Nochebuena
6:00 p.m. Radio Latina:
“Para cruzar a California por la garita de San Ysidro hay 5 vehículos por carril por el lado izquierdo y por el lado derecho la espera es mínima. De San Ysidro a Tijuana, hay una espera de 220 automóviles por carril.”
Dias antes, sucedía a la inversa, pues las tiendas estaban abiertas y los tijuanenses necesitaban productos. En nochebuena, las tiendas estaban cerradas y los habitantes de San Diego necesitaban un hogar con personas reales para estar esa noche. Sucede así: Norteamérica está constituído por productos, México por personas.
Rechazo o Intercambio?
Cuando dice: Yo no creo en esas convenciones.
Quiere decir: Yo creo en estas.
El cambio de palabras no incrementa nuestros costos fijos.
Hacía fila en el módulo especial instalado con motivo de la navidad en la tienda Target, para, precisamente, regresar uno de esos artefactos con el que alguien cumplió su obligación en el intercambio, cuando la cansada mujer que me iba a atender, se dirigió a mí diciendo:
-Can I help the next guest, please.
Lo sé, no era su invento, así les pide la empresa que se dirijan a los clientes. No somos consumidores, somos “invitados” (a consumir?); al fin y al cabo, cambiar la palabra “customer” por “guest” no cuesta un centavo. Esto, probablemente lo aprendieron de los (las) seductores, quienes no escatiman en utilizar palabras que no tienen fondos para atrapar a su presa. Derramar palabras halagadoras al parecer no cuesta nada y consigue el objetivo, de modo que, los siempre ávidos de seducción o mercadólogos, saben como tratar a su presa potencial.
La técnica no se aplica solamente a los clientes: los empleados también son engatuzados de la misma manera. Les llaman “associates” en lugar de “employees”. No soy tu patrón, no te portes como empleado, estamos juntos en esto: eres mi socio. Al fin de cuentas, nada cuesta, y quién se la crea terminará hasta trabajando horas extra sin sueldo.
Esta utilización seductora del lenguaje, hace que poco a poco se pierda toda credibilidad en él. Todo compromiso adquirido por medio de la palabra es nulo, incluso el hecho por escrito, aunque existan leyes que obliguen a cumplirlo. El lenguaje, así como los medios, los estilos de vida, la política, la religión, al convertirse en un servidor más de la mercadotecnia, obliga a mirar hacia otro lado para encontrar verdades no contaminadas. El pensamiento está contaminado en su mayoría, de no ser por las imágenes y los instantes en que el cerebro siente. Probablemente serían los sentimientos la manera más real (aunque la más destructiva) de acercarse a la verdad. Ahora está el problema de cómo transmitirlos cuando el lenguaje no sirve y cuando incluso los hechos están viciados. Probablemente, el único recurso disponible sea la piel. Afortunadamente, éste recurso se encuentra fuera del alcance de la mercadotecnia, pues el contacto tiene poco que ver con la pornografía o el placer. Es de uno a uno que se aman conociéndose y se conocen amándose. No importa el nombre que se les de.
Vestir o Comprar?
Tal vez era menos costoso cuando la necesidad a cubrir era simplemente la de cubrir. Alguien encontró estético colocar una hoja en lo genitales, de modo que todos tuvieron que buscar una hoja para estar “in”. Como el hombre tuvo que elegir entre pensar y tener el cuerpo cubierto de vello, se vió en la necesidad de sustituirlo por pieles de animales muertos para protegerse del frío. Pero de ahí a “ir de shopping” hay una larga historia.
Tan pronto el ingreso de una persona supera lo indispensable para cubrir sus requerimentos de vivienda, salud, alimentación y una que otra diversión, se ve llamado por la voz de la industria de la moda, que se mueve en los distintos niveles socioeconómicos. La tendencia a adquirir vestuario en exceso va desde la ropa de segunda, las prendas adquiridas “en pagos”, hasta las grandes marcas que cobran por una pieza lo que millones de personas no ganan en un año.
La visita a los centros de consumo de ropa es un fin en sí. No importa que lo adquirido sea o no necesario: lo importante es “el paseo”. Sería saludable decir que no importa si se compra algo o no pero, aunque en muchos casos eso es lo que sucede, esa “no compra” se transforma en una frustración, en un “me hubiera gustado comprar”.
¿Qué haría toda esa gente si no destinara sus fines de semana a ir de compras? Incluso cuando no compra nada. Probablemente pensarían un poco más, y ese sería un gran problema. Es mucho mejor dar clases light a los adolescentes y convencerlos en que se deben preocupar por no traer los teniss “Jordan” o los hipsters “Guess”: eso SI es serio y, entre otras cositas, haciendo un lado las utilidade$, previene de que se repitan esos eventillos desagradables como el de 1968. Es mejor tener hombres trabajando doble para poder llevar a sus familias a “Disneylandia” a hombres que destinan parte de su tiempo a una causa social. Es mejor tener señoras inventando reuniones (para quemarse a la comadre con la nueva garra) y paseos al “mall”, o mujeres profesionistas trabajando de sol a sol para pagar el auto nuevo y la colegiatura en la escuela de monjas, que mujeres comprometidas con su familia, su medio y su desarrollo.
Right here I feel like the americans who think they’re critics of their own system, but can’t deny the milk the were fed on. I didn’t learn to consume from my parents: they aren’t that way. I learned from my friends, from TV, from the ads. I chose to accept it. Right now I would like to get rid of it. I can’t.
Se critica al que simplemente viste, sin importar si su “look” está a la moda o no. Hace tiempo escuché a un amigo decir que andaba a la moda porque la moda lo alcanzó. Si se desea un look “timeless” también se debe ser cuidadoso en la elección de las prendas, para no ser etiquetado de: oldie, naco, ridículo, etc. Por supuesto que todo esto afecta a quien le interesa lo que diga la gente: but most people do. Hace días ví por la calle a una mujer guapa con un vestido rojo al tobillo, de falda amplia y manga larga, tela no reconocible, zapatos cerrados, un suéter grueso y un gorro redondo y ceñido. No pude clasificarla con ninguna de las etiquetas que poseo: a eso llamo ser original. El problema es que la tendencia actual es a hacerse notar portando las mismas prendas que utilizan los de ciertas preferencias, clase o edad y, cuando los gustos de ese grupo se modifican, o la moda lo marca, todos deben atender a esas exigencias para estar “in”. Ser original en este tiempo es ser excéntrico; actitud que recomiendo bastante. Si cada uno obedeciera a su personalidad y a sus necesidades reales para vestir su cuerpo, la industria de la moda y todo lo que ella implica se vería seriamente afectada. Pero ¿quién se atreve a ser?
Filtro cerebral es un artefacto inexistente formado de palabras cuya finalidad es la bùsqueda de nimiedades.
lunes, diciembre 29
miércoles, diciembre 24
UNTIL POETRY DO US PART
Writing has always reflected the way society is organized. We think by using words, and every action is originated in the mind, so the changes that language suffers through time is the main cause for the rearranging of social structures.
A good writer, as Gertrude Stein said it, is the one that perceives this changes in the present and reflects them in his writings; this way, he doesn’t just repeats old forms and contents that worked for the writers of that time.
An example of this is the way classic poetry reflected, beside other aspects, the conditions of couple relationships in those times. Words weren’t that important as it was the way they were arranged to conform to certain measures and rimes. The same happened with couples (married couples at that time), individuality was sacrificed in order to maintain harmony and keep a life long relationship. But people became tired of the artificiality of those structures, and so it began the era of egoism. Relationships didn’t (and still most don’t) lasted near half the time they used to, because now, both members were conscious of their needs and their dreams, and if the partner was and obstacle for them, the relationship was dissolved. Modern poetry reflected this by the use of the free verse, in which the singularity of words was the main concern, and it didn’t matter that this destructed the rigid forms of the past. We saw the number of divorces rise, and the number of relationships increase for a single persons in its life, and words forming new meanings by the new possibilities for them in a poem.
Poetry changed again; postmodernism came, but people in a couple relationship are still behaving as the words in modern poetry. It’s not that the way people (words) acted in classic poetry was correct, but it seems that some arrangement has to be made between both, creating a new and functional way to assure the continuity of healthy couples in our society. New forms and the beginning of new genres are becoming present in literature, but it seems they are attending other aspects of contemporary processes. Couple relationships now are leaving the poetry realm, and that is sad news, because, as Kathy Acker wrote: Why have matters changed between man and women? Because today love is a condition of narcissism, because we’ve been taught possession rather than possessionless love…today, only the knights who are mad enough to love someone who loves them maintain this order of poetry.
Writing has always reflected the way society is organized. We think by using words, and every action is originated in the mind, so the changes that language suffers through time is the main cause for the rearranging of social structures.
A good writer, as Gertrude Stein said it, is the one that perceives this changes in the present and reflects them in his writings; this way, he doesn’t just repeats old forms and contents that worked for the writers of that time.
An example of this is the way classic poetry reflected, beside other aspects, the conditions of couple relationships in those times. Words weren’t that important as it was the way they were arranged to conform to certain measures and rimes. The same happened with couples (married couples at that time), individuality was sacrificed in order to maintain harmony and keep a life long relationship. But people became tired of the artificiality of those structures, and so it began the era of egoism. Relationships didn’t (and still most don’t) lasted near half the time they used to, because now, both members were conscious of their needs and their dreams, and if the partner was and obstacle for them, the relationship was dissolved. Modern poetry reflected this by the use of the free verse, in which the singularity of words was the main concern, and it didn’t matter that this destructed the rigid forms of the past. We saw the number of divorces rise, and the number of relationships increase for a single persons in its life, and words forming new meanings by the new possibilities for them in a poem.
