domingo, noviembre 30

POST

Después de haber nadado sobre una banca, en un jardín de la calle primera, no queda otra cosa que ser feliz por media hora y después vomitar.


¿Alguien gustará escribir cuando ya no será leído? Puedo decir que no escribo para que me lean, que escribo por gusto o porque soy neurótica o porque me gusta estar sola y a veces me canso de leer; pero, al ver que un porcentaje de lo que escribo es para su publicación inmediata, me doy cuenta de que escribo para que me lean, si no ¿para qué lo publicaría?


Con frecuencia no me soporto: mi lugar perfecto es cualquiera en el que yo no esté.


Desde que no siento nada por las mañanas, el cerebro se me ha exprimido como esponja vieja y, para mi sorpresa, al exprimirlo ha salido otra esponja.


Libre del ojo que busca, me puedo dedicar a hacer de este sitio un intento fallido de narraciones autobiográficas, basura sentimental, y un intento de representación de "mi verdadero yo", si es que existe tal cosa en la realidad, si es que existe la realidad, si es que existe algo.


Este post es un mentira, pero no sé distinguir entre lo de nieve y lo de limón.


A veces somos tan fuertes, que hasta las palabras nos afectan.


Nada de lo anterior tiene sentido; pero aclaro que esta no ha sido la intención del autor.