to, because now, both members were conscious of their needs and their dreams, and if the partner was and obstacle for them, the relationship was dissolved. Modern poetry reflected this by the use of the free verse, in which the singularity of words was the main concern, and it didn’t matter that this destructed the rigid forms of the past. We saw the number of divorces rise, and the number of relationships increase for a single persons in its life, and words forming new meanings by the new possibilities for them in a poem.
Poetry changed again; postmodernism came, but people in a couple relationship are still behaving as the words in modern poetry. It’s not that the way people (words) acted in classic poetry was correct, but it seems that some arrangement has to be made between both, creating a new and functional way to assure the continuity of healthy couples in our society. New forms and the beginning of new genres are becoming present in literature, but it seems they are attending other aspects of contemporary processes. Couple relationships now are leaving the poetry realm, and that is sad news, because, as Kathy Acker wrote: Why have matters changed between man and women? Because today love is a condition of narcissism, because we’ve been taught possession rather than possessionless love…today, only the knights who are mad enough to love someone who loves them maintain this order of poetry.
martes, diciembre 23
EXPLORANDO FICCIONES
Un problema serio en las personas que escriben (imos), es el descontrol en sus vidas que provoca el lenguaje. Al escribir, las palabras guían hacia la construcción de significados distintos de los que se habían planteado al inicio; mientras se escribe, se descubre, y el destino final de la escritura de una historia cualquiera, desarrollada en la materialidad de las palabras, funciona bien en la literatura, más no en la vida.
Conducir la vida deacuerdo a las palabras es muy peligroso. Es ser miles de personas distintas en un mismo día; tomar decisiones ultratrascendentes conducidos por la consecución de las palabras. Hablar escribiendo lleva a creer que las ideas que se generan así son propias, cuando en realidad pertenecen al lenguaje.
Personalmente, tengo dificultades para lograr que mi conducta concuerde con mi pensamiento. De igual manera, mi palabra hablada, en muchas ocasiones, es un intento fallido de transmitir mi pensamiento; por eso permito que mi boca desconectada desarrolle frases que encajan perfectamente con las anteriores, y así continúe construyendo la ficción de lo que digo. La conexión que logro con la palabra escrita es similar: funciono como un artefacto ensamblador de frases que poco tienen que ver conmigo. De pronto brota alguna que otra que se asemeja bastante a mí, pero muy ocasionalmente. Esta desconexión me permite construir tantas personalidad como seres que me escuchan Tal vez por eso me gusta escribir, pues el público de la escritura no ofrece retroalimentación, de manera que así puedo construir una personalidad (personaje) un poco más estable.
El silencio me encanta tanto como me aterra. Estar en silencio es estar verdaderamente, pues esa que miran soy realmente yo. Por eso quienes escribimos somos personas generalmente etiquetadas como “serias”, pues es la única manera de ser reales: si utilizamos el lenguaje, nos convertimos en ficción.
¿Se necesitará voluntad para controlar el lenguaje de la boca? Para decirle: Ey, no te vayas por ahí que eso no es lo que quiero decir! Ey, eso que dices no es lo que estoy pensando! El problema de hacer eso es que uno se puede acostumbrar, entonces al escribir se limita en la exploración del lenguaje, transformándolo en un maquilar palabras deacuerdo a cierto instructivo.
La escritura, desde hace un par de años que la retomé, ha transformado mi vida. El problema es que ahora no sé a cuál de todas llamarla Mi vida.
Un problema serio en las personas que escriben (imos), es el descontrol en sus vidas que provoca el lenguaje. Al escribir, las palabras guían hacia la construcción de significados distintos de los que se habían planteado al inicio; mientras se escribe, se descubre, y el destino final de la escritura de una historia cualquiera, desarrollada en la materialidad de las palabras, funciona bien en la literatura, más no en la vida.
Conducir la vida deacuerdo a las palabras es muy peligroso. Es ser miles de personas distintas en un mismo día; tomar decisiones ultratrascendentes conducidos por la consecución de las palabras. Hablar escribiendo lleva a creer que las ideas que se generan así son propias, cuando en realidad pertenecen al lenguaje.
Personalmente, tengo dificultades para lograr que mi conducta concuerde con mi pensamiento. De igual manera, mi palabra hablada, en muchas ocasiones, es un intento fallido de transmitir mi pensamiento; por eso permito que mi boca desconectada desarrolle frases que encajan perfectamente con las anteriores, y así continúe construyendo la ficción de lo que digo. La conexión que logro con la palabra escrita es similar: funciono como un artefacto ensamblador de frases que poco tienen que ver conmigo. De pronto brota alguna que otra que se asemeja bastante a mí, pero muy ocasionalmente. Esta desconexión me permite construir tantas personalidad como seres que me escuchan Tal vez por eso me gusta escribir, pues el público de la escritura no ofrece retroalimentación, de manera que así puedo construir una personalidad (personaje) un poco más estable.
El silencio me encanta tanto como me aterra. Estar en silencio es estar verdaderamente, pues esa que miran soy realmente yo. Por eso quienes escribimos somos personas generalmente etiquetadas como “serias”, pues es la única manera de ser reales: si utilizamos el lenguaje, nos convertimos en ficción.
¿Se necesitará voluntad para controlar el lenguaje de la boca? Para decirle: Ey, no te vayas por ahí que eso no es lo que quiero decir! Ey, eso que dices no es lo que estoy pensando! El problema de hacer eso es que uno se puede acostumbrar, entonces al escribir se limita en la exploración del lenguaje, transformándolo en un maquilar palabras deacuerdo a cierto instructivo.
La escritura, desde hace un par de años que la retomé, ha transformado mi vida. El problema es que ahora no sé a cuál de todas llamarla Mi vida.
domingo, diciembre 21
De noche
Desde los cinco años supe lo que no quería. Todavía no lo tengo. Sé que lo tendré. Cada paso que doy me lleva hacia allá. Cada palabra que sale de mí es un tablón más en la construcción del puente que me conduce hasta ahí. No necesito de nadie para llegar, eso es lo mejor, y es justamente lo que me hace saber que voy por el camino correcto.
Caminar.
Quien construyó ese templo, seguramente pensó en mí. Quien construyó ese templo supo desde el inicio que lo terminaría; por eso se embriagaba cada domingo, para amanecer mal los lunes y postergar la obra, para aplazar lo más posible la inevitable inauguración de lo que supo que terminaría.
No sé cómo pude ver el dolor a los ojos a los cinco años.
La vida se divide en secciones. Las puedo ver. Desde pequeña las ví. Observaba como las décadas tienen colores específicos y son una estructura bien definida por la que se debe de pasar (¿Dónde está la droga?) Los treinta están construídos de madera. Son todos del mismo color, caminar sobre los treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres no me produce emoción. Los veintes son líquidos, y se flota sobre ellos como flota el miedo para tomar aire. Los diecitantos están construídos de órganos humanos enfermos; cada uno brinda un dolor distinto y es tan agudo como una amputación. La primera década es de silencio y de escuchar los lamentos de la madre. Tengo veintinueve.
No estaré, tampoco estoy: nunca estuve. Y ese cuerpo no es mío. En el descubrimiento de la invención de cada una de mis acciones, en las que nada de mí se compromete, existe la realidad que va implícita en cada palabra de una ficción. No es posible restarle validez a cada acto ficticio, a todos, pues cuando la ficción es lo único presente debe aceptarse como realidad, que no como verdad. Un paso ficticio sigue siendo un paso, y la tierra no miente.
Estaban sentados afuera de ese templo, esperando a diario que mi madre me llevara de la mano y me acercara a ese altar oscuro donde una virgen vestida de negro respiraba el hálito hediondo de lo pecadores que la invocaban. Yo no medía más de un metro.
Rodar hacia abajo en la mente no cuesta nada. Lo hago en este momento. El daño está hecho; y está hecho aunque tú no me entiendas, aunque tú no recibas mi voz porque me he apartado del rebaño de los fieles, de los que te adoran y se regocijan en tu majestuosidad, que no es sino miedo y silencio. El clóset en el que vivo me gusta.
Inevitablemente llegaré. Aunque sé que esto solamente sucederá si continúo por el camino que es mi vida. Puedo interrumpirla en cualquier momento. Puedo soñar que la interrumpo, planear que la interrumpo, escribir que la interrumpo, decir que la interrumpiré; incluso escucharte que lo quieres hacer, pero no sucederá: lo que más temo llegará, y llegará en la vejez y no habrá nada que impedirá que esté sentada en ese sitio, consciente de que cuando tenía cinco años grité que no lo desearía nunca. Aunque sudé cientos de noches en mi cama temblando de miedo por la visión de mi cuerpo en esa banqueta.
Diciembre me recuerda mucho a la catedral. Cada año me llevaban como ofrenda viva ante una virgen de yeso de la que yo tan sólo sabía su nombre, porque era el mío. Con el uniforme bajo la túnica blanca, me aferraba del brazo de mi padre para salvar mi cuerpo del olor a manteca de cerdo, aguas frescas derramadas en la banqueta y empujones. De reojo y, según fuera necesario, a conciencia, observaba los cientos de figuras que tendían los vendedores en sus puestos, para que los tijuanenses armaran en sus casas los nacimientos. Y entre la comida y los rostros retorcidos de los pastores, estaban ellos. Ellos sin dientes, ellos sobre cartón, ellos envueltos en lodo y restos de comida de hace días. Ellos, los que seré yo.