Poetry changed again; postmodernism came, but people in a couple relationship are still behaving as the words in modern poetry. It’s not that the way people (words) acted in classic poetry was correct, but it seems that some arrangement has to be made between both, creating a new and functional way to assure the continuity of healthy couples in our society. New forms and the beginning of new genres are becoming present in literature, but it seems they are attending other aspects of contemporary processes. Couple relationships now are leaving the poetry realm, and that is sad news, because, as Kathy Acker wrote: Why have matters changed between man and women? Because today love is a condition of narcissism, because we’ve been taught possession rather than possessionless love…today, only the knights who are mad enough to love someone who loves them maintain this order of poetry.
martes, diciembre 23
EXPLORANDO FICCIONES
Un problema serio en las personas que escriben (imos), es el descontrol en sus vidas que provoca el lenguaje. Al escribir, las palabras guían hacia la construcción de significados distintos de los que se habían planteado al inicio; mientras se escribe, se descubre, y el destino final de la escritura de una historia cualquiera, desarrollada en la materialidad de las palabras, funciona bien en la literatura, más no en la vida.
Conducir la vida deacuerdo a las palabras es muy peligroso. Es ser miles de personas distintas en un mismo día; tomar decisiones ultratrascendentes conducidos por la consecución de las palabras. Hablar escribiendo lleva a creer que las ideas que se generan así son propias, cuando en realidad pertenecen al lenguaje.
Personalmente, tengo dificultades para lograr que mi conducta concuerde con mi pensamiento. De igual manera, mi palabra hablada, en muchas ocasiones, es un intento fallido de transmitir mi pensamiento; por eso permito que mi boca desconectada desarrolle frases que encajan perfectamente con las anteriores, y así continúe construyendo la ficción de lo que digo. La conexión que logro con la palabra escrita es similar: funciono como un artefacto ensamblador de frases que poco tienen que ver conmigo. De pronto brota alguna que otra que se asemeja bastante a mí, pero muy ocasionalmente. Esta desconexión me permite construir tantas personalidad como seres que me escuchan Tal vez por eso me gusta escribir, pues el público de la escritura no ofrece retroalimentación, de manera que así puedo construir una personalidad (personaje) un poco más estable.
El silencio me encanta tanto como me aterra. Estar en silencio es estar verdaderamente, pues esa que miran soy realmente yo. Por eso quienes escribimos somos personas generalmente etiquetadas como “serias”, pues es la única manera de ser reales: si utilizamos el lenguaje, nos convertimos en ficción.
¿Se necesitará voluntad para controlar el lenguaje de la boca? Para decirle: Ey, no te vayas por ahí que eso no es lo que quiero decir! Ey, eso que dices no es lo que estoy pensando! El problema de hacer eso es que uno se puede acostumbrar, entonces al escribir se limita en la exploración del lenguaje, transformándolo en un maquilar palabras deacuerdo a cierto instructivo.
La escritura, desde hace un par de años que la retomé, ha transformado mi vida. El problema es que ahora no sé a cuál de todas llamarla Mi vida.
Un problema serio en las personas que escriben (imos), es el descontrol en sus vidas que provoca el lenguaje. Al escribir, las palabras guían hacia la construcción de significados distintos de los que se habían planteado al inicio; mientras se escribe, se descubre, y el destino final de la escritura de una historia cualquiera, desarrollada en la materialidad de las palabras, funciona bien en la literatura, más no en la vida.
Conducir la vida deacuerdo a las palabras es muy peligroso. Es ser miles de personas distintas en un mismo día; tomar decisiones ultratrascendentes conducidos por la consecución de las palabras. Hablar escribiendo lleva a creer que las ideas que se generan así son propias, cuando en realidad pertenecen al lenguaje.
Personalmente, tengo dificultades para lograr que mi conducta concuerde con mi pensamiento. De igual manera, mi palabra hablada, en muchas ocasiones, es un intento fallido de transmitir mi pensamiento; por eso permito que mi boca desconectada desarrolle frases que encajan perfectamente con las anteriores, y así continúe construyendo la ficción de lo que digo. La conexión que logro con la palabra escrita es similar: funciono como un artefacto ensamblador de frases que poco tienen que ver conmigo. De pronto brota alguna que otra que se asemeja bastante a mí, pero muy ocasionalmente. Esta desconexión me permite construir tantas personalidad como seres que me escuchan Tal vez por eso me gusta escribir, pues el público de la escritura no ofrece retroalimentación, de manera que así puedo construir una personalidad (personaje) un poco más estable.
El silencio me encanta tanto como me aterra. Estar en silencio es estar verdaderamente, pues esa que miran soy realmente yo. Por eso quienes escribimos somos personas generalmente etiquetadas como “serias”, pues es la única manera de ser reales: si utilizamos el lenguaje, nos convertimos en ficción.
¿Se necesitará voluntad para controlar el lenguaje de la boca? Para decirle: Ey, no te vayas por ahí que eso no es lo que quiero decir! Ey, eso que dices no es lo que estoy pensando! El problema de hacer eso es que uno se puede acostumbrar, entonces al escribir se limita en la exploración del lenguaje, transformándolo en un maquilar palabras deacuerdo a cierto instructivo.
La escritura, desde hace un par de años que la retomé, ha transformado mi vida. El problema es que ahora no sé a cuál de todas llamarla Mi vida.
domingo, diciembre 21
De noche
Desde los cinco años supe lo que no quería. Todavía no lo tengo. Sé que lo tendré. Cada paso que doy me lleva hacia allá. Cada palabra que sale de mí es un tablón más en la construcción del puente que me conduce hasta ahí. No necesito de nadie para llegar, eso es lo mejor, y es justamente lo que me hace saber que voy por el camino correcto.
Caminar.
Quien construyó ese templo, seguramente pensó en mí. Quien construyó ese templo supo desde el inicio que lo terminaría; por eso se embriagaba cada domingo, para amanecer mal los lunes y postergar la obra, para aplazar lo más posible la inevitable inauguración de lo que supo que terminaría.
No sé cómo pude ver el dolor a los ojos a los cinco años.
La vida se divide en secciones. Las puedo ver. Desde pequeña las ví. Observaba como las décadas tienen colores específicos y son una estructura bien definida por la que se debe de pasar (¿Dónde está la droga?) Los treinta están construídos de madera. Son todos del mismo color, caminar sobre los treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres no me produce emoción. Los veintes son líquidos, y se flota sobre ellos como flota el miedo para tomar aire. Los diecitantos están construídos de órganos humanos enfermos; cada uno brinda un dolor distinto y es tan agudo como una amputación. La primera década es de silencio y de escuchar los lamentos de la madre. Tengo veintinueve.
No estaré, tampoco estoy: nunca estuve. Y ese cuerpo no es mío. En el descubrimiento de la invención de cada una de mis acciones, en las que nada de mí se compromete, existe la realidad que va implícita en cada palabra de una ficción. No es posible restarle validez a cada acto ficticio, a todos, pues cuando la ficción es lo único presente debe aceptarse como realidad, que no como verdad. Un paso ficticio sigue siendo un paso, y la tierra no miente.
Estaban sentados afuera de ese templo, esperando a diario que mi madre me llevara de la mano y me acercara a ese altar oscuro donde una virgen vestida de negro respiraba el hálito hediondo de lo pecadores que la invocaban. Yo no medía más de un metro.
Rodar hacia abajo en la mente no cuesta nada. Lo hago en este momento. El daño está hecho; y está hecho aunque tú no me entiendas, aunque tú no recibas mi voz porque me he apartado del rebaño de los fieles, de los que te adoran y se regocijan en tu majestuosidad, que no es sino miedo y silencio. El clóset en el que vivo me gusta.
Inevitablemente llegaré. Aunque sé que esto solamente sucederá si continúo por el camino que es mi vida. Puedo interrumpirla en cualquier momento. Puedo soñar que la interrumpo, planear que la interrumpo, escribir que la interrumpo, decir que la interrumpiré; incluso escucharte que lo quieres hacer, pero no sucederá: lo que más temo llegará, y llegará en la vejez y no habrá nada que impedirá que esté sentada en ese sitio, consciente de que cuando tenía cinco años grité que no lo desearía nunca. Aunque sudé cientos de noches en mi cama temblando de miedo por la visión de mi cuerpo en esa banqueta.
Diciembre me recuerda mucho a la catedral. Cada año me llevaban como ofrenda viva ante una virgen de yeso de la que yo tan sólo sabía su nombre, porque era el mío. Con el uniforme bajo la túnica blanca, me aferraba del brazo de mi padre para salvar mi cuerpo del olor a manteca de cerdo, aguas frescas derramadas en la banqueta y empujones. De reojo y, según fuera necesario, a conciencia, observaba los cientos de figuras que tendían los vendedores en sus puestos, para que los tijuanenses armaran en sus casas los nacimientos. Y entre la comida y los rostros retorcidos de los pastores, estaban ellos. Ellos sin dientes, ellos sobre cartón, ellos envueltos en lodo y restos de comida de hace días. Ellos, los que seré yo.
Como conozco mi final, como he visto Itaca antes de llegar a ella, el camino no me produce ningún placer. Por el camino siempre hay puertas, pero esas puertas siempre se llaman muerte. La muerte es lo menos deseado en la vida porque es lo más accesible. En las seis letras que la conforman pueden descansar todas la mentes. La muerte que deseo románticamente no llegará, pues me espera un sitio junto a ellos.
