CONTRACONTAMINACION
Las máquinas nos han invadido (lugar común). Las máquinas piensan por nosotros (aún más común). Todo esto ha sido dicho desde hace más de un siglo. Los autores de ciencia ficción lo sabían, fueron aún más visionarios que los predictores profesionales. El futuro se escribió en ficción, la televisión se escribió antes de construirse; y ahora, malagradecida, intenta eliminar las cualidades de quién la dió a luz. Cría cuervos y te robarán las imágenes.
No lo he leído en ninguna parte. No lo he comentado con nadie. Esto es experiencia propia: nosotros, los amamantados con atari, los hijos del turbo-pascal y del MS-DOS estamos presentando los síntomas de la contaminación mediática en la escritura. Las imágenes poéticas ya no se crean con el lenguaje, este simplemente sirve de canal para conducirnos a imágenes de pantalla. ¿Cuántas películas hemos visto nosotros, la generación del E.T? Miles. Y eso se traduce en millones de imágenes que pueblan nuestra mente. Haciendo uso de la ley del menor esfuerzo, nuestro cerebro toma las imágenes prefabricadas y las relaciona con las que debería construir a la hora de leer.
Leer ciencia ficción es visualizar al gobernador de California.
Hace unos días, mientras leía un texto rico en imágenes, experimenté lo anterior en innumerables ocasiones. Recordé a Edward Norton frente al espejo recorriendo imaginariamente Nueva York como lo proponía el autor. Recordé la película de Tom Cruise "Eyes Wide Shut" y sus orgías carnavalescas. Hasta las películas infantiles de la españolita Marisol. Todas estas imágenes contenidas en un texto que fue creado mucho antes que filmaran cualquiera de esas películas.
Esa contaminación también la he experimentado cuando escribo. Al describir un ambiente me doy cuenta de que es exactamente el de tal o cual película, sin habérmelo propuesto. Cierto día, mientras describía el apartamento de un personaje, me dí cuenta de que era el departmento donde engendraban al anticristo en la película de "Rosemary´s Baby". Sad but true (diría el vocalista de Metálica, otra contaminación).
La contrarrevolución industrial no funcionó. El Erehwon se quedó en ficción. ¿Qué podemos hacer los humanos anticuados que adoramos el lenguaje escrito? Utilizar el arma que tenemos y que es la misma que nos contaminan.
Si nos contaminan, los contaminaremos. Si se burlan, nos burlaremos. Si nos utilizan, los utilizaremos. Trituraremos cada pieza de información mediática a través de la escritura. Destrozaremos sus imágenes. Descompondremos sus estructuras. Llegará el día en que veamos un documental en el Discovery Channel que trate acerca de los planes que los paises de primer mundo elaboran para recuperar a los medios de la literatura. Utópico, sí, pero lo mismo le decían a Julio Verne.