Como conozco mi final, como he visto Itaca antes de llegar a ella, el camino no me produce ningún placer. Por el camino siempre hay puertas, pero esas puertas siempre se llaman muerte. La muerte es lo menos deseado en la vida porque es lo más accesible. En las seis letras que la conforman pueden descansar todas la mentes. La muerte que deseo románticamente no llegará, pues me espera un sitio junto a ellos.
Escucho los cánticos desde una banca de madera, en la catedral de Tijuana. El templo frío es tan sólo una antesala a la banqueta de afuera. Y los brazos que me sostienen, cuerpo de tres años, son de quien me ha ido a ofrecer ahí para tenerme un tiempo, mientras el templo me reclama como centinela.
Cuando nací, quise creer que podría nadar felizmente por las aguas de mi pequeño hogar, que todo era tibio y agradable. No. Entonces busqué un artefacto de calcio para esconderme. Mil veces roto y reconstruído, es la protección que me permitirá llegar a esa banqueta que tanto temo porque me espera, porque sabe que mi cuerpo no descansará hasta que llegue el día en que me recueste allí.
Hace unos cuatro años, por estas fechas, le llevé una cobija a uno de esos indigentes que duerme sobre cartones afuera de catedral. Agradecería que nadie haga lo mismo cuando llegue el tiempo en que yo deba estar ahí.
Desde los cinco años supe lo que no quería. Todavía no lo tengo. Sé que lo tendré. Cada paso que doy me lleva hacia allá. Cada palabra que sale de mí es un tablón más en la construcción del puente que me conduce hasta ahí. No necesito de nadie para llegar, eso es lo mejor, y es justamente lo que me hace saber que voy por el camino correcto.
Caminar.
Quien construyó ese templo, seguramente pensó en mí. Quien construyó ese templo supo desde el inicio que lo terminaría; por eso se embriagaba cada domingo, para amanecer mal los lunes y postergar la obra, para aplazar lo más posible la inevitable inauguración de lo que supo que terminaría.
No sé cómo pude ver el dolor a los ojos a los cinco años.
La vida se divide en secciones. Las puedo ver. Desde pequeña las ví. Observaba como las décadas tienen colores específicos y son una estructura bien definida por la que se debe de pasar (¿Dónde está la droga?) Los treinta están construídos de madera. Son todos del mismo color, caminar sobre los treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres no me produce emoción. Los veintes son líquidos, y se flota sobre ellos como flota el miedo para tomar aire. Los diecitantos están construídos de órganos humanos enfermos; cada uno brinda un dolor distinto y es tan agudo como una amputación. La primera década es de silencio y de escuchar los lamentos de la madre. Tengo veintinueve.
No estaré, tampoco estoy: nunca estuve. Y ese cuerpo no es mío. En el descubrimiento de la invención de cada una de mis acciones, en las que nada de mí se compromete, existe la realidad que va implícita en cada palabra de una ficción. No es posible restarle validez a cada acto ficticio, a todos, pues cuando la ficción es lo único presente debe aceptarse como realidad, que no como verdad. Un paso ficticio sigue siendo un paso, y la tierra no miente.
Estaban sentados afuera de ese templo, esperando a diario que mi madre me llevara de la mano y me acercara a ese altar oscuro donde una virgen vestida de negro respiraba el hálito hediondo de lo pecadores que la invocaban. Yo no medía más de un metro.
Rodar hacia abajo en la mente no cuesta nada. Lo hago en este momento. El daño está hecho; y está hecho aunque tú no me entiendas, aunque tú no recibas mi voz porque me he apartado del rebaño de los fieles, de los que te adoran y se regocijan en tu majestuosidad, que no es sino miedo y silencio. El clóset en el que vivo me gusta.
Inevitablemente llegaré. Aunque sé que esto solamente sucederá si continúo por el camino que es mi vida. Puedo interrumpirla en cualquier momento. Puedo soñar que la interrumpo, planear que la interrumpo, escribir que la interrumpo, decir que la interrumpiré; incluso escucharte que lo quieres hacer, pero no sucederá: lo que más temo llegará, y llegará en la vejez y no habrá nada que impedirá que esté sentada en ese sitio, consciente de que cuando tenía cinco años grité que no lo desearía nunca. Aunque sudé cientos de noches en mi cama temblando de miedo por la visión de mi cuerpo en esa banqueta.
Diciembre me recuerda mucho a la catedral. Cada año me llevaban como ofrenda viva ante una virgen de yeso de la que yo tan sólo sabía su nombre, porque era el mío. Con el uniforme bajo la túnica blanca, me aferraba del brazo de mi padre para salvar mi cuerpo del olor a manteca de cerdo, aguas frescas derramadas en la banqueta y empujones. De reojo y, según fuera necesario, a conciencia, observaba los cientos de figuras que tendían los vendedores en sus puestos, para que los tijuanenses armaran en sus casas los nacimientos. Y entre la comida y los rostros retorcidos de los pastores, estaban ellos. Ellos sin dientes, ellos sobre cartón, ellos envueltos en lodo y restos de comida de hace días. Ellos, los que seré yo.
Como conozco mi final, como he visto Itaca antes de llegar a ella, el camino no me produce ningún placer. Por el camino siempre hay puertas, pero esas puertas siempre se llaman muerte. La muerte es lo menos deseado en la vida porque es lo más accesible. En las seis letras que la conforman pueden descansar todas la mentes. La muerte que deseo románticamente no llegará, pues me espera un sitio junto a ellos.
Escucho los cánticos desde una banca de madera, en la catedral de Tijuana. El templo frío es tan sólo una antesala a la banqueta de afuera. Y los brazos que me sostienen, cuerpo de tres años, son de quien me ha ido a ofrecer ahí para tenerme un tiempo, mientras el templo me reclama como centinela.
Cuando nací, quise creer que podría nadar felizmente por las aguas de mi pequeño hogar, que todo era tibio y agradable. No. Entonces busqué un artefacto de calcio para esconderme. Mil veces roto y reconstruído, es la protección que me permitirá llegar a esa banqueta que tanto temo porque me espera, porque sabe que mi cuerpo no descansará hasta que llegue el día en que me recueste allí.
Hace unos cuatro años, por estas fechas, le llevé una cobija a uno de esos indigentes que duerme sobre cartones afuera de catedral. Agradecería que nadie haga lo mismo cuando llegue el tiempo en que yo deba estar ahí.
jueves, diciembre 18
No me gusta conocer los finales de los textos que escribo. Disfruto la sorpresa que brinda el descubrimiento de la historia, no desde el intelecto, sino desde el lenguaje. Escribir con un final en mente equivale a matrimonio.
°
Tolerar la vida es el camino más rápido al suicidio.
°
NORMAL
Hace poco escuché que la normalidad es la verdadera revolución. Lo cual significaría que en la vida cotidiana se da el verdadero heroísmo, y que las vidas alternativas a las cotidianas son tan sólo una cobardía. Esta frase resume a la película italiana llamada “El último beso”, en el que el personaje principal es un hombre de treinta años que vive con su novia desde hace dos, y que se acaba de enterar que está embarazada. Llega la típica crisis ante la responsabilidad, los amigos solteros que aún andan deambulando por distintas camas, y la chica irresistible de veinte años que se enamora de él. Sucede lo previsto: él se aterra ante la responsabilidad, se refugia en la chica, coge con ella, su novia se entera y lo deja, él le pide perdón, ella lo perdona, se casan, son muy felices y tienen más hijos. Entonces termina la película con esa frase: La normalidad es la verdadera revolución; mientras se muestran imágenes de la familia, ya cuarentona, sentada alrededor de la mesa, jugueteando como en los comerciales mexicanos de cereal.
¿Es la normalidad la verdadera revolución?
Para quienes “poseen valores tradicionales”, la idea ni siquiera es cuestionable; es más, ni siquiera lo considerarían una revolución. Es simplemente, lo que debe de ser. Para quienes poseen ideas más liberales y, debido a esto les cuesta trabajo concebirse como “normales”, pero desean una vida estable, considerarán que, en efecto, la normalidad es la verdadera revolución. Para quienes no desean este tipo de compromiso, y se burlan de estas convenciones, dirán que esa idea es moralista.
Hemos aprendido que madurar supone conductas específicas, y que quienes no las adoptan, son personas que tienen problemas de adaptación (o de domesticación). Sin embargo, también puede verse a quienes “no se adaptaron” llegar a los cincuenta o sesenta años con una infinita amargura, deseando haber podido comprometerse realmente alguna vez. Y es que lo que conocemos como valores, cuando se imponen, son tan absurdos como el utilizar la cárcel como agente regenerador del ciudadano; sin embargo, si el individuo, con o sin cárcel, toma conciencia del beneficio que resulta para su vida el evitar delinquir, puede cambiar. Pero también puede decidir que lo disfruta, y que eso lo hace tremendamente feliz.
La normalidad, para quien la disfruta, es recomendable. Para quien la desea, es la verdadera revolución. Y para quien la detesta, es la manera más monótona de existir. Cuestión de esencias.
°
Tolerar la vida es el camino más rápido al suicidio.