Escucho los cánticos desde una banca de madera, en la catedral de Tijuana. El templo frío es tan sólo una antesala a la banqueta de afuera. Y los brazos que me sostienen, cuerpo de tres años, son de quien me ha ido a ofrecer ahí para tenerme un tiempo, mientras el templo me reclama como centinela.
Cuando nací, quise creer que podría nadar felizmente por las aguas de mi pequeño hogar, que todo era tibio y agradable. No. Entonces busqué un artefacto de calcio para esconderme. Mil veces roto y reconstruído, es la protección que me permitirá llegar a esa banqueta que tanto temo porque me espera, porque sabe que mi cuerpo no descansará hasta que llegue el día en que me recueste allí.
Hace unos cuatro años, por estas fechas, le llevé una cobija a uno de esos indigentes que duerme sobre cartones afuera de catedral. Agradecería que nadie haga lo mismo cuando llegue el tiempo en que yo deba estar ahí.
Desde los cinco años supe lo que no quería. Todavía no lo tengo. Sé que lo tendré. Cada paso que doy me lleva hacia allá. Cada palabra que sale de mí es un tablón más en la construcción del puente que me conduce hasta ahí. No necesito de nadie para llegar, eso es lo mejor, y es justamente lo que me hace saber que voy por el camino correcto.
Caminar.
Quien construyó ese templo, seguramente pensó en mí. Quien construyó ese templo supo desde el inicio que lo terminaría; por eso se embriagaba cada domingo, para amanecer mal los lunes y postergar la obra, para aplazar lo más posible la inevitable inauguración de lo que supo que terminaría.
No sé cómo pude ver el dolor a los ojos a los cinco años.
La vida se divide en secciones. Las puedo ver. Desde pequeña las ví. Observaba como las décadas tienen colores específicos y son una estructura bien definida por la que se debe de pasar (¿Dónde está la droga?) Los treinta están construídos de madera. Son todos del mismo color, caminar sobre los treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres no me produce emoción. Los veintes son líquidos, y se flota sobre ellos como flota el miedo para tomar aire. Los diecitantos están construídos de órganos humanos enfermos; cada uno brinda un dolor distinto y es tan agudo como una amputación. La primera década es de silencio y de escuchar los lamentos de la madre. Tengo veintinueve.
No estaré, tampoco estoy: nunca estuve. Y ese cuerpo no es mío. En el descubrimiento de la invención de cada una de mis acciones, en las que nada de mí se compromete, existe la realidad que va implícita en cada palabra de una ficción. No es posible restarle validez a cada acto ficticio, a todos, pues cuando la ficción es lo único presente debe aceptarse como realidad, que no como verdad. Un paso ficticio sigue siendo un paso, y la tierra no miente.
Estaban sentados afuera de ese templo, esperando a diario que mi madre me llevara de la mano y me acercara a ese altar oscuro donde una virgen vestida de negro respiraba el hálito hediondo de lo pecadores que la invocaban. Yo no medía más de un metro.
Rodar hacia abajo en la mente no cuesta nada. Lo hago en este momento. El daño está hecho; y está hecho aunque tú no me entiendas, aunque tú no recibas mi voz porque me he apartado del rebaño de los fieles, de los que te adoran y se regocijan en tu majestuosidad, que no es sino miedo y silencio. El clóset en el que vivo me gusta.
Inevitablemente llegaré. Aunque sé que esto solamente sucederá si continúo por el camino que es mi vida. Puedo interrumpirla en cualquier momento. Puedo soñar que la interrumpo, planear que la interrumpo, escribir que la interrumpo, decir que la interrumpiré; incluso escucharte que lo quieres hacer, pero no sucederá: lo que más temo llegará, y llegará en la vejez y no habrá nada que impedirá que esté sentada en ese sitio, consciente de que cuando tenía cinco años grité que no lo desearía nunca. Aunque sudé cientos de noches en mi cama temblando de miedo por la visión de mi cuerpo en esa banqueta.
Diciembre me recuerda mucho a la catedral. Cada año me llevaban como ofrenda viva ante una virgen de yeso de la que yo tan sólo sabía su nombre, porque era el mío. Con el uniforme bajo la túnica blanca, me aferraba del brazo de mi padre para salvar mi cuerpo del olor a manteca de cerdo, aguas frescas derramadas en la banqueta y empujones. De reojo y, según fuera necesario, a conciencia, observaba los cientos de figuras que tendían los vendedores en sus puestos, para que los tijuanenses armaran en sus casas los nacimientos. Y entre la comida y los rostros retorcidos de los pastores, estaban ellos. Ellos sin dientes, ellos sobre cartón, ellos envueltos en lodo y restos de comida de hace días. Ellos, los que seré yo.
Como conozco mi final, como he visto Itaca antes de llegar a ella, el camino no me produce ningún placer. Por el camino siempre hay puertas, pero esas puertas siempre se llaman muerte. La muerte es lo menos deseado en la vida porque es lo más accesible. En las seis letras que la conforman pueden descansar todas la mentes. La muerte que deseo románticamente no llegará, pues me espera un sitio junto a ellos.
Escucho los cánticos desde una banca de madera, en la catedral de Tijuana. El templo frío es tan sólo una antesala a la banqueta de afuera. Y los brazos que me sostienen, cuerpo de tres años, son de quien me ha ido a ofrecer ahí para tenerme un tiempo, mientras el templo me reclama como centinela.
Cuando nací, quise creer que podría nadar felizmente por las aguas de mi pequeño hogar, que todo era tibio y agradable. No. Entonces busqué un artefacto de calcio para esconderme. Mil veces roto y reconstruído, es la protección que me permitirá llegar a esa banqueta que tanto temo porque me espera, porque sabe que mi cuerpo no descansará hasta que llegue el día en que me recueste allí.
Hace unos cuatro años, por estas fechas, le llevé una cobija a uno de esos indigentes que duerme sobre cartones afuera de catedral. Agradecería que nadie haga lo mismo cuando llegue el tiempo en que yo deba estar ahí.
jueves, diciembre 18
No me gusta conocer los finales de los textos que escribo. Disfruto la sorpresa que brinda el descubrimiento de la historia, no desde el intelecto, sino desde el lenguaje. Escribir con un final en mente equivale a matrimonio.
°
Tolerar la vida es el camino más rápido al suicidio.
°
NORMAL
Hace poco escuché que la normalidad es la verdadera revolución. Lo cual significaría que en la vida cotidiana se da el verdadero heroísmo, y que las vidas alternativas a las cotidianas son tan sólo una cobardía. Esta frase resume a la película italiana llamada “El último beso”, en el que el personaje principal es un hombre de treinta años que vive con su novia desde hace dos, y que se acaba de enterar que está embarazada. Llega la típica crisis ante la responsabilidad, los amigos solteros que aún andan deambulando por distintas camas, y la chica irresistible de veinte años que se enamora de él. Sucede lo previsto: él se aterra ante la responsabilidad, se refugia en la chica, coge con ella, su novia se entera y lo deja, él le pide perdón, ella lo perdona, se casan, son muy felices y tienen más hijos. Entonces termina la película con esa frase: La normalidad es la verdadera revolución; mientras se muestran imágenes de la familia, ya cuarentona, sentada alrededor de la mesa, jugueteando como en los comerciales mexicanos de cereal.
¿Es la normalidad la verdadera revolución?
Para quienes “poseen valores tradicionales”, la idea ni siquiera es cuestionable; es más, ni siquiera lo considerarían una revolución. Es simplemente, lo que debe de ser. Para quienes poseen ideas más liberales y, debido a esto les cuesta trabajo concebirse como “normales”, pero desean una vida estable, considerarán que, en efecto, la normalidad es la verdadera revolución. Para quienes no desean este tipo de compromiso, y se burlan de estas convenciones, dirán que esa idea es moralista.
Hemos aprendido que madurar supone conductas específicas, y que quienes no las adoptan, son personas que tienen problemas de adaptación (o de domesticación). Sin embargo, también puede verse a quienes “no se adaptaron” llegar a los cincuenta o sesenta años con una infinita amargura, deseando haber podido comprometerse realmente alguna vez. Y es que lo que conocemos como valores, cuando se imponen, son tan absurdos como el utilizar la cárcel como agente regenerador del ciudadano; sin embargo, si el individuo, con o sin cárcel, toma conciencia del beneficio que resulta para su vida el evitar delinquir, puede cambiar. Pero también puede decidir que lo disfruta, y que eso lo hace tremendamente feliz.
La normalidad, para quien la disfruta, es recomendable. Para quien la desea, es la verdadera revolución. Y para quien la detesta, es la manera más monótona de existir. Cuestión de esencias.
°
Tolerar la vida es el camino más rápido al suicidio.
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NORMAL
Hace poco escuché que la normalidad es la verdadera revolución. Lo cual significaría que en la vida cotidiana se da el verdadero heroísmo, y que las vidas alternativas a las cotidianas son tan sólo una cobardía. Esta frase resume a la película italiana llamada “El último beso”, en el que el personaje principal es un hombre de treinta años que vive con su novia desde hace dos, y que se acaba de enterar que está embarazada. Llega la típica crisis ante la responsabilidad, los amigos solteros que aún andan deambulando por distintas camas, y la chica irresistible de veinte años que se enamora de él. Sucede lo previsto: él se aterra ante la responsabilidad, se refugia en la chica, coge con ella, su novia se entera y lo deja, él le pide perdón, ella lo perdona, se casan, son muy felices y tienen más hijos. Entonces termina la película con esa frase: La normalidad es la verdadera revolución; mientras se muestran imágenes de la familia, ya cuarentona, sentada alrededor de la mesa, jugueteando como en los comerciales mexicanos de cereal.
