lunes, octubre 6

ENTROPIA

Toda materia tiende a su estado más probable, el desorden. Por lo tanto, cualquier tipo de organización es un estado forzoso. Los horarios, la vida organizada no es más que una imposición que busca evitar la entropía, esto es, evitar que la vida humana tienda a su estado más problable, que sería el natural, el instintivo; no entendiendo este cómo la vida animal, sino la misma vida humana que se desarrolla deacuerdo a sus propias necesidades.

Evitar la entropía en los objetos nos da como resultado objetos con mayor duración que nunca conocerán su estado más probable: sillas de madera bien barnizadas que nunca se mezclarán con la tierra para formar abono como lo hacen los troncos de los árboles, casas hechas de minerales adheridos de tal forma que se les impida volver a los suelos de los que provienen, ríos enjaulados en diques que jamás tocarán de nuevo su cauce natural, hombres en traje sentados entre cuentro paredes blancas hablando frases abstractas que nunca caminarán desnudos por la hierba.

Pero la entropía no perdona, la entropía carcome los huesos y los convierte en polvo. Es humedad entre las paredes que poco a poco las desintegra para volverlas arcilla. Es óxido, polilla, neurosis.

Uno no puede vivir organizado mucho tiempo. Colocarse diario la sonrisa en la boca no es fácil; cansa, desanima, ensombrece. Esforzarse a diario por contrarrestar la entropía de la propia vida que pide el desorden, la vivencia de lo reprimido, la acción espontánea, lo natural.

Aparentemente la entropía, en el cuerpo, lleva a la muerte; pero sólo hay muerte real si hay vida real, y la vida que evita la entropía con la organización muere mucho antes de que su corazón cese de latir. Pareciera que el abandonarse a la entropía evita llegar al final de esta: la madera que se pudre entre la tierra permanece, mientras que la que se desmorona en suelos sintéticos se hace polvo y desaparece. Así también, la vida que no tiene más orden que el natural, es la vida creativa que origina más vida, y que abona el terreno para las que vienen.

Aceptar la entropía puede ser volverse improductivo frente el ojo capitalista. Pero como es inevitable ,nos encontrará aquí y ahora o al final de nuestra vida. Cada uno elige la calidad del encuentro.