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NORMAL
Hace poco escuché que la normalidad es la verdadera revolución. Lo cual significaría que en la vida cotidiana se da el verdadero heroísmo, y que las vidas alternativas a las cotidianas son tan sólo una cobardía. Esta frase resume a la película italiana llamada “El último beso”, en el que el personaje principal es un hombre de treinta años que vive con su novia desde hace dos, y que se acaba de enterar que está embarazada. Llega la típica crisis ante la responsabilidad, los amigos solteros que aún andan deambulando por distintas camas, y la chica irresistible de veinte años que se enamora de él. Sucede lo previsto: él se aterra ante la responsabilidad, se refugia en la chica, coge con ella, su novia se entera y lo deja, él le pide perdón, ella lo perdona, se casan, son muy felices y tienen más hijos. Entonces termina la película con esa frase: La normalidad es la verdadera revolución; mientras se muestran imágenes de la familia, ya cuarentona, sentada alrededor de la mesa, jugueteando como en los comerciales mexicanos de cereal.
¿Es la normalidad la verdadera revolución?
Para quienes “poseen valores tradicionales”, la idea ni siquiera es cuestionable; es más, ni siquiera lo considerarían una revolución. Es simplemente, lo que debe de ser. Para quienes poseen ideas más liberales y, debido a esto les cuesta trabajo concebirse como “normales”, pero desean una vida estable, considerarán que, en efecto, la normalidad es la verdadera revolución. Para quienes no desean este tipo de compromiso, y se burlan de estas convenciones, dirán que esa idea es moralista.
Hemos aprendido que madurar supone conductas específicas, y que quienes no las adoptan, son personas que tienen problemas de adaptación (o de domesticación). Sin embargo, también puede verse a quienes “no se adaptaron” llegar a los cincuenta o sesenta años con una infinita amargura, deseando haber podido comprometerse realmente alguna vez. Y es que lo que conocemos como valores, cuando se imponen, son tan absurdos como el utilizar la cárcel como agente regenerador del ciudadano; sin embargo, si el individuo, con o sin cárcel, toma conciencia del beneficio que resulta para su vida el evitar delinquir, puede cambiar. Pero también puede decidir que lo disfruta, y que eso lo hace tremendamente feliz.
La normalidad, para quien la disfruta, es recomendable. Para quien la desea, es la verdadera revolución. Y para quien la detesta, es la manera más monótona de existir. Cuestión de esencias.
°
¡Ah, la frescura en el rostro de no cumplir un deber!
¡Faltar es positivamente estar en el campo!
¡Que refugio no poder tenerse confianza!
Respiro mejor ahora que pasaron las horas de los encuentros.
Falté a todos, con una deliberación de dejadez,
quedé esperando la voluntad de ir hacia allá, que yo sabía que no vendría.
Soy libre, contra la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me sumerjo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos donde estaría a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora…
Está bien, me quedaré aquí soñando versos y sonriendo en itálicas.
¡Es tan divertida esta parte asistente de mi vida!
Y no logro encender el siguiente cigarro… Si es un gesto,
que se quede con los demás, que me esperan, en el desencuentro que es la vida.
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
Estefanía me dijo que, a partir de aquí, no hay camino hacia delante; que está cansada de repetirse, que tu voz la agobia, que si pudiera se escapaba en el espacio vacío que hay entre sus cuerpos, que si pudiera se escapaba, no contigo, sino de ti.
Ya no sabe donde meterse, es tan frágil. A veces la veo escondida entre los dientes de una mujer. Le gusta estar ahí, ver cómo su sonrisa le ilumina el rostro bajo sus ojos impenetrables. Le da miedo saber que los únicos ojos que le atraen son esos en los que no puede entrar. Los que la reflejan, los que no la tienen dentro.
Tienes que hacer algo por ella. De pronto me habla sin parar de autores de novelas que no conozco, de pronto alucina lo que nunca sucederá. Ella no es para ti, y tú bien lo sabes; pero te gusta, y por eso armaste ayer el escenario de cartón en el patio de atrás: ese que a ella tanto le gusta.
Mi madre me pidió que te dijera que la dejaras ir. Que ya no le pidas lo que cada vez se cansa más de darte. Mi madre sabe mucho cuando no le dicen nada.
Yo no te diré nada. Yo sólo quiero vomitar sobre ti porque me haces sentir la encerrada que soy. No puedo verte, ni quiero verte, pero odio no poder hacerlo. Odio todo lo que lleva tu nombre. No sé cómo alguien, alguna vez te pudo amar. No sé cómo Estefanía no se da cuenta de tu mediocridad y te manda al diablo. Nadie se da cuenta lo poco que vales. Te amo.
La espada y la pared son ambas una amenaza muy leve como para detenerme. Tu silencio es cada día más una causa para rechazarte. Odio tu silencio tanto como ella lo ama. Odio el verde de las palabras que no dices y el rojo de las mentiras que salen de ti como vómito en la madrugada. Hay ocasiones en que desearía no parar de escribir para no volver a verte, porque cuando escribo el tiempo es más lento; porque cuando escribo no estás tú.
Hay algo en éstas palabras que me dan el sabor de la amargura a la que regreso cuando te huelo, cuando sé que eres una construcción de deseos que detesto. Estefanía no te dejará, lo sé. Y su suerte correrá como un río blanquecino que la preñará de angustia permanente. Probablemente, pese a lo que dice, abandonará todo por ti; y yo miraré como la rechazas mientras contemplas su belleza, mientras te regocijas en saber que es estéticamente tuya, por un tiempo. Les serviré el café esperando a que mueran poco a poco con el veneno que mezclo con el azúcar. Pero Estefanía no toma azúcar: no hay problema, la amargura que vivirá junto a ti la llevará a buscar algo dulce sobre su lengua.
Sabrán que fui yo, porque le diré a mi madre lo que hice. Ella callará, porque sabe cuanto te amo y sabe también que es mejor si te mueres, si te llevas en el maldito cuerpo todo lo que tienes de mí. Mi madre es sabia.
°
“Mis versos son mi impotencia.
Lo que no logro, lo escribo;
y los ritmos diversos que hago alivian mi cobardía”
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
¡Ah, la frescura en el rostro de no cumplir un deber!
¡Faltar es positivamente estar en el campo!
¡Que refugio no poder tenerse confianza!
Respiro mejor ahora que pasaron las horas de los encuentros.
Falté a todos, con una deliberación de dejadez,
quedé esperando la voluntad de ir hacia allá, que yo sabía que no vendría.
Soy libre, contra la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me sumerjo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos donde estaría a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora…
Está bien, me quedaré aquí soñando versos y sonriendo en itálicas.
¡Es tan divertida esta parte asistente de mi vida!
Y no logro encender el siguiente cigarro… Si es un gesto,
que se quede con los demás, que me esperan, en el desencuentro que es la vida.
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
Estefanía me dijo que, a partir de aquí, no hay camino hacia delante; que está cansada de repetirse, que tu voz la agobia, que si pudiera se escapaba en el espacio vacío que hay entre sus cuerpos, que si pudiera se escapaba, no contigo, sino de ti.
Ya no sabe donde meterse, es tan frágil. A veces la veo escondida entre los dientes de una mujer. Le gusta estar ahí, ver cómo su sonrisa le ilumina el rostro bajo sus ojos impenetrables. Le da miedo saber que los únicos ojos que le atraen son esos en los que no puede entrar. Los que la reflejan, los que no la tienen dentro.
Tienes que hacer algo por ella. De pronto me habla sin parar de autores de novelas que no conozco, de pronto alucina lo que nunca sucederá. Ella no es para ti, y tú bien lo sabes; pero te gusta, y por eso armaste ayer el escenario de cartón en el patio de atrás: ese que a ella tanto le gusta.
Mi madre me pidió que te dijera que la dejaras ir. Que ya no le pidas lo que cada vez se cansa más de darte. Mi madre sabe mucho cuando no le dicen nada.
Yo no te diré nada. Yo sólo quiero vomitar sobre ti porque me haces sentir la encerrada que soy. No puedo verte, ni quiero verte, pero odio no poder hacerlo. Odio todo lo que lleva tu nombre. No sé cómo alguien, alguna vez te pudo amar. No sé cómo Estefanía no se da cuenta de tu mediocridad y te manda al diablo. Nadie se da cuenta lo poco que vales. Te amo.
La espada y la pared son ambas una amenaza muy leve como para detenerme. Tu silencio es cada día más una causa para rechazarte. Odio tu silencio tanto como ella lo ama. Odio el verde de las palabras que no dices y el rojo de las mentiras que salen de ti como vómito en la madrugada. Hay ocasiones en que desearía no parar de escribir para no volver a verte, porque cuando escribo el tiempo es más lento; porque cuando escribo no estás tú.
Hay algo en éstas palabras que me dan el sabor de la amargura a la que regreso cuando te huelo, cuando sé que eres una construcción de deseos que detesto. Estefanía no te dejará, lo sé. Y su suerte correrá como un río blanquecino que la preñará de angustia permanente. Probablemente, pese a lo que dice, abandonará todo por ti; y yo miraré como la rechazas mientras contemplas su belleza, mientras te regocijas en saber que es estéticamente tuya, por un tiempo. Les serviré el café esperando a que mueran poco a poco con el veneno que mezclo con el azúcar. Pero Estefanía no toma azúcar: no hay problema, la amargura que vivirá junto a ti la llevará a buscar algo dulce sobre su lengua.
Sabrán que fui yo, porque le diré a mi madre lo que hice. Ella callará, porque sabe cuanto te amo y sabe también que es mejor si te mueres, si te llevas en el maldito cuerpo todo lo que tienes de mí. Mi madre es sabia.
°
“Mis versos son mi impotencia.