¿Es la normalidad la verdadera revolución?
Para quienes “poseen valores tradicionales”, la idea ni siquiera es cuestionable; es más, ni siquiera lo considerarían una revolución. Es simplemente, lo que debe de ser. Para quienes poseen ideas más liberales y, debido a esto les cuesta trabajo concebirse como “normales”, pero desean una vida estable, considerarán que, en efecto, la normalidad es la verdadera revolución. Para quienes no desean este tipo de compromiso, y se burlan de estas convenciones, dirán que esa idea es moralista.
Hemos aprendido que madurar supone conductas específicas, y que quienes no las adoptan, son personas que tienen problemas de adaptación (o de domesticación). Sin embargo, también puede verse a quienes “no se adaptaron” llegar a los cincuenta o sesenta años con una infinita amargura, deseando haber podido comprometerse realmente alguna vez. Y es que lo que conocemos como valores, cuando se imponen, son tan absurdos como el utilizar la cárcel como agente regenerador del ciudadano; sin embargo, si el individuo, con o sin cárcel, toma conciencia del beneficio que resulta para su vida el evitar delinquir, puede cambiar. Pero también puede decidir que lo disfruta, y que eso lo hace tremendamente feliz.
La normalidad, para quien la disfruta, es recomendable. Para quien la desea, es la verdadera revolución. Y para quien la detesta, es la manera más monótona de existir. Cuestión de esencias.
°
¡Ah, la frescura en el rostro de no cumplir un deber!
¡Faltar es positivamente estar en el campo!
¡Que refugio no poder tenerse confianza!
Respiro mejor ahora que pasaron las horas de los encuentros.
Falté a todos, con una deliberación de dejadez,
quedé esperando la voluntad de ir hacia allá, que yo sabía que no vendría.
Soy libre, contra la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me sumerjo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos donde estaría a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora…
Está bien, me quedaré aquí soñando versos y sonriendo en itálicas.
¡Es tan divertida esta parte asistente de mi vida!
Y no logro encender el siguiente cigarro… Si es un gesto,
que se quede con los demás, que me esperan, en el desencuentro que es la vida.
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
Estefanía me dijo que, a partir de aquí, no hay camino hacia delante; que está cansada de repetirse, que tu voz la agobia, que si pudiera se escapaba en el espacio vacío que hay entre sus cuerpos, que si pudiera se escapaba, no contigo, sino de ti.
Ya no sabe donde meterse, es tan frágil. A veces la veo escondida entre los dientes de una mujer. Le gusta estar ahí, ver cómo su sonrisa le ilumina el rostro bajo sus ojos impenetrables. Le da miedo saber que los únicos ojos que le atraen son esos en los que no puede entrar. Los que la reflejan, los que no la tienen dentro.
Tienes que hacer algo por ella. De pronto me habla sin parar de autores de novelas que no conozco, de pronto alucina lo que nunca sucederá. Ella no es para ti, y tú bien lo sabes; pero te gusta, y por eso armaste ayer el escenario de cartón en el patio de atrás: ese que a ella tanto le gusta.
Mi madre me pidió que te dijera que la dejaras ir. Que ya no le pidas lo que cada vez se cansa más de darte. Mi madre sabe mucho cuando no le dicen nada.
Yo no te diré nada. Yo sólo quiero vomitar sobre ti porque me haces sentir la encerrada que soy. No puedo verte, ni quiero verte, pero odio no poder hacerlo. Odio todo lo que lleva tu nombre. No sé cómo alguien, alguna vez te pudo amar. No sé cómo Estefanía no se da cuenta de tu mediocridad y te manda al diablo. Nadie se da cuenta lo poco que vales. Te amo.
La espada y la pared son ambas una amenaza muy leve como para detenerme. Tu silencio es cada día más una causa para rechazarte. Odio tu silencio tanto como ella lo ama. Odio el verde de las palabras que no dices y el rojo de las mentiras que salen de ti como vómito en la madrugada. Hay ocasiones en que desearía no parar de escribir para no volver a verte, porque cuando escribo el tiempo es más lento; porque cuando escribo no estás tú.
Hay algo en éstas palabras que me dan el sabor de la amargura a la que regreso cuando te huelo, cuando sé que eres una construcción de deseos que detesto. Estefanía no te dejará, lo sé. Y su suerte correrá como un río blanquecino que la preñará de angustia permanente. Probablemente, pese a lo que dice, abandonará todo por ti; y yo miraré como la rechazas mientras contemplas su belleza, mientras te regocijas en saber que es estéticamente tuya, por un tiempo. Les serviré el café esperando a que mueran poco a poco con el veneno que mezclo con el azúcar. Pero Estefanía no toma azúcar: no hay problema, la amargura que vivirá junto a ti la llevará a buscar algo dulce sobre su lengua.
Sabrán que fui yo, porque le diré a mi madre lo que hice. Ella callará, porque sabe cuanto te amo y sabe también que es mejor si te mueres, si te llevas en el maldito cuerpo todo lo que tienes de mí. Mi madre es sabia.
°
“Mis versos son mi impotencia.
Lo que no logro, lo escribo;
y los ritmos diversos que hago alivian mi cobardía”
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
¡Ah, la frescura en el rostro de no cumplir un deber!
¡Faltar es positivamente estar en el campo!
¡Que refugio no poder tenerse confianza!
Respiro mejor ahora que pasaron las horas de los encuentros.
Falté a todos, con una deliberación de dejadez,
quedé esperando la voluntad de ir hacia allá, que yo sabía que no vendría.
Soy libre, contra la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me sumerjo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos donde estaría a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora…
Está bien, me quedaré aquí soñando versos y sonriendo en itálicas.
¡Es tan divertida esta parte asistente de mi vida!
Y no logro encender el siguiente cigarro… Si es un gesto,
que se quede con los demás, que me esperan, en el desencuentro que es la vida.
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
Estefanía me dijo que, a partir de aquí, no hay camino hacia delante; que está cansada de repetirse, que tu voz la agobia, que si pudiera se escapaba en el espacio vacío que hay entre sus cuerpos, que si pudiera se escapaba, no contigo, sino de ti.
Ya no sabe donde meterse, es tan frágil. A veces la veo escondida entre los dientes de una mujer. Le gusta estar ahí, ver cómo su sonrisa le ilumina el rostro bajo sus ojos impenetrables. Le da miedo saber que los únicos ojos que le atraen son esos en los que no puede entrar. Los que la reflejan, los que no la tienen dentro.
Tienes que hacer algo por ella. De pronto me habla sin parar de autores de novelas que no conozco, de pronto alucina lo que nunca sucederá. Ella no es para ti, y tú bien lo sabes; pero te gusta, y por eso armaste ayer el escenario de cartón en el patio de atrás: ese que a ella tanto le gusta.
Mi madre me pidió que te dijera que la dejaras ir. Que ya no le pidas lo que cada vez se cansa más de darte. Mi madre sabe mucho cuando no le dicen nada.
Yo no te diré nada. Yo sólo quiero vomitar sobre ti porque me haces sentir la encerrada que soy. No puedo verte, ni quiero verte, pero odio no poder hacerlo. Odio todo lo que lleva tu nombre. No sé cómo alguien, alguna vez te pudo amar. No sé cómo Estefanía no se da cuenta de tu mediocridad y te manda al diablo. Nadie se da cuenta lo poco que vales. Te amo.
La espada y la pared son ambas una amenaza muy leve como para detenerme. Tu silencio es cada día más una causa para rechazarte. Odio tu silencio tanto como ella lo ama. Odio el verde de las palabras que no dices y el rojo de las mentiras que salen de ti como vómito en la madrugada. Hay ocasiones en que desearía no parar de escribir para no volver a verte, porque cuando escribo el tiempo es más lento; porque cuando escribo no estás tú.
Hay algo en éstas palabras que me dan el sabor de la amargura a la que regreso cuando te huelo, cuando sé que eres una construcción de deseos que detesto. Estefanía no te dejará, lo sé. Y su suerte correrá como un río blanquecino que la preñará de angustia permanente. Probablemente, pese a lo que dice, abandonará todo por ti; y yo miraré como la rechazas mientras contemplas su belleza, mientras te regocijas en saber que es estéticamente tuya, por un tiempo. Les serviré el café esperando a que mueran poco a poco con el veneno que mezclo con el azúcar. Pero Estefanía no toma azúcar: no hay problema, la amargura que vivirá junto a ti la llevará a buscar algo dulce sobre su lengua.
Sabrán que fui yo, porque le diré a mi madre lo que hice. Ella callará, porque sabe cuanto te amo y sabe también que es mejor si te mueres, si te llevas en el maldito cuerpo todo lo que tienes de mí. Mi madre es sabia.
°
“Mis versos son mi impotencia.
Lo que no logro, lo escribo;
y los ritmos diversos que hago alivian mi cobardía”
-Fernando Pessoa (Alvaro de Campos)
°
TIEMPO LIBRE
Tener tiempo libre me hace pensar en esclavitud. Yo también soy de las que nada más habla, pero no hace nada a la hora de la hora. En este post me quejaré, como siempre, de "la sociedad" Oh, sociedad opresora que tanto daño haces a mi magnífica persona ¿Por qué has creado el concepto de Tiempo Libre? ¿No es la vida libre para ser-en-el-mundo?
El tiempo libre también es obligatorio. El tiempo libre es chantaje. Te doy mi tiempo productivo, oh, sociedad, para que a cambio me des tiempo libre, para tener un ratito junto a mi escusadito para leer.
