miércoles, noviembre 6

PAN Y CEREBRO

Esta mañana, salí rumbo a la oficina y enfrenté las tres opciones que tengo cuando voy en el carro: mantener un diálogo creativo con mi cerebro, prender el radio y mantener el mismo diálogo, sólo interrumpido e influenciado por la música y/o comerciales, o de plano cantar a todo pulmón. Opté por la tercera y le subí al radio, sin embargo, mi cerebro no coincidió conmigo. Me decía: ¿cómo es posible que cantes esa basura? yo seguí: detrás del tiempo me instalé, pero no es posible, te siguen a todos lados, los malditos gritan en tu casa, en el mercado, en la tienda,cubrí mis ojos con mis manos y luego imaginé, que estabas ahí de pie, traes uno en tu bolsa (no, no lo traigo, se me olvidó en la casa) lavadora, secadora, mira: un volantito, léelo, ve con la Sra. Diana que te ayudará a ser feliz, que tus ojos me cuentan que te han visto llorar, están en todos lados, son parte de un complot para controlarte, para evitar que pienses, y tú, mírate, otra más, sin ti, ya no regresaré al lugar donde te conocí, huye, apaga esa cosa, mira la ciudad, anda, piensa en el inicio de un poema, tanto tiempo juntos y ahora te tienes que irSí, no me escuches, al cabo ya casi llegas y en nuestro rincón, sigue aquel sillón, donde me leías al dormir, crecen, se reducen, cada dia son más y están en todos lados, ¿sabes por qué nadie se queja de los baches de ésta calle? mira sus caritas, cantan, escuchan radio enciso, fútbol, pan y circo usha la la, usha la lapan y circo, escapábamos de todo y me invitabas a pensar, me ayudabas con tus juegos a pintar la realidad¿pensar?, no cerebrito,no ; da lo mismo. Mientras no baje de éste carro y haga lo que se necesita hacer, pensar es tan inofensivo como cantar.