Lo que no logro, lo escribo;
y los ritmos diversos que hago alivian mi cobardía”
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
TIEMPO LIBRE
Tener tiempo libre me hace pensar en esclavitud. Yo también soy de las que nada más habla, pero no hace nada a la hora de la hora. En este post me quejaré, como siempre, de "la sociedad" Oh, sociedad opresora que tanto daño haces a mi magnífica persona ¿Por qué has creado el concepto de Tiempo Libre? ¿No es la vida libre para ser-en-el-mundo?
El tiempo libre también es obligatorio. El tiempo libre es chantaje. Te doy mi tiempo productivo, oh, sociedad, para que a cambio me des tiempo libre, para tener un ratito junto a mi escusadito para leer.
Tiempo libre da la idea de desperdicio; derramarse, esparcirse en el tiempo sin recipiente. Colarse por la primera alcantarilla cuando ya sus servicios no son requeridos por La Empresa S.A. de C.V. ¿Qué de malo tienen las empresas que las insulto tanto?¿No estudié yo la carrera de Licenciado en Administración de Empresas? Si, pero ya no quiero hacer eso. Trabajar así no me deja tiempo libre. Yo quiero tener MAS tiempo libre. No quiero ser empleada de 9 a 5 (Pero ¿Son los empleados de nueve a cinco las personas que verdaderamente trabajan, o son simplemente quienes no conocen más allá de sus narices y creen que es lo único que pueden hacer para ganarse la vida? No, hay muchas maneras de ganarse la vida viviendo la mayor parte del tiempo libre. Por ejemplo: uno puede inventar que está enamorado del lenguaje, y dedicarse horas enteras a ver los productos de otros vividores en ese artefacto obsolescente llamado libro y, por si no fuera poco, dedicarse otras tantas horas a sentarse de la misma manera que lo hace frente a la televisión, pero ahora pensando agudamente y moviendo los dedos: uno está e-s-c-r-i-b-i-e-n-d-o, que no lo molesten, pues este es un acto heroico al que sólo unos cuantos tiene acceso, es utilizar el lenguaje de los dioses, es ser-por-encima-del-ser.
Pero si me preguntan que si creo esto, lo negaré todo. Diré que es ficción. Es más, diré que es ficción de la ficción.
Yo solamente escribo un post de protesta contra la creación de la necesidad del tiempo libre. Incluso puedo decir que es un tiempo planeado para el consumo: Sí! diré que el tiempo libre lo creó el Estado como una recompensa pagada por el mismo trabajador a su esfuerzo: Si trabajas bien y ganas mucho, te premiaré permitiéndote que te vayas de compras y te gastes tu sueldo ¿Pero cuál es mi problema con que la gente trabaje y se gaste su dinero en lo que le da más placer? Es que esas personas no saben lo que yo. Yo en mis grandes investigaciones me he dado cuenta de que los manipulan y no se han enterado, de que tan sólo trabajan para enriquecer a unos cuantos. Por eso yo trabajo dando clases, para ganar una cantidad ridícula y poder criticar a mis anchas a los empresarios que formo con las clases que doy. El simple hecho de vivir es un acto capitalista. Hagas lo que hagas "trabajas para ellos" Oh, oh, estamos perdidos! No hay salida por ningún lado! Incluso Marx trabajaba para ellos!
Como toda opción que me ofrece esta sociedad es perversa y busca exprimirme, he decidido dedicarme a escribir de lo que sería si esto no existiera. Utilizar bien mi tiempo libre. Pero al escribir utilizo una computadora hecha: Oh, no! En Estados Unidos! y consumo luz que pagaré al gobierno de Fox. La casa en la que estoy mientras escribo es propiedad privada! Pero mi tiempo es libre. Sí, eso es, mi tiempo es libre. Pero no te acerques mucho y me digas lo contrario porque te doy la razón.
Los nihilistas están en lo cierto: nada vale la pena, no hay esperanza de nada, todo es mierda. Mientras tanto, disfruto al máximo mi tiempo libre.
TIEMPO LIBRE
Tener tiempo libre me hace pensar en esclavitud. Yo también soy de las que nada más habla, pero no hace nada a la hora de la hora. En este post me quejaré, como siempre, de "la sociedad" Oh, sociedad opresora que tanto daño haces a mi magnífica persona ¿Por qué has creado el concepto de Tiempo Libre? ¿No es la vida libre para ser-en-el-mundo?
El tiempo libre también es obligatorio. El tiempo libre es chantaje. Te doy mi tiempo productivo, oh, sociedad, para que a cambio me des tiempo libre, para tener un ratito junto a mi escusadito para leer.
Tiempo libre da la idea de desperdicio; derramarse, esparcirse en el tiempo sin recipiente. Colarse por la primera alcantarilla cuando ya sus servicios no son requeridos por La Empresa S.A. de C.V. ¿Qué de malo tienen las empresas que las insulto tanto?¿No estudié yo la carrera de Licenciado en Administración de Empresas? Si, pero ya no quiero hacer eso. Trabajar así no me deja tiempo libre. Yo quiero tener MAS tiempo libre. No quiero ser empleada de 9 a 5 (Pero ¿Son los empleados de nueve a cinco las personas que verdaderamente trabajan, o son simplemente quienes no conocen más allá de sus narices y creen que es lo único que pueden hacer para ganarse la vida? No, hay muchas maneras de ganarse la vida viviendo la mayor parte del tiempo libre. Por ejemplo: uno puede inventar que está enamorado del lenguaje, y dedicarse horas enteras a ver los productos de otros vividores en ese artefacto obsolescente llamado libro y, por si no fuera poco, dedicarse otras tantas horas a sentarse de la misma manera que lo hace frente a la televisión, pero ahora pensando agudamente y moviendo los dedos: uno está e-s-c-r-i-b-i-e-n-d-o, que no lo molesten, pues este es un acto heroico al que sólo unos cuantos tiene acceso, es utilizar el lenguaje de los dioses, es ser-por-encima-del-ser.
Pero si me preguntan que si creo esto, lo negaré todo. Diré que es ficción. Es más, diré que es ficción de la ficción.
Yo solamente escribo un post de protesta contra la creación de la necesidad del tiempo libre. Incluso puedo decir que es un tiempo planeado para el consumo: Sí! diré que el tiempo libre lo creó el Estado como una recompensa pagada por el mismo trabajador a su esfuerzo: Si trabajas bien y ganas mucho, te premiaré permitiéndote que te vayas de compras y te gastes tu sueldo ¿Pero cuál es mi problema con que la gente trabaje y se gaste su dinero en lo que le da más placer? Es que esas personas no saben lo que yo. Yo en mis grandes investigaciones me he dado cuenta de que los manipulan y no se han enterado, de que tan sólo trabajan para enriquecer a unos cuantos. Por eso yo trabajo dando clases, para ganar una cantidad ridícula y poder criticar a mis anchas a los empresarios que formo con las clases que doy. El simple hecho de vivir es un acto capitalista. Hagas lo que hagas "trabajas para ellos" Oh, oh, estamos perdidos! No hay salida por ningún lado! Incluso Marx trabajaba para ellos!
Como toda opción que me ofrece esta sociedad es perversa y busca exprimirme, he decidido dedicarme a escribir de lo que sería si esto no existiera. Utilizar bien mi tiempo libre. Pero al escribir utilizo una computadora hecha: Oh, no! En Estados Unidos! y consumo luz que pagaré al gobierno de Fox. La casa en la que estoy mientras escribo es propiedad privada! Pero mi tiempo es libre. Sí, eso es, mi tiempo es libre. Pero no te acerques mucho y me digas lo contrario porque te doy la razón.
Los nihilistas están en lo cierto: nada vale la pena, no hay esperanza de nada, todo es mierda. Mientras tanto, disfruto al máximo mi tiempo libre.
martes, diciembre 16
Disculpa ¿te engendré?
De paseo por el no tan frecuentado patio trasero de mi casa, observo a mis perros caminar hacia mí; los saludo:
–Hola niños ¿Cómo están? Soy su madre ¿Se acuerdan de mí?
Por eso no tengo hijos.
NAVICULA
Hace días habita en mi casa un árbol “de navidad”.
(de navidad es un decir porque hasta hoy no tiene adornos)
Me siento mal por tener un árbol de navidad en mi sala.
No quisiera tener un árbol de navidad.
Las festividades navideñas me parecen ridículas.
Es estúpido (pero redituable) designar una temporada especial para consumir.
La idea original de la navidad no era consumir.
Era celebrar un nacimiento.
Nacer es la primera cualidad de un consumidor.
Nacer te hace ciudadano.
Ser ciudadano te hace acreedor a una identificación.
La identificación te permite obtener una tarjeta de crédito.
Nacer es un acto indispensable para el consumo.
Por eso en Noruega otorgan subsidios a quien tenga hijos.
Necesitan consumidores.
Rechazar la navidad me hace diferente.
La mayoría no la rechaza.
También hay quienes lo hacen.
Rechazar es fácil.
Evitar es fácil.
Decir no.
Quedar como un desierto a base de negar.
¿Es mejor un bosque a un desierto?
En el bosque existe vida en abundancia.
Pero su suelo es húmedo.
Un desierto nunca podría ser bosque.
La arena.
Observé la navidad desde la vitrina, sin hambre.
La no hambre de un enfermo de cáncer.
Mañana comeré.
El regalo que con hambre de hambre,
descubro ante mis ojos,
me da el mismo placer que un orgasmo fingido.