Tiempo libre da la idea de desperdicio; derramarse, esparcirse en el tiempo sin recipiente. Colarse por la primera alcantarilla cuando ya sus servicios no son requeridos por La Empresa S.A. de C.V. ¿Qué de malo tienen las empresas que las insulto tanto?¿No estudié yo la carrera de Licenciado en Administración de Empresas? Si, pero ya no quiero hacer eso. Trabajar así no me deja tiempo libre. Yo quiero tener MAS tiempo libre. No quiero ser empleada de 9 a 5 (Pero ¿Son los empleados de nueve a cinco las personas que verdaderamente trabajan, o son simplemente quienes no conocen más allá de sus narices y creen que es lo único que pueden hacer para ganarse la vida? No, hay muchas maneras de ganarse la vida viviendo la mayor parte del tiempo libre. Por ejemplo: uno puede inventar que está enamorado del lenguaje, y dedicarse horas enteras a ver los productos de otros vividores en ese artefacto obsolescente llamado libro y, por si no fuera poco, dedicarse otras tantas horas a sentarse de la misma manera que lo hace frente a la televisión, pero ahora pensando agudamente y moviendo los dedos: uno está e-s-c-r-i-b-i-e-n-d-o, que no lo molesten, pues este es un acto heroico al que sólo unos cuantos tiene acceso, es utilizar el lenguaje de los dioses, es ser-por-encima-del-ser.
Pero si me preguntan que si creo esto, lo negaré todo. Diré que es ficción. Es más, diré que es ficción de la ficción.
Yo solamente escribo un post de protesta contra la creación de la necesidad del tiempo libre. Incluso puedo decir que es un tiempo planeado para el consumo: Sí! diré que el tiempo libre lo creó el Estado como una recompensa pagada por el mismo trabajador a su esfuerzo: Si trabajas bien y ganas mucho, te premiaré permitiéndote que te vayas de compras y te gastes tu sueldo ¿Pero cuál es mi problema con que la gente trabaje y se gaste su dinero en lo que le da más placer? Es que esas personas no saben lo que yo. Yo en mis grandes investigaciones me he dado cuenta de que los manipulan y no se han enterado, de que tan sólo trabajan para enriquecer a unos cuantos. Por eso yo trabajo dando clases, para ganar una cantidad ridícula y poder criticar a mis anchas a los empresarios que formo con las clases que doy. El simple hecho de vivir es un acto capitalista. Hagas lo que hagas "trabajas para ellos" Oh, oh, estamos perdidos! No hay salida por ningún lado! Incluso Marx trabajaba para ellos!
Como toda opción que me ofrece esta sociedad es perversa y busca exprimirme, he decidido dedicarme a escribir de lo que sería si esto no existiera. Utilizar bien mi tiempo libre. Pero al escribir utilizo una computadora hecha: Oh, no! En Estados Unidos! y consumo luz que pagaré al gobierno de Fox. La casa en la que estoy mientras escribo es propiedad privada! Pero mi tiempo es libre. Sí, eso es, mi tiempo es libre. Pero no te acerques mucho y me digas lo contrario porque te doy la razón.
Los nihilistas están en lo cierto: nada vale la pena, no hay esperanza de nada, todo es mierda. Mientras tanto, disfruto al máximo mi tiempo libre.
TIEMPO LIBRE
Tener tiempo libre me hace pensar en esclavitud. Yo también soy de las que nada más habla, pero no hace nada a la hora de la hora. En este post me quejaré, como siempre, de "la sociedad" Oh, sociedad opresora que tanto daño haces a mi magnífica persona ¿Por qué has creado el concepto de Tiempo Libre? ¿No es la vida libre para ser-en-el-mundo?
El tiempo libre también es obligatorio. El tiempo libre es chantaje. Te doy mi tiempo productivo, oh, sociedad, para que a cambio me des tiempo libre, para tener un ratito junto a mi escusadito para leer.
Tiempo libre da la idea de desperdicio; derramarse, esparcirse en el tiempo sin recipiente. Colarse por la primera alcantarilla cuando ya sus servicios no son requeridos por La Empresa S.A. de C.V. ¿Qué de malo tienen las empresas que las insulto tanto?¿No estudié yo la carrera de Licenciado en Administración de Empresas? Si, pero ya no quiero hacer eso. Trabajar así no me deja tiempo libre. Yo quiero tener MAS tiempo libre. No quiero ser empleada de 9 a 5 (Pero ¿Son los empleados de nueve a cinco las personas que verdaderamente trabajan, o son simplemente quienes no conocen más allá de sus narices y creen que es lo único que pueden hacer para ganarse la vida? No, hay muchas maneras de ganarse la vida viviendo la mayor parte del tiempo libre. Por ejemplo: uno puede inventar que está enamorado del lenguaje, y dedicarse horas enteras a ver los productos de otros vividores en ese artefacto obsolescente llamado libro y, por si no fuera poco, dedicarse otras tantas horas a sentarse de la misma manera que lo hace frente a la televisión, pero ahora pensando agudamente y moviendo los dedos: uno está e-s-c-r-i-b-i-e-n-d-o, que no lo molesten, pues este es un acto heroico al que sólo unos cuantos tiene acceso, es utilizar el lenguaje de los dioses, es ser-por-encima-del-ser.
Pero si me preguntan que si creo esto, lo negaré todo. Diré que es ficción. Es más, diré que es ficción de la ficción.
Yo solamente escribo un post de protesta contra la creación de la necesidad del tiempo libre. Incluso puedo decir que es un tiempo planeado para el consumo: Sí! diré que el tiempo libre lo creó el Estado como una recompensa pagada por el mismo trabajador a su esfuerzo: Si trabajas bien y ganas mucho, te premiaré permitiéndote que te vayas de compras y te gastes tu sueldo ¿Pero cuál es mi problema con que la gente trabaje y se gaste su dinero en lo que le da más placer? Es que esas personas no saben lo que yo. Yo en mis grandes investigaciones me he dado cuenta de que los manipulan y no se han enterado, de que tan sólo trabajan para enriquecer a unos cuantos. Por eso yo trabajo dando clases, para ganar una cantidad ridícula y poder criticar a mis anchas a los empresarios que formo con las clases que doy. El simple hecho de vivir es un acto capitalista. Hagas lo que hagas "trabajas para ellos" Oh, oh, estamos perdidos! No hay salida por ningún lado! Incluso Marx trabajaba para ellos!
Como toda opción que me ofrece esta sociedad es perversa y busca exprimirme, he decidido dedicarme a escribir de lo que sería si esto no existiera. Utilizar bien mi tiempo libre. Pero al escribir utilizo una computadora hecha: Oh, no! En Estados Unidos! y consumo luz que pagaré al gobierno de Fox. La casa en la que estoy mientras escribo es propiedad privada! Pero mi tiempo es libre. Sí, eso es, mi tiempo es libre. Pero no te acerques mucho y me digas lo contrario porque te doy la razón.
Los nihilistas están en lo cierto: nada vale la pena, no hay esperanza de nada, todo es mierda. Mientras tanto, disfruto al máximo mi tiempo libre.
martes, diciembre 16
Disculpa ¿te engendré?
De paseo por el no tan frecuentado patio trasero de mi casa, observo a mis perros caminar hacia mí; los saludo:
–Hola niños ¿Cómo están? Soy su madre ¿Se acuerdan de mí?
Por eso no tengo hijos.
NAVICULA
Hace días habita en mi casa un árbol “de navidad”.
(de navidad es un decir porque hasta hoy no tiene adornos)
Me siento mal por tener un árbol de navidad en mi sala.
No quisiera tener un árbol de navidad.
Las festividades navideñas me parecen ridículas.
Es estúpido (pero redituable) designar una temporada especial para consumir.
La idea original de la navidad no era consumir.
Era celebrar un nacimiento.
Nacer es la primera cualidad de un consumidor.
Nacer te hace ciudadano.
Ser ciudadano te hace acreedor a una identificación.
La identificación te permite obtener una tarjeta de crédito.
Nacer es un acto indispensable para el consumo.
Por eso en Noruega otorgan subsidios a quien tenga hijos.
Necesitan consumidores.
Rechazar la navidad me hace diferente.
La mayoría no la rechaza.
También hay quienes lo hacen.
Rechazar es fácil.
Evitar es fácil.
Decir no.
Quedar como un desierto a base de negar.
¿Es mejor un bosque a un desierto?
En el bosque existe vida en abundancia.
Pero su suelo es húmedo.
Un desierto nunca podría ser bosque.
La arena.
Observé la navidad desde la vitrina, sin hambre.
La no hambre de un enfermo de cáncer.
Mañana comeré.
El regalo que con hambre de hambre,
descubro ante mis ojos,
me da el mismo placer que un orgasmo fingido.
La navidad es sexo seguro, pagado
y obligatorio.
DERECHOS LINGUISTICOS
Me gustaría existir en un mundo de igualdad entre los vocablos, en el que vivir tuviera la misma relevancia que cualquier otro verbo en infinitivo.
QUE TIPO DE CAMBIO
Es toda una curiosidad para quienes no residen en la frontera, el hecho de que en nuestras carteras se puedan encontrar indistintamente dólares y pesos. Quienes lo han vivido y mudan a otro lugar, lo extrañan. Quienes llegan a la región tienen que “acostumbrarse”; y aquellos que no lo han experimentado tratan de imaginarlo románticamente. Pero quienes vivimos aquí, sabemos que no es nada del otro mundo, que incluso llega a perjudicar nuestra economía cuando traemos solamente dólares y tenemos que pagar algo en la ciudad, pues el tipo de cambio no siempre es favorecedor.
