martes, noviembre 25

PALABRAS DE CONSUELO

En el afán de regodearme en lo que tanto desprecio, es decir, las palabras, he estado observando con atención la manera en la que son utilizadas por las personas para decir lo que no desean decir, no diciéndolo.

Me visto con una falda negra muy larga; no porque sea vergonzosa, ni mojigata. No porque esté de luto o no quiera llamar la atención, sino porque tengo unas ganas inmensas de ponerme una minifalda roja.

Me convierto en el máximo defensor de los derechos humanos. No porque quiera defender a los oprimidos, ni porque desee poseer un status, o aparentar ser bueno, sino porque quisiera destazar a todos esos malditos cuerpos débiles, pusilánimes y lastimosos que van por la calle.

Ooomph.

Si te digo: Niña, yo estaré contigo, porque soy tu madre, porque todo lo abandono por tí; significa: te odio perra desgraciada, ojalá te murieras.

Por supuesto que también existen las frases que dicen la verdad; es decir, no existen.

¿Qué propongo con esto ? Nada, el mundo está muy ocupado viendo La Academia. No creo que puedan desarrollar un proceso de toma de conciencia en el que analicen cómo estructuran sus frases, o cómo, por ejemplo, la vida que llevan es producto del lenguaje oculto que predominó en su familia.

Los refranes o dichos son los códigos internos de las relaciones familiares. "Más vale malo por conocido, que bueno por conocer"; entonces México exporta los insumos y compra el producto terminado. Entonces llega la maquila a utilizar la "maravillosa y milenaria y excelente" mano de obra que poseemos. Entonces los matrimonios duran para toda la vida y los pequeños negocios quiebran ante las transnacionales por casarse para toda la vida con sus métodos obsoletos.

¿Qué pasaría en un mundo de un lenguaje no domesticado? En un mundo de lenguaje infantil, dónde se dice lo que se siente: ni siquiera lo que se piensa.

Es cansado escuchar a alguien que dura horas no diciéndote, lo que no te dijo desde el inicio.

Sugerencia: ninguna. Si la escribo nunca nadie será capaz de aplicarla. Se convertirá en una instrucción más. Por eso existe la libertad de expresión. Porque el gobierno sabe que la manifestación hablada o escrita hecha por el más radical de los ciudadanos, oculta al ser más inofesivo de todos. Los verdaderos reaccionarios hacen sin decir.