La navidad es sexo seguro, pagado
y obligatorio.
DERECHOS LINGUISTICOS
Me gustaría existir en un mundo de igualdad entre los vocablos, en el que vivir tuviera la misma relevancia que cualquier otro verbo en infinitivo.
QUE TIPO DE CAMBIO
Es toda una curiosidad para quienes no residen en la frontera, el hecho de que en nuestras carteras se puedan encontrar indistintamente dólares y pesos. Quienes lo han vivido y mudan a otro lugar, lo extrañan. Quienes llegan a la región tienen que “acostumbrarse”; y aquellos que no lo han experimentado tratan de imaginarlo románticamente. Pero quienes vivimos aquí, sabemos que no es nada del otro mundo, que incluso llega a perjudicar nuestra economía cuando traemos solamente dólares y tenemos que pagar algo en la ciudad, pues el tipo de cambio no siempre es favorecedor.
Hace años, y no muchos, los Tijuanenses casi no conocían su propia moneda, pues todo se manejaba en dólares. Con la devaluación de 1984, ésta costumbre fue mermando poco a poco; sin embargo, aún tenemos algunas reminiscencias (negativas) como lo son el cobro de las rentas de inmuebles en dólares, los honorarios de médicos, mecánicos y la venta de autos entre otros. El peso es ya la moneda que circula mayormente en la región, pero los dólares siguen siendo bienvenidos. No sucede lo mismo al otro lado de la frontera.
Son contadísimos los establecimientos que en San Diego (y léase San Ysidro), reciben nuestra moneda, y si lo hacen, el tipo de cambio que manejan es ridículo. Los demás optan por rechazar totalmente el peso mexicano. Pareciera que los vecinos de los norteamericanos somos nosotros, pero ellos no son vecinos de nadie. Lo mexicano tiene valor allá solamente si se transforma; si, como los cantantes, hace el crossover; si, como los tacos, se baña de queso amarillo; si, como los mexicanos, se hace pocho.
Es ridículo, mientras te mueres de hambre, darle un billete de cien pesos a la cajera de la franquicia de hamburguesas que está a unos metros de la línea internacional, y que te lo rechace. Allá no te reconocen si no aspiras a ser como ellos, si no te traduces; pero puedes cruzar la garita y, con el mismo billete de cien pesos, comprar tu hamburguesa en la misma franquicia: así ya no importa, estás en tu corral tercermundista y tu dinero será lavado, desinfectado y coloreado de verde para ingresar al país de los sueños. Pero ni quejarse, pues como dice Chente: mientras el público tercermundista continúe aplaudiendo, Estados Unidos nos seguirá cantando.
De paseo por el no tan frecuentado patio trasero de mi casa, observo a mis perros caminar hacia mí; los saludo:
–Hola niños ¿Cómo están? Soy su madre ¿Se acuerdan de mí?
Por eso no tengo hijos.
NAVICULA
Hace días habita en mi casa un árbol “de navidad”.
(de navidad es un decir porque hasta hoy no tiene adornos)
Me siento mal por tener un árbol de navidad en mi sala.
No quisiera tener un árbol de navidad.
Las festividades navideñas me parecen ridículas.
Es estúpido (pero redituable) designar una temporada especial para consumir.
La idea original de la navidad no era consumir.
Era celebrar un nacimiento.
Nacer es la primera cualidad de un consumidor.
Nacer te hace ciudadano.
Ser ciudadano te hace acreedor a una identificación.
La identificación te permite obtener una tarjeta de crédito.
Nacer es un acto indispensable para el consumo.
Por eso en Noruega otorgan subsidios a quien tenga hijos.
Necesitan consumidores.
Rechazar la navidad me hace diferente.
La mayoría no la rechaza.
También hay quienes lo hacen.
Rechazar es fácil.
Evitar es fácil.
Decir no.
Quedar como un desierto a base de negar.
¿Es mejor un bosque a un desierto?
En el bosque existe vida en abundancia.
Pero su suelo es húmedo.
Un desierto nunca podría ser bosque.
La arena.
Observé la navidad desde la vitrina, sin hambre.
La no hambre de un enfermo de cáncer.
Mañana comeré.
El regalo que con hambre de hambre,
descubro ante mis ojos,
me da el mismo placer que un orgasmo fingido.
La navidad es sexo seguro, pagado
y obligatorio.
DERECHOS LINGUISTICOS
Me gustaría existir en un mundo de igualdad entre los vocablos, en el que vivir tuviera la misma relevancia que cualquier otro verbo en infinitivo.
QUE TIPO DE CAMBIO
Es toda una curiosidad para quienes no residen en la frontera, el hecho de que en nuestras carteras se puedan encontrar indistintamente dólares y pesos. Quienes lo han vivido y mudan a otro lugar, lo extrañan. Quienes llegan a la región tienen que “acostumbrarse”; y aquellos que no lo han experimentado tratan de imaginarlo románticamente. Pero quienes vivimos aquí, sabemos que no es nada del otro mundo, que incluso llega a perjudicar nuestra economía cuando traemos solamente dólares y tenemos que pagar algo en la ciudad, pues el tipo de cambio no siempre es favorecedor.
Hace años, y no muchos, los Tijuanenses casi no conocían su propia moneda, pues todo se manejaba en dólares. Con la devaluación de 1984, ésta costumbre fue mermando poco a poco; sin embargo, aún tenemos algunas reminiscencias (negativas) como lo son el cobro de las rentas de inmuebles en dólares, los honorarios de médicos, mecánicos y la venta de autos entre otros. El peso es ya la moneda que circula mayormente en la región, pero los dólares siguen siendo bienvenidos. No sucede lo mismo al otro lado de la frontera.
Son contadísimos los establecimientos que en San Diego (y léase San Ysidro), reciben nuestra moneda, y si lo hacen, el tipo de cambio que manejan es ridículo. Los demás optan por rechazar totalmente el peso mexicano. Pareciera que los vecinos de los norteamericanos somos nosotros, pero ellos no son vecinos de nadie. Lo mexicano tiene valor allá solamente si se transforma; si, como los cantantes, hace el crossover; si, como los tacos, se baña de queso amarillo; si, como los mexicanos, se hace pocho.
Es ridículo, mientras te mueres de hambre, darle un billete de cien pesos a la cajera de la franquicia de hamburguesas que está a unos metros de la línea internacional, y que te lo rechace. Allá no te reconocen si no aspiras a ser como ellos, si no te traduces; pero puedes cruzar la garita y, con el mismo billete de cien pesos, comprar tu hamburguesa en la misma franquicia: así ya no importa, estás en tu corral tercermundista y tu dinero será lavado, desinfectado y coloreado de verde para ingresar al país de los sueños. Pero ni quejarse, pues como dice Chente: mientras el público tercermundista continúe aplaudiendo, Estados Unidos nos seguirá cantando.
sábado, diciembre 13
jueves, diciembre 11
STUFF THE TURKEY
"La foto era primorosa. No hay otra palabra que la describa mejor. George W. Bush, el valiente, en Bagdad. Bush, el generoso, ofreciéndole pavo a los poderosos soldados estadunidenses. Bush, el creyente, acompañando a sus tropas en el día de Acción de Gracias.
Todo mundo se sorprendió con la visita relámpago del Generalísimo a esas tierras para subirle la moral a sus vapuleadas tropas, para acompañar a sus héroes en ese día tan importante. La foto presentaba al presidente cargando un enorme plato con un pavo gigante, crujiente pero jugoso, dorado y con guarnición, para que los hombres y mujeres que luchan por la libertad tuvieran un momento especial.
Así, los gringos volvieron a ver ese Bush que les gusta, que es arrojado pero bueno, que está ahí dónde las cosas suceden. Fue un gran golpe publicitario.
Sin embargo, oh sorpresa, cometió un error trágico. El Washington Post descubrió que el pavo que portaba el mandatario era falso. No era un pavo que nadie se pudiera comer. Era de plástico.
Cuando increparon al vocero de la Casa Blanca al respecto, desdeño el tema. “No creo que valga la pena comentar esos asuntos”, dijo contundente. Los reporteros, ya bastante cínicos, le preguntaron si el árbol de Navidad de la oficina Oval era de verdad o de plástico. Dijo “estoy bastante seguro que es real”.
George W. Bush, el mentiroso. Bush, el tarado cargando su pavo falso. Bush, el ingenuo, que cree que todos se la van a tragar.
Los soldados, al final, pasaron el Día de Gracias comiendo el mismo rancho que comen todos los días. Recordemos que las tropas tienen prohibido comer alimentos locales. Temen que los envenenen.
Es incomprensible el tema del pavo falso. ¿Qué necesidad? Si Air Force One tiene cocina, ¿por qué no lo prepararon de camino? ¿Cuál era la bronca de darles un pavo de verdad?
Pero el tema verdaderamente medular aquí es la fascinación de este gobernante con la mentira. Sabemos bien que los políticos mienten todo el tiempo. Mienten, sin embargo, con objetivos claros: para ocultar problemas, para ganar afecto, para construir apoyos.
Bush, por su parte, realmente parece que miente porque quiere. Es tal su desprecio hacia su país y hacia los humanos en general, que supone que no tiene ninguna importancia insultar la inteligencia de la gente.
Pero cuando el gobierno decide decir la verdad, lo hace de tal forma que resulta casi tan ofensivo como la mentira. Un ejemplo realmente delirante son las recientes declaraciones de Fox sobre la reforma fiscal. El presidente de nuestro país nos dijo que “hay que ponerle” y que “no le saquen al parche” de nuevos impuestos.