Hace años, y no muchos, los Tijuanenses casi no conocían su propia moneda, pues todo se manejaba en dólares. Con la devaluación de 1984, ésta costumbre fue mermando poco a poco; sin embargo, aún tenemos algunas reminiscencias (negativas) como lo son el cobro de las rentas de inmuebles en dólares, los honorarios de médicos, mecánicos y la venta de autos entre otros. El peso es ya la moneda que circula mayormente en la región, pero los dólares siguen siendo bienvenidos. No sucede lo mismo al otro lado de la frontera.
Son contadísimos los establecimientos que en San Diego (y léase San Ysidro), reciben nuestra moneda, y si lo hacen, el tipo de cambio que manejan es ridículo. Los demás optan por rechazar totalmente el peso mexicano. Pareciera que los vecinos de los norteamericanos somos nosotros, pero ellos no son vecinos de nadie. Lo mexicano tiene valor allá solamente si se transforma; si, como los cantantes, hace el crossover; si, como los tacos, se baña de queso amarillo; si, como los mexicanos, se hace pocho.
Es ridículo, mientras te mueres de hambre, darle un billete de cien pesos a la cajera de la franquicia de hamburguesas que está a unos metros de la línea internacional, y que te lo rechace. Allá no te reconocen si no aspiras a ser como ellos, si no te traduces; pero puedes cruzar la garita y, con el mismo billete de cien pesos, comprar tu hamburguesa en la misma franquicia: así ya no importa, estás en tu corral tercermundista y tu dinero será lavado, desinfectado y coloreado de verde para ingresar al país de los sueños. Pero ni quejarse, pues como dice Chente: mientras el público tercermundista continúe aplaudiendo, Estados Unidos nos seguirá cantando.
De paseo por el no tan frecuentado patio trasero de mi casa, observo a mis perros caminar hacia mí; los saludo:
–Hola niños ¿Cómo están? Soy su madre ¿Se acuerdan de mí?
Por eso no tengo hijos.
NAVICULA
Hace días habita en mi casa un árbol “de navidad”.
(de navidad es un decir porque hasta hoy no tiene adornos)
Me siento mal por tener un árbol de navidad en mi sala.
No quisiera tener un árbol de navidad.
Las festividades navideñas me parecen ridículas.
Es estúpido (pero redituable) designar una temporada especial para consumir.
La idea original de la navidad no era consumir.
Era celebrar un nacimiento.
Nacer es la primera cualidad de un consumidor.
Nacer te hace ciudadano.
Ser ciudadano te hace acreedor a una identificación.
La identificación te permite obtener una tarjeta de crédito.
Nacer es un acto indispensable para el consumo.
Por eso en Noruega otorgan subsidios a quien tenga hijos.
Necesitan consumidores.
Rechazar la navidad me hace diferente.
La mayoría no la rechaza.
También hay quienes lo hacen.
Rechazar es fácil.
Evitar es fácil.
Decir no.
Quedar como un desierto a base de negar.
¿Es mejor un bosque a un desierto?
En el bosque existe vida en abundancia.
Pero su suelo es húmedo.
Un desierto nunca podría ser bosque.
La arena.
Observé la navidad desde la vitrina, sin hambre.
La no hambre de un enfermo de cáncer.
Mañana comeré.
El regalo que con hambre de hambre,
descubro ante mis ojos,
me da el mismo placer que un orgasmo fingido.
La navidad es sexo seguro, pagado
y obligatorio.
DERECHOS LINGUISTICOS
Me gustaría existir en un mundo de igualdad entre los vocablos, en el que vivir tuviera la misma relevancia que cualquier otro verbo en infinitivo.
QUE TIPO DE CAMBIO
Es toda una curiosidad para quienes no residen en la frontera, el hecho de que en nuestras carteras se puedan encontrar indistintamente dólares y pesos. Quienes lo han vivido y mudan a otro lugar, lo extrañan. Quienes llegan a la región tienen que “acostumbrarse”; y aquellos que no lo han experimentado tratan de imaginarlo románticamente. Pero quienes vivimos aquí, sabemos que no es nada del otro mundo, que incluso llega a perjudicar nuestra economía cuando traemos solamente dólares y tenemos que pagar algo en la ciudad, pues el tipo de cambio no siempre es favorecedor.
Hace años, y no muchos, los Tijuanenses casi no conocían su propia moneda, pues todo se manejaba en dólares. Con la devaluación de 1984, ésta costumbre fue mermando poco a poco; sin embargo, aún tenemos algunas reminiscencias (negativas) como lo son el cobro de las rentas de inmuebles en dólares, los honorarios de médicos, mecánicos y la venta de autos entre otros. El peso es ya la moneda que circula mayormente en la región, pero los dólares siguen siendo bienvenidos. No sucede lo mismo al otro lado de la frontera.
Son contadísimos los establecimientos que en San Diego (y léase San Ysidro), reciben nuestra moneda, y si lo hacen, el tipo de cambio que manejan es ridículo. Los demás optan por rechazar totalmente el peso mexicano. Pareciera que los vecinos de los norteamericanos somos nosotros, pero ellos no son vecinos de nadie. Lo mexicano tiene valor allá solamente si se transforma; si, como los cantantes, hace el crossover; si, como los tacos, se baña de queso amarillo; si, como los mexicanos, se hace pocho.
Es ridículo, mientras te mueres de hambre, darle un billete de cien pesos a la cajera de la franquicia de hamburguesas que está a unos metros de la línea internacional, y que te lo rechace. Allá no te reconocen si no aspiras a ser como ellos, si no te traduces; pero puedes cruzar la garita y, con el mismo billete de cien pesos, comprar tu hamburguesa en la misma franquicia: así ya no importa, estás en tu corral tercermundista y tu dinero será lavado, desinfectado y coloreado de verde para ingresar al país de los sueños. Pero ni quejarse, pues como dice Chente: mientras el público tercermundista continúe aplaudiendo, Estados Unidos nos seguirá cantando.
sábado, diciembre 13
jueves, diciembre 11
STUFF THE TURKEY
"La foto era primorosa. No hay otra palabra que la describa mejor. George W. Bush, el valiente, en Bagdad. Bush, el generoso, ofreciéndole pavo a los poderosos soldados estadunidenses. Bush, el creyente, acompañando a sus tropas en el día de Acción de Gracias.
Todo mundo se sorprendió con la visita relámpago del Generalísimo a esas tierras para subirle la moral a sus vapuleadas tropas, para acompañar a sus héroes en ese día tan importante. La foto presentaba al presidente cargando un enorme plato con un pavo gigante, crujiente pero jugoso, dorado y con guarnición, para que los hombres y mujeres que luchan por la libertad tuvieran un momento especial.
Así, los gringos volvieron a ver ese Bush que les gusta, que es arrojado pero bueno, que está ahí dónde las cosas suceden. Fue un gran golpe publicitario.
Sin embargo, oh sorpresa, cometió un error trágico. El Washington Post descubrió que el pavo que portaba el mandatario era falso. No era un pavo que nadie se pudiera comer. Era de plástico.
Cuando increparon al vocero de la Casa Blanca al respecto, desdeño el tema. “No creo que valga la pena comentar esos asuntos”, dijo contundente. Los reporteros, ya bastante cínicos, le preguntaron si el árbol de Navidad de la oficina Oval era de verdad o de plástico. Dijo “estoy bastante seguro que es real”.
George W. Bush, el mentiroso. Bush, el tarado cargando su pavo falso. Bush, el ingenuo, que cree que todos se la van a tragar.
Los soldados, al final, pasaron el Día de Gracias comiendo el mismo rancho que comen todos los días. Recordemos que las tropas tienen prohibido comer alimentos locales. Temen que los envenenen.
Es incomprensible el tema del pavo falso. ¿Qué necesidad? Si Air Force One tiene cocina, ¿por qué no lo prepararon de camino? ¿Cuál era la bronca de darles un pavo de verdad?
Pero el tema verdaderamente medular aquí es la fascinación de este gobernante con la mentira. Sabemos bien que los políticos mienten todo el tiempo. Mienten, sin embargo, con objetivos claros: para ocultar problemas, para ganar afecto, para construir apoyos.
Bush, por su parte, realmente parece que miente porque quiere. Es tal su desprecio hacia su país y hacia los humanos en general, que supone que no tiene ninguna importancia insultar la inteligencia de la gente.
Pero cuando el gobierno decide decir la verdad, lo hace de tal forma que resulta casi tan ofensivo como la mentira. Un ejemplo realmente delirante son las recientes declaraciones de Fox sobre la reforma fiscal. El presidente de nuestro país nos dijo que “hay que ponerle” y que “no le saquen al parche” de nuevos impuestos.
Más real, imposible. Fox nos dio a entender que con la reforma se va a fornicar a la población, pero ándenle, no le saquen reinitas.
Sabes que tienes problemas cuando el presidente alburea a la nación en un bizarro intento de ganarse su simpatía.
También estamos en broncas cuando otro presidente, en este caso Bush, trata sistemáticamente de engañar al mundo en las cosas más insignificantes. No estamos tratando un estilo personal de gobernar: es una bronca patológica.
Así, entre el Pavogate y el Parchegate ya no sé ni a quién irle. La verdad es tan horrorosa que a veces preferimos que nos mientan; pero las mentiras son tan obscenas, que preferimos la verdad.