Más real, imposible. Fox nos dio a entender que con la reforma se va a fornicar a la población, pero ándenle, no le saquen reinitas.
Sabes que tienes problemas cuando el presidente alburea a la nación en un bizarro intento de ganarse su simpatía.
También estamos en broncas cuando otro presidente, en este caso Bush, trata sistemáticamente de engañar al mundo en las cosas más insignificantes. No estamos tratando un estilo personal de gobernar: es una bronca patológica.
Así, entre el Pavogate y el Parchegate ya no sé ni a quién irle. La verdad es tan horrorosa que a veces preferimos que nos mientan; pero las mentiras son tan obscenas, que preferimos la verdad.
Esto da lugar a sociedades que viven en una especie de esquizofrenia permanente. Es un dilema real, y estos dos presidentes lo enfrentan con una falta de astucia que sorprende. "
El Pavogate
( Andrés Pascoe Rippey )
La crónica, 7.12.03
"La foto era primorosa. No hay otra palabra que la describa mejor. George W. Bush, el valiente, en Bagdad. Bush, el generoso, ofreciéndole pavo a los poderosos soldados estadunidenses. Bush, el creyente, acompañando a sus tropas en el día de Acción de Gracias.
Todo mundo se sorprendió con la visita relámpago del Generalísimo a esas tierras para subirle la moral a sus vapuleadas tropas, para acompañar a sus héroes en ese día tan importante. La foto presentaba al presidente cargando un enorme plato con un pavo gigante, crujiente pero jugoso, dorado y con guarnición, para que los hombres y mujeres que luchan por la libertad tuvieran un momento especial.
Así, los gringos volvieron a ver ese Bush que les gusta, que es arrojado pero bueno, que está ahí dónde las cosas suceden. Fue un gran golpe publicitario.
Sin embargo, oh sorpresa, cometió un error trágico. El Washington Post descubrió que el pavo que portaba el mandatario era falso. No era un pavo que nadie se pudiera comer. Era de plástico.
Cuando increparon al vocero de la Casa Blanca al respecto, desdeño el tema. “No creo que valga la pena comentar esos asuntos”, dijo contundente. Los reporteros, ya bastante cínicos, le preguntaron si el árbol de Navidad de la oficina Oval era de verdad o de plástico. Dijo “estoy bastante seguro que es real”.
George W. Bush, el mentiroso. Bush, el tarado cargando su pavo falso. Bush, el ingenuo, que cree que todos se la van a tragar.
Los soldados, al final, pasaron el Día de Gracias comiendo el mismo rancho que comen todos los días. Recordemos que las tropas tienen prohibido comer alimentos locales. Temen que los envenenen.
Es incomprensible el tema del pavo falso. ¿Qué necesidad? Si Air Force One tiene cocina, ¿por qué no lo prepararon de camino? ¿Cuál era la bronca de darles un pavo de verdad?
Pero el tema verdaderamente medular aquí es la fascinación de este gobernante con la mentira. Sabemos bien que los políticos mienten todo el tiempo. Mienten, sin embargo, con objetivos claros: para ocultar problemas, para ganar afecto, para construir apoyos.
Bush, por su parte, realmente parece que miente porque quiere. Es tal su desprecio hacia su país y hacia los humanos en general, que supone que no tiene ninguna importancia insultar la inteligencia de la gente.
Pero cuando el gobierno decide decir la verdad, lo hace de tal forma que resulta casi tan ofensivo como la mentira. Un ejemplo realmente delirante son las recientes declaraciones de Fox sobre la reforma fiscal. El presidente de nuestro país nos dijo que “hay que ponerle” y que “no le saquen al parche” de nuevos impuestos.
Más real, imposible. Fox nos dio a entender que con la reforma se va a fornicar a la población, pero ándenle, no le saquen reinitas.
Sabes que tienes problemas cuando el presidente alburea a la nación en un bizarro intento de ganarse su simpatía.
También estamos en broncas cuando otro presidente, en este caso Bush, trata sistemáticamente de engañar al mundo en las cosas más insignificantes. No estamos tratando un estilo personal de gobernar: es una bronca patológica.
Así, entre el Pavogate y el Parchegate ya no sé ni a quién irle. La verdad es tan horrorosa que a veces preferimos que nos mientan; pero las mentiras son tan obscenas, que preferimos la verdad.
Esto da lugar a sociedades que viven en una especie de esquizofrenia permanente. Es un dilema real, y estos dos presidentes lo enfrentan con una falta de astucia que sorprende. "
El Pavogate
( Andrés Pascoe Rippey )
La crónica, 7.12.03
martes, diciembre 9
lunes, diciembre 8
HOUSE OF HORRORS
Sí, sí, ya sé, debería saber para que sirve esa canasta, pero no tiene caso: no tengo la menor idea. Sí, ya sé, te veo cómo te mueves con tu cabello teñido de rayos rubios y tus implantes de senos, mientras examinas con cuidado y admiración ese candelero-frutero-telaraña-sabe-jodidos qué. Eres hábil para reconocer esos objetos en esta tienda inmensa de utensilios extraños. Me aterra que sean tantos y que yo no sepa para qué sirven, o dónde ponerlos o cómo distribuirlos en una manera adecuada dentro de un adecuado hogar.
Te veo acumular artefactos para el baño en tu carrito, en el que paseas a tu pequeño clon: peinadita y muy lista en la identificación de objetos misteriosos. ¿Para que sirven todos esas cosas de cerámica que cuestan entre diecisiete y cuarenta dólares? Tal vez deba tomar una curso, pero yo en el baño sólo tengo: jabón, dos toallas, papel y un bote; es más, ni siquiera encuentro en éste un lugar en el cual podría acumular todos esos objetos extraños. Te sigo con la mirada y con el carrito vacío, mientras pienso que será difícil aprender algo de tan experta mujer, así que busco a alguien que, como yo, sea amateur en esto de los objetos misteriosos. La encuentro, es rellenita y desaliñada. La sigo.
Ella observa con preocupación montones de pequeños marcos para fotos. Para mí los marcos para fotos son lo que le regalas a las personas por las que no sientes afecto alguno, pero no se compran para la casa. Ella saca una lista con varias medidas y escoge cuatro marcos de lo más extraño. Luego gira y lanza a su carrito unas cucharas con picos y mangos enormes, como para alimentar una de las bestias con las que sueño ultimamente. No contenta con eso, empuja su carrito con velocidad y sube por el elevador al segundo piso de la tienda, dirigiéndose a lo más amenazador que venden. Tengo miedo de acercarme. ¡Son flores artificiales! Me escondo tras un altero de toallas para secarse los falanges, las falanginas y las falangetas, cada una con distinto estampado y color. La observo con terror mientras llena su carrito de tan monstruosos artefactos.
-¿Qué le pasa a esa señora, mamá? -te pregunta tu hija, mientras se lleva sus adecuadas manitas a la boca para ocultar su sonrisa. Tú me miras algo confundida, pero tu pensamiento no me registra, pues tratas de acordarte si tu amiga Liza pidió las copas verdes de Mikasa que tienen dibujitos azules o las de Lennox que tienen dibujitos azules, pero más pequeños.
Me da vértigo. Sé que tengo que hacer algo por mí pronto o me desmayaré. Entonces decido hacer el último intento y explorar por mi cuenta, sin que tú me mires, tu hija me juzgue o ella me aterre con sus gustos. Camino con mi carrito vacío, al cual integro con rapidez un enorme cojín para aparentar que llevo algo; el cojín no me deja ver nada, así que lo boto inmediatamente. Trato de recordar qué carajos ando buscando en esa tienda. Lo recuerdo: un bote de basura y un sujeta libros para mi estudio. Encuentro botes de basura que tejieron los de la tribu fjeck de Madagascar:$39.99: No gracias, puede tener algún virus raro. Hay unos de vidrio, otros de plástico y algunos más que no estoy segura si son botes de basura, charolas, cubetas o aparatos; decido ir a lo más sencillo y me lanzo a buscar un sujetador de libros. Pero en el camino, cajas extrañas con aparatos increíbles me preguntan para qué sirven. Y luego los juegos de cubiertos de doce piezas distintas, y luego los 101 recipientes para organizar el hogar, y luego mantelitos y cortinas y sabe cuántos utensilios para torturar comida... Abandono el carrito y corro aterrada hacia afuera, a la banqueta, de la cual estoy segura que sirve para sentarse ¿o caminar? mientras tú sales sonriente con tres bolsas en la mano, lista para atacar la tienda de material para manualidades.
domingo, diciembre 7
RESACA POST MUTEK
Me gusta la música electrónica. No hace mucho que empecé a tomarle el gusto, pero en cuanto lo hice, me fascinó. El problema es que como todo lo que disfruto bastante, me pone al borderline entre la más aguda tristeza y la felicidad extática.
Aún no me recupero del concierto de ayer. Nortec estuvo excelente, pero le mezclé sentimientos pretéritos y recientes y los detoné dentro. Cerrando los ojos, bailé dentro del túnel que he creado, sitio desde el cual, la luz de la superficie se vuelve cada día más pequeña.
Quedan tan sólo 23 días del esperado 2003, y la señal que espero no llega.
¿No llegará verdad?