Esto da lugar a sociedades que viven en una especie de esquizofrenia permanente. Es un dilema real, y estos dos presidentes lo enfrentan con una falta de astucia que sorprende. "
El Pavogate
( Andrés Pascoe Rippey )
La crónica, 7.12.03
"La foto era primorosa. No hay otra palabra que la describa mejor. George W. Bush, el valiente, en Bagdad. Bush, el generoso, ofreciéndole pavo a los poderosos soldados estadunidenses. Bush, el creyente, acompañando a sus tropas en el día de Acción de Gracias.
Todo mundo se sorprendió con la visita relámpago del Generalísimo a esas tierras para subirle la moral a sus vapuleadas tropas, para acompañar a sus héroes en ese día tan importante. La foto presentaba al presidente cargando un enorme plato con un pavo gigante, crujiente pero jugoso, dorado y con guarnición, para que los hombres y mujeres que luchan por la libertad tuvieran un momento especial.
Así, los gringos volvieron a ver ese Bush que les gusta, que es arrojado pero bueno, que está ahí dónde las cosas suceden. Fue un gran golpe publicitario.
Sin embargo, oh sorpresa, cometió un error trágico. El Washington Post descubrió que el pavo que portaba el mandatario era falso. No era un pavo que nadie se pudiera comer. Era de plástico.
Cuando increparon al vocero de la Casa Blanca al respecto, desdeño el tema. “No creo que valga la pena comentar esos asuntos”, dijo contundente. Los reporteros, ya bastante cínicos, le preguntaron si el árbol de Navidad de la oficina Oval era de verdad o de plástico. Dijo “estoy bastante seguro que es real”.
George W. Bush, el mentiroso. Bush, el tarado cargando su pavo falso. Bush, el ingenuo, que cree que todos se la van a tragar.
Los soldados, al final, pasaron el Día de Gracias comiendo el mismo rancho que comen todos los días. Recordemos que las tropas tienen prohibido comer alimentos locales. Temen que los envenenen.
Es incomprensible el tema del pavo falso. ¿Qué necesidad? Si Air Force One tiene cocina, ¿por qué no lo prepararon de camino? ¿Cuál era la bronca de darles un pavo de verdad?
Pero el tema verdaderamente medular aquí es la fascinación de este gobernante con la mentira. Sabemos bien que los políticos mienten todo el tiempo. Mienten, sin embargo, con objetivos claros: para ocultar problemas, para ganar afecto, para construir apoyos.
Bush, por su parte, realmente parece que miente porque quiere. Es tal su desprecio hacia su país y hacia los humanos en general, que supone que no tiene ninguna importancia insultar la inteligencia de la gente.
Pero cuando el gobierno decide decir la verdad, lo hace de tal forma que resulta casi tan ofensivo como la mentira. Un ejemplo realmente delirante son las recientes declaraciones de Fox sobre la reforma fiscal. El presidente de nuestro país nos dijo que “hay que ponerle” y que “no le saquen al parche” de nuevos impuestos.
Más real, imposible. Fox nos dio a entender que con la reforma se va a fornicar a la población, pero ándenle, no le saquen reinitas.
Sabes que tienes problemas cuando el presidente alburea a la nación en un bizarro intento de ganarse su simpatía.
También estamos en broncas cuando otro presidente, en este caso Bush, trata sistemáticamente de engañar al mundo en las cosas más insignificantes. No estamos tratando un estilo personal de gobernar: es una bronca patológica.
Así, entre el Pavogate y el Parchegate ya no sé ni a quién irle. La verdad es tan horrorosa que a veces preferimos que nos mientan; pero las mentiras son tan obscenas, que preferimos la verdad.
Esto da lugar a sociedades que viven en una especie de esquizofrenia permanente. Es un dilema real, y estos dos presidentes lo enfrentan con una falta de astucia que sorprende. "
El Pavogate
( Andrés Pascoe Rippey )
La crónica, 7.12.03
martes, diciembre 9
lunes, diciembre 8
HOUSE OF HORRORS
Sí, sí, ya sé, debería saber para que sirve esa canasta, pero no tiene caso: no tengo la menor idea. Sí, ya sé, te veo cómo te mueves con tu cabello teñido de rayos rubios y tus implantes de senos, mientras examinas con cuidado y admiración ese candelero-frutero-telaraña-sabe-jodidos qué. Eres hábil para reconocer esos objetos en esta tienda inmensa de utensilios extraños. Me aterra que sean tantos y que yo no sepa para qué sirven, o dónde ponerlos o cómo distribuirlos en una manera adecuada dentro de un adecuado hogar.
Te veo acumular artefactos para el baño en tu carrito, en el que paseas a tu pequeño clon: peinadita y muy lista en la identificación de objetos misteriosos. ¿Para que sirven todos esas cosas de cerámica que cuestan entre diecisiete y cuarenta dólares? Tal vez deba tomar una curso, pero yo en el baño sólo tengo: jabón, dos toallas, papel y un bote; es más, ni siquiera encuentro en éste un lugar en el cual podría acumular todos esos objetos extraños. Te sigo con la mirada y con el carrito vacío, mientras pienso que será difícil aprender algo de tan experta mujer, así que busco a alguien que, como yo, sea amateur en esto de los objetos misteriosos. La encuentro, es rellenita y desaliñada. La sigo.
Ella observa con preocupación montones de pequeños marcos para fotos. Para mí los marcos para fotos son lo que le regalas a las personas por las que no sientes afecto alguno, pero no se compran para la casa. Ella saca una lista con varias medidas y escoge cuatro marcos de lo más extraño. Luego gira y lanza a su carrito unas cucharas con picos y mangos enormes, como para alimentar una de las bestias con las que sueño ultimamente. No contenta con eso, empuja su carrito con velocidad y sube por el elevador al segundo piso de la tienda, dirigiéndose a lo más amenazador que venden. Tengo miedo de acercarme. ¡Son flores artificiales! Me escondo tras un altero de toallas para secarse los falanges, las falanginas y las falangetas, cada una con distinto estampado y color. La observo con terror mientras llena su carrito de tan monstruosos artefactos.
-¿Qué le pasa a esa señora, mamá? -te pregunta tu hija, mientras se lleva sus adecuadas manitas a la boca para ocultar su sonrisa. Tú me miras algo confundida, pero tu pensamiento no me registra, pues tratas de acordarte si tu amiga Liza pidió las copas verdes de Mikasa que tienen dibujitos azules o las de Lennox que tienen dibujitos azules, pero más pequeños.
Me da vértigo. Sé que tengo que hacer algo por mí pronto o me desmayaré. Entonces decido hacer el último intento y explorar por mi cuenta, sin que tú me mires, tu hija me juzgue o ella me aterre con sus gustos. Camino con mi carrito vacío, al cual integro con rapidez un enorme cojín para aparentar que llevo algo; el cojín no me deja ver nada, así que lo boto inmediatamente. Trato de recordar qué carajos ando buscando en esa tienda. Lo recuerdo: un bote de basura y un sujeta libros para mi estudio. Encuentro botes de basura que tejieron los de la tribu fjeck de Madagascar:$39.99: No gracias, puede tener algún virus raro. Hay unos de vidrio, otros de plástico y algunos más que no estoy segura si son botes de basura, charolas, cubetas o aparatos; decido ir a lo más sencillo y me lanzo a buscar un sujetador de libros. Pero en el camino, cajas extrañas con aparatos increíbles me preguntan para qué sirven. Y luego los juegos de cubiertos de doce piezas distintas, y luego los 101 recipientes para organizar el hogar, y luego mantelitos y cortinas y sabe cuántos utensilios para torturar comida... Abandono el carrito y corro aterrada hacia afuera, a la banqueta, de la cual estoy segura que sirve para sentarse ¿o caminar? mientras tú sales sonriente con tres bolsas en la mano, lista para atacar la tienda de material para manualidades.
domingo, diciembre 7
RESACA POST MUTEK
Me gusta la música electrónica. No hace mucho que empecé a tomarle el gusto, pero en cuanto lo hice, me fascinó. El problema es que como todo lo que disfruto bastante, me pone al borderline entre la más aguda tristeza y la felicidad extática.
Aún no me recupero del concierto de ayer. Nortec estuvo excelente, pero le mezclé sentimientos pretéritos y recientes y los detoné dentro. Cerrando los ojos, bailé dentro del túnel que he creado, sitio desde el cual, la luz de la superficie se vuelve cada día más pequeña.
Quedan tan sólo 23 días del esperado 2003, y la señal que espero no llega.
¿No llegará verdad?
Desciendo.
sábado, diciembre 6
CONTROL REmoto
Nadie debería acumular más conocimientos de los que es capaz de practicar. La información en un sistema produce neguentropía solamente cuando existe en una cantidad razonable; un exceso, por el contrario, acelera la entropía.
Por eso hay quienes tan sólo deberíamos tener la información necesaria para comer, dormir y defecar. Cualquier información adicional nos desintegra.
Cuidado con lo que escribes: podrías creértelo.
"If you're like everybody else, you belive opinions or what you're told. What else is there? Oh nothingness. I have to have visions. I can't have visions, I have to love: I have to be wrong to write". -Kathy Acker
My wish list para esta navidad es: una camisa de fuerza blanca, de algodón resistente; una cadena de un metro de largo, candado incluido or un one way ticket a un far away place. Favor de dirigir la tarjeta a: Mayra's Superyo.
Me gustaría escribir las peticiones de mi Ello, pero mi maldito Superyo me lo impide. Tal vez después de los obsequios navideños lo haga.
DEcapitalismo
They've now realized they have to fight to destroy humanity in order to erase nuclear, chemical and biological weaponry (outside the U.S.) But war isn't that bad: it's only an economic strategy.