Desciendo.
sábado, diciembre 6
CONTROL REmoto
Nadie debería acumular más conocimientos de los que es capaz de practicar. La información en un sistema produce neguentropía solamente cuando existe en una cantidad razonable; un exceso, por el contrario, acelera la entropía.
Por eso hay quienes tan sólo deberíamos tener la información necesaria para comer, dormir y defecar. Cualquier información adicional nos desintegra.
Cuidado con lo que escribes: podrías creértelo.
"If you're like everybody else, you belive opinions or what you're told. What else is there? Oh nothingness. I have to have visions. I can't have visions, I have to love: I have to be wrong to write". -Kathy Acker
My wish list para esta navidad es: una camisa de fuerza blanca, de algodón resistente; una cadena de un metro de largo, candado incluido or un one way ticket a un far away place. Favor de dirigir la tarjeta a: Mayra's Superyo.
Me gustaría escribir las peticiones de mi Ello, pero mi maldito Superyo me lo impide. Tal vez después de los obsequios navideños lo haga.
DEcapitalismo
They've now realized they have to fight to destroy humanity in order to erase nuclear, chemical and biological weaponry (outside the U.S.) But war isn't that bad: it's only an economic strategy.
Nadie debería acumular más conocimientos de los que es capaz de practicar. La información en un sistema produce neguentropía solamente cuando existe en una cantidad razonable; un exceso, por el contrario, acelera la entropía.
Por eso hay quienes tan sólo deberíamos tener la información necesaria para comer, dormir y defecar. Cualquier información adicional nos desintegra.
Cuidado con lo que escribes: podrías creértelo.
"If you're like everybody else, you belive opinions or what you're told. What else is there? Oh nothingness. I have to have visions. I can't have visions, I have to love: I have to be wrong to write". -Kathy Acker
My wish list para esta navidad es: una camisa de fuerza blanca, de algodón resistente; una cadena de un metro de largo, candado incluido or un one way ticket a un far away place. Favor de dirigir la tarjeta a: Mayra's Superyo.
Me gustaría escribir las peticiones de mi Ello, pero mi maldito Superyo me lo impide. Tal vez después de los obsequios navideños lo haga.
DEcapitalismo
They've now realized they have to fight to destroy humanity in order to erase nuclear, chemical and biological weaponry (outside the U.S.) But war isn't that bad: it's only an economic strategy.
viernes, diciembre 5
CITANDOME
Fragmento de: En su idioma
Ahora podría escribir lo que pasó después y adjetivarlo equivocadamente. Tal vez lo narraría de una manera muy extensa o muy corta. Tal vez omitiría eventos y sensaciones. De cualquier manera lo que las palabras representarían sería mi ideal de lo que sucedió, con las limitaciones del lenguaje ¿Qué sucedió realmente? ¿Qué relato puede conjugar lo que quiso decirme con su cuerpo y lo que yo interpreté y, viceversa? ¿Qué relato une lo anterior a un tercer elemento que observaba imparcial la distancia entre ambos? No hay nada más verídico que lo que no se dice. Eso sucedió.
Fragmento de: En su idioma
Ahora podría escribir lo que pasó después y adjetivarlo equivocadamente. Tal vez lo narraría de una manera muy extensa o muy corta. Tal vez omitiría eventos y sensaciones. De cualquier manera lo que las palabras representarían sería mi ideal de lo que sucedió, con las limitaciones del lenguaje ¿Qué sucedió realmente? ¿Qué relato puede conjugar lo que quiso decirme con su cuerpo y lo que yo interpreté y, viceversa? ¿Qué relato une lo anterior a un tercer elemento que observaba imparcial la distancia entre ambos? No hay nada más verídico que lo que no se dice. Eso sucedió.
SIN OBJETIVO
Ah que con estos nuevos inventos! terminan por echarlo a uno a perder. Es cómico lo paradójico del orden actual: un círculo de consumo hasta en los aspectos psicológicos antes irrelevantes.
El voyeurismo es un acto antisocial, egoísta. Esta práctica es tratada en millones de consultorios en este momento en todo el planeta, gracias a que poco a poco nos han convencido de que ir al terapeuta es bueno, que nadie somos lo suficientemente cuerdos como para arreglárnoslas por nosotros mismos, sobre todo ahora que han bajado mucho los ratings de los sacerdotes. Entonces, como somos modernos, vamos al psicólogo, pues, a diferencia de nuestras abuelas, sabemos que “no sólo van los que están locos”. Por eso estudio la maestría, porque ahora un psicólogo es más capitalista que un administrador de empresas.
Pero, como hay que estar en todo, es imposible que el voyeurista sane, entonces, además de canales pornográficos, El Mexicano segunda sección , Big Bother y los Blogspots, inventamos la E-Lists, a las cuales podemos tener acceso sin necesidad de participar y, enterarnos del chisme; ey! incluso sentimos que formamos parte (siento, corregiría mi terapeuta, quien se empeña que todo hable en primera persona “para hacerme responsable”) Está bien, así lo haré: Siento que participo y, aparte de todo: mi correo se satura maravillosamente con mensajes “interesantes”. Los leo en silencio como si vigilara a mis vecinos, y luego voy a terapia a decir que no me gusta el mundo de cerca, que las personas tienen muchos defectos y no las soporto.
La realidad es que si soporto a la gente pero, como a la mayoría de mi generación, no me gusta comprometerme: Problema muy grande! Debo ir a terapia! Aunque la realidad es que también hace falta comprometerse a no comprometerse, pues es una elección como cualquier otra y tiene sus consecuencias. No es libertad, es tan esclavizante como el compromiso. Pero nadie debe darse cuenta, para que sigamos yendo a terapia y chateando con gente imaginaria. El chat es el mejor aliado del esquizoide: el cuerpo no es necesario.
Al final de cuentas todo se reduce a una mera elección. Si el mundo es una mierda es porque quiero verlo así, si el mundo es maravilloso y como dice De Chardin: sigue un proceso constante hacia la complejificación y la formación del Ser, es porque quiero creer eso. Entonces toda crítica se vuelve cómica, por ser la exactamente el polo opuesto e idéntico al que sostengo. Dejando atrás la neurosis, el mundo posee el sabor del agua: habrá quien la disfrute y quien no.
Ah que con estos nuevos inventos! terminan por echarlo a uno a perder. Es cómico lo paradójico del orden actual: un círculo de consumo hasta en los aspectos psicológicos antes irrelevantes.
El voyeurismo es un acto antisocial, egoísta. Esta práctica es tratada en millones de consultorios en este momento en todo el planeta, gracias a que poco a poco nos han convencido de que ir al terapeuta es bueno, que nadie somos lo suficientemente cuerdos como para arreglárnoslas por nosotros mismos, sobre todo ahora que han bajado mucho los ratings de los sacerdotes. Entonces, como somos modernos, vamos al psicólogo, pues, a diferencia de nuestras abuelas, sabemos que “no sólo van los que están locos”. Por eso estudio la maestría, porque ahora un psicólogo es más capitalista que un administrador de empresas.
Pero, como hay que estar en todo, es imposible que el voyeurista sane, entonces, además de canales pornográficos, El Mexicano segunda sección , Big Bother y los Blogspots, inventamos la E-Lists, a las cuales podemos tener acceso sin necesidad de participar y, enterarnos del chisme; ey! incluso sentimos que formamos parte (siento, corregiría mi terapeuta, quien se empeña que todo hable en primera persona “para hacerme responsable”) Está bien, así lo haré: Siento que participo y, aparte de todo: mi correo se satura maravillosamente con mensajes “interesantes”. Los leo en silencio como si vigilara a mis vecinos, y luego voy a terapia a decir que no me gusta el mundo de cerca, que las personas tienen muchos defectos y no las soporto.
La realidad es que si soporto a la gente pero, como a la mayoría de mi generación, no me gusta comprometerme: Problema muy grande! Debo ir a terapia! Aunque la realidad es que también hace falta comprometerse a no comprometerse, pues es una elección como cualquier otra y tiene sus consecuencias. No es libertad, es tan esclavizante como el compromiso. Pero nadie debe darse cuenta, para que sigamos yendo a terapia y chateando con gente imaginaria. El chat es el mejor aliado del esquizoide: el cuerpo no es necesario.
Al final de cuentas todo se reduce a una mera elección. Si el mundo es una mierda es porque quiero verlo así, si el mundo es maravilloso y como dice De Chardin: sigue un proceso constante hacia la complejificación y la formación del Ser, es porque quiero creer eso. Entonces toda crítica se vuelve cómica, por ser la exactamente el polo opuesto e idéntico al que sostengo. Dejando atrás la neurosis, el mundo posee el sabor del agua: habrá quien la disfrute y quien no.
jueves, diciembre 4
ACUMULACIONES
Todos los objetos que veo son recipientes. Todas las acciones y, sobre todo, las palabras. Existe un acumulación constante de historia no solicitada en cada imagen, en cada sitio, en cada grafía. El aquí y ahora es imposible sin el allá y ese día. Cada aroma ha recorrido siglos de recolectar elementos para llegar a ser la que huelo, cada objeto es una serie de envolturas que se abren en infinitas revelaciones de personas, sonidos, hechos y situaciones que lo moldearon a través del tiempo, hasta llegar a la forma que yo también moldeo.
¿Existe algo virgen?
Lo no tocado es tan imposible como lo demasiado tocado. No existe medición para lo que se constituye en el devenir. El proceso que nunca inició continúa incesante, hasta que no se detenga. De pronto se cree en los inicios, pero no hay tal cosa. De pronto ella habla y dice que vive inicios, y que la rutina le agobia, que no la quiere. Nunca hubo un inicio; la rutina es una y se llama proceso constante, sin embargo, no es repetitivo: nada podría serlo.
En esta palabra se han dado las más increíbles historias aunque no me leas. En los instantes huecos de las conversaciones hay dejos de un dolor que nada sana: incluso el silencio posee una historia. La historia de los silencios no es ajena a la de las palabras, pero la sostiene.
No quisiera ver mi collar y escuchar las voces que habitan en cada piedra, pero lo hago. No quisiera encontrar restos amarillos circulares en mi suéter y acumularlos como gotas de ámbar; pero la historia habla a los que escuchan de otro modo, a los "esquizoides", quienes tenemos la capacidad de "dejar entrar una luz que no penetra en las mentes intactas de muchas personas cuerdas, cuyas mentes están cerradas" (R.D. Laing). Por eso los objetos-personas-palabras se abren ante mí en todo su pasado y presente; hablan con todos los lenguajes que han hablado en todos los tiempos, se descomponen en todas las partes que los constituyen y que los han constituído y, se arman de nuevo.
Cada palabra es pesadísima cuando se siente en ella la carga que soporta en el tiempo.
Quisiera decir "esto" cuando digo esto, pero cuando yo lo digo ya ha sido dicho por ella, por él, y pensado por miles de mentes antes de que fuesen encarnadas, y esto era pensado de otro modo antes de que fuera esto, y fue muchos estos que se uniformaron en esto y lograron ser esto en este momento; sin embargo, esto no es tan sólo a lo que me refiero.
Sería excelente la invención de un aparato que sustrajera la acumulación histórica en la existencia, pero ¿Cuál sería el nuevo significado? ¿Existe un significado sin historia?
Quiero creer que sí, quiero aspirar a una vida de amnesia crónica en la que la memoria no tiene almacén propio, en la que cada instante es olvidable y, por lo tanto, el lenguaje es una herramienta inútil para el hombre, un defecto innecesario.
Todos los objetos que veo son recipientes. Todas las acciones y, sobre todo, las palabras. Existe un acumulación constante de historia no solicitada en cada imagen, en cada sitio, en cada grafía. El aquí y ahora es imposible sin el allá y ese día. Cada aroma ha recorrido siglos de recolectar elementos para llegar a ser la que huelo, cada objeto es una serie de envolturas que se abren en infinitas revelaciones de personas, sonidos, hechos y situaciones que lo moldearon a través del tiempo, hasta llegar a la forma que yo también moldeo.
¿Existe algo virgen?
Lo no tocado es tan imposible como lo demasiado tocado. No existe medición para lo que se constituye en el devenir. El proceso que nunca inició continúa incesante, hasta que no se detenga. De pronto se cree en los inicios, pero no hay tal cosa. De pronto ella habla y dice que vive inicios, y que la rutina le agobia, que no la quiere. Nunca hubo un inicio; la rutina es una y se llama proceso constante, sin embargo, no es repetitivo: nada podría serlo.
En esta palabra se han dado las más increíbles historias aunque no me leas. En los instantes huecos de las conversaciones hay dejos de un dolor que nada sana: incluso el silencio posee una historia. La historia de los silencios no es ajena a la de las palabras, pero la sostiene.
No quisiera ver mi collar y escuchar las voces que habitan en cada piedra, pero lo hago. No quisiera encontrar restos amarillos circulares en mi suéter y acumularlos como gotas de ámbar; pero la historia habla a los que escuchan de otro modo, a los "esquizoides", quienes tenemos la capacidad de "dejar entrar una luz que no penetra en las mentes intactas de muchas personas cuerdas, cuyas mentes están cerradas" (R.D. Laing). Por eso los objetos-personas-palabras se abren ante mí en todo su pasado y presente; hablan con todos los lenguajes que han hablado en todos los tiempos, se descomponen en todas las partes que los constituyen y que los han constituído y, se arman de nuevo.
Cada palabra es pesadísima cuando se siente en ella la carga que soporta en el tiempo.
Quisiera decir "esto" cuando digo esto, pero cuando yo lo digo ya ha sido dicho por ella, por él, y pensado por miles de mentes antes de que fuesen encarnadas, y esto era pensado de otro modo antes de que fuera esto, y fue muchos estos que se uniformaron en esto y lograron ser esto en este momento; sin embargo, esto no es tan sólo a lo que me refiero.
Sería excelente la invención de un aparato que sustrajera la acumulación histórica en la existencia, pero ¿Cuál sería el nuevo significado? ¿Existe un significado sin historia?
Quiero creer que sí, quiero aspirar a una vida de amnesia crónica en la que la memoria no tiene almacén propio, en la que cada instante es olvidable y, por lo tanto, el lenguaje es una herramienta inútil para el hombre, un defecto innecesario.
martes, diciembre 2
SER, LA MEJOR ARMA
La historia transcurre generalmente en el dolor, son los dominadores quienes la cuentan, quienes la protagonizan, quienes la planean. En estos momentos existen mentes que desarrollan proyectos de planeación histórica, cuyo trabajo no es el de profetizar, sino el de encargarse de que sus profecías se cumplan. Si alguien no cree que existe algo superior a nosotros que determina nuestras vidas, sólo investigue un poco acerca de los proyectos de diseño a nivel macro que llevan a cabo los países de primer mundo, principalmente nuestros vecinos.
Los proyectos de manipulación y control no son algo lejano que atañe a las empresas de manufactura; son tan bien dirigidos que llegan hasta los asuntos más personales de nuestras vidas: el recorte del personal en la UABC, la suspensión de talleres, la continua suspensión de clases en las escuelas de enseñanza básica. Los paises industrializados necesitan pobres cada vez más pobres, ignorantes cada vez más ignorantes; necesitan que, según Fukuyama, existan tres tercermundistas para sustentar a un ser del primer mundo. Nunca promoverán nuestra mejora porque significa su ruina.
El antropocentrismo ha llegado a tales extremos, que en paises como Suecia, la mayor parte de la vegetación ha sido diseñada por el hombre. El cuento del Jardín del Edén llevado a su máxima expresión. Pero es el hombre quien, en su fracaso de dominarse a sí mismo, intenta dominar a la naturaleza. Es el hombre que golpea a su esposa o la mujer que golpea a sus hijos porque odia su propia vida. La historia magnificada.
Pero en esta aparente desesperanza histórica, en la que presente, pasado y futuro se encuentran encapsulados, debemos remontarnos al punto en el que la historia no existía, punto en el que se encuentra la razón cíclica del mundo. En contra de las propias leyes, el planeta no durará mucho tiempo: el segundo cósmico de la presencia del hombre nunca llegará a ser minuto; pero existe la promesa del tiempo en el que el tiempo no se contaba, la no historia, la prehistoria. El retorno a esa nada es el sentido de la destrucción. La resistencia no evita, tan sólo provoca mayor dolor. Ni la esperanza ilusa del cambio, ni el nihilismo, ni el hedonismo son respuestas ante esta verdad, sino un profundo aquí y ahora comprometido, que se transforma en el motor más veloz de la aniquilación.
La historia transcurre generalmente en el dolor, son los dominadores quienes la cuentan, quienes la protagonizan, quienes la planean. En estos momentos existen mentes que desarrollan proyectos de planeación histórica, cuyo trabajo no es el de profetizar, sino el de encargarse de que sus profecías se cumplan. Si alguien no cree que existe algo superior a nosotros que determina nuestras vidas, sólo investigue un poco acerca de los proyectos de diseño a nivel macro que llevan a cabo los países de primer mundo, principalmente nuestros vecinos.
Los proyectos de manipulación y control no son algo lejano que atañe a las empresas de manufactura; son tan bien dirigidos que llegan hasta los asuntos más personales de nuestras vidas: el recorte del personal en la UABC, la suspensión de talleres, la continua suspensión de clases en las escuelas de enseñanza básica. Los paises industrializados necesitan pobres cada vez más pobres, ignorantes cada vez más ignorantes; necesitan que, según Fukuyama, existan tres tercermundistas para sustentar a un ser del primer mundo. Nunca promoverán nuestra mejora porque significa su ruina.
El antropocentrismo ha llegado a tales extremos, que en paises como Suecia, la mayor parte de la vegetación ha sido diseñada por el hombre. El cuento del Jardín del Edén llevado a su máxima expresión. Pero es el hombre quien, en su fracaso de dominarse a sí mismo, intenta dominar a la naturaleza. Es el hombre que golpea a su esposa o la mujer que golpea a sus hijos porque odia su propia vida. La historia magnificada.
Pero en esta aparente desesperanza histórica, en la que presente, pasado y futuro se encuentran encapsulados, debemos remontarnos al punto en el que la historia no existía, punto en el que se encuentra la razón cíclica del mundo. En contra de las propias leyes, el planeta no durará mucho tiempo: el segundo cósmico de la presencia del hombre nunca llegará a ser minuto; pero existe la promesa del tiempo en el que el tiempo no se contaba, la no historia, la prehistoria. El retorno a esa nada es el sentido de la destrucción. La resistencia no evita, tan sólo provoca mayor dolor. Ni la esperanza ilusa del cambio, ni el nihilismo, ni el hedonismo son respuestas ante esta verdad, sino un profundo aquí y ahora comprometido, que se transforma en el motor más veloz de la aniquilación.