Nadie debería acumular más conocimientos de los que es capaz de practicar. La información en un sistema produce neguentropía solamente cuando existe en una cantidad razonable; un exceso, por el contrario, acelera la entropía.
Por eso hay quienes tan sólo deberíamos tener la información necesaria para comer, dormir y defecar. Cualquier información adicional nos desintegra.
Cuidado con lo que escribes: podrías creértelo.
"If you're like everybody else, you belive opinions or what you're told. What else is there? Oh nothingness. I have to have visions. I can't have visions, I have to love: I have to be wrong to write". -Kathy Acker
My wish list para esta navidad es: una camisa de fuerza blanca, de algodón resistente; una cadena de un metro de largo, candado incluido or un one way ticket a un far away place. Favor de dirigir la tarjeta a: Mayra's Superyo.
Me gustaría escribir las peticiones de mi Ello, pero mi maldito Superyo me lo impide. Tal vez después de los obsequios navideños lo haga.
DEcapitalismo
They've now realized they have to fight to destroy humanity in order to erase nuclear, chemical and biological weaponry (outside the U.S.) But war isn't that bad: it's only an economic strategy.
viernes, diciembre 5
CITANDOME
Fragmento de: En su idioma
Ahora podría escribir lo que pasó después y adjetivarlo equivocadamente. Tal vez lo narraría de una manera muy extensa o muy corta. Tal vez omitiría eventos y sensaciones. De cualquier manera lo que las palabras representarían sería mi ideal de lo que sucedió, con las limitaciones del lenguaje ¿Qué sucedió realmente? ¿Qué relato puede conjugar lo que quiso decirme con su cuerpo y lo que yo interpreté y, viceversa? ¿Qué relato une lo anterior a un tercer elemento que observaba imparcial la distancia entre ambos? No hay nada más verídico que lo que no se dice. Eso sucedió.
Fragmento de: En su idioma
Ahora podría escribir lo que pasó después y adjetivarlo equivocadamente. Tal vez lo narraría de una manera muy extensa o muy corta. Tal vez omitiría eventos y sensaciones. De cualquier manera lo que las palabras representarían sería mi ideal de lo que sucedió, con las limitaciones del lenguaje ¿Qué sucedió realmente? ¿Qué relato puede conjugar lo que quiso decirme con su cuerpo y lo que yo interpreté y, viceversa? ¿Qué relato une lo anterior a un tercer elemento que observaba imparcial la distancia entre ambos? No hay nada más verídico que lo que no se dice. Eso sucedió.
SIN OBJETIVO
Ah que con estos nuevos inventos! terminan por echarlo a uno a perder. Es cómico lo paradójico del orden actual: un círculo de consumo hasta en los aspectos psicológicos antes irrelevantes.
El voyeurismo es un acto antisocial, egoísta. Esta práctica es tratada en millones de consultorios en este momento en todo el planeta, gracias a que poco a poco nos han convencido de que ir al terapeuta es bueno, que nadie somos lo suficientemente cuerdos como para arreglárnoslas por nosotros mismos, sobre todo ahora que han bajado mucho los ratings de los sacerdotes. Entonces, como somos modernos, vamos al psicólogo, pues, a diferencia de nuestras abuelas, sabemos que “no sólo van los que están locos”. Por eso estudio la maestría, porque ahora un psicólogo es más capitalista que un administrador de empresas.
Pero, como hay que estar en todo, es imposible que el voyeurista sane, entonces, además de canales pornográficos, El Mexicano segunda sección , Big Bother y los Blogspots, inventamos la E-Lists, a las cuales podemos tener acceso sin necesidad de participar y, enterarnos del chisme; ey! incluso sentimos que formamos parte (siento, corregiría mi terapeuta, quien se empeña que todo hable en primera persona “para hacerme responsable”) Está bien, así lo haré: Siento que participo y, aparte de todo: mi correo se satura maravillosamente con mensajes “interesantes”. Los leo en silencio como si vigilara a mis vecinos, y luego voy a terapia a decir que no me gusta el mundo de cerca, que las personas tienen muchos defectos y no las soporto.
La realidad es que si soporto a la gente pero, como a la mayoría de mi generación, no me gusta comprometerme: Problema muy grande! Debo ir a terapia! Aunque la realidad es que también hace falta comprometerse a no comprometerse, pues es una elección como cualquier otra y tiene sus consecuencias. No es libertad, es tan esclavizante como el compromiso. Pero nadie debe darse cuenta, para que sigamos yendo a terapia y chateando con gente imaginaria. El chat es el mejor aliado del esquizoide: el cuerpo no es necesario.
Al final de cuentas todo se reduce a una mera elección. Si el mundo es una mierda es porque quiero verlo así, si el mundo es maravilloso y como dice De Chardin: sigue un proceso constante hacia la complejificación y la formación del Ser, es porque quiero creer eso. Entonces toda crítica se vuelve cómica, por ser la exactamente el polo opuesto e idéntico al que sostengo. Dejando atrás la neurosis, el mundo posee el sabor del agua: habrá quien la disfrute y quien no.
Ah que con estos nuevos inventos! terminan por echarlo a uno a perder. Es cómico lo paradójico del orden actual: un círculo de consumo hasta en los aspectos psicológicos antes irrelevantes.
El voyeurismo es un acto antisocial, egoísta. Esta práctica es tratada en millones de consultorios en este momento en todo el planeta, gracias a que poco a poco nos han convencido de que ir al terapeuta es bueno, que nadie somos lo suficientemente cuerdos como para arreglárnoslas por nosotros mismos, sobre todo ahora que han bajado mucho los ratings de los sacerdotes. Entonces, como somos modernos, vamos al psicólogo, pues, a diferencia de nuestras abuelas, sabemos que “no sólo van los que están locos”. Por eso estudio la maestría, porque ahora un psicólogo es más capitalista que un administrador de empresas.
Pero, como hay que estar en todo, es imposible que el voyeurista sane, entonces, además de canales pornográficos, El Mexicano segunda sección , Big Bother y los Blogspots, inventamos la E-Lists, a las cuales podemos tener acceso sin necesidad de participar y, enterarnos del chisme; ey! incluso sentimos que formamos parte (siento, corregiría mi terapeuta, quien se empeña que todo hable en primera persona “para hacerme responsable”) Está bien, así lo haré: Siento que participo y, aparte de todo: mi correo se satura maravillosamente con mensajes “interesantes”. Los leo en silencio como si vigilara a mis vecinos, y luego voy a terapia a decir que no me gusta el mundo de cerca, que las personas tienen muchos defectos y no las soporto.
La realidad es que si soporto a la gente pero, como a la mayoría de mi generación, no me gusta comprometerme: Problema muy grande! Debo ir a terapia! Aunque la realidad es que también hace falta comprometerse a no comprometerse, pues es una elección como cualquier otra y tiene sus consecuencias. No es libertad, es tan esclavizante como el compromiso. Pero nadie debe darse cuenta, para que sigamos yendo a terapia y chateando con gente imaginaria. El chat es el mejor aliado del esquizoide: el cuerpo no es necesario.
Al final de cuentas todo se reduce a una mera elección. Si el mundo es una mierda es porque quiero verlo así, si el mundo es maravilloso y como dice De Chardin: sigue un proceso constante hacia la complejificación y la formación del Ser, es porque quiero creer eso. Entonces toda crítica se vuelve cómica, por ser la exactamente el polo opuesto e idéntico al que sostengo. Dejando atrás la neurosis, el mundo posee el sabor del agua: habrá quien la disfrute y quien no.
jueves, diciembre 4
ACUMULACIONES
Todos los objetos que veo son recipientes. Todas las acciones y, sobre todo, las palabras. Existe un acumulación constante de historia no solicitada en cada imagen, en cada sitio, en cada grafía. El aquí y ahora es imposible sin el allá y ese día. Cada aroma ha recorrido siglos de recolectar elementos para llegar a ser la que huelo, cada objeto es una serie de envolturas que se abren en infinitas revelaciones de personas, sonidos, hechos y situaciones que lo moldearon a través del tiempo, hasta llegar a la forma que yo también moldeo.
¿Existe algo virgen?
Lo no tocado es tan imposible como lo demasiado tocado. No existe medición para lo que se constituye en el devenir. El proceso que nunca inició continúa incesante, hasta que no se detenga. De pronto se cree en los inicios, pero no hay tal cosa. De pronto ella habla y dice que vive inicios, y que la rutina le agobia, que no la quiere. Nunca hubo un inicio; la rutina es una y se llama proceso constante, sin embargo, no es repetitivo: nada podría serlo.
En esta palabra se han dado las más increíbles historias aunque no me leas. En los instantes huecos de las conversaciones hay dejos de un dolor que nada sana: incluso el silencio posee una historia. La historia de los silencios no es ajena a la de las palabras, pero la sostiene.
No quisiera ver mi collar y escuchar las voces que habitan en cada piedra, pero lo hago. No quisiera encontrar restos amarillos circulares en mi suéter y acumularlos como gotas de ámbar; pero la historia habla a los que escuchan de otro modo, a los "esquizoides", quienes tenemos la capacidad de "dejar entrar una luz que no penetra en las mentes intactas de muchas personas cuerdas, cuyas mentes están cerradas" (R.D. Laing). Por eso los objetos-personas-palabras se abren ante mí en todo su pasado y presente; hablan con todos los lenguajes que han hablado en todos los tiempos, se descomponen en todas las partes que los constituyen y que los han constituído y, se arman de nuevo.
Cada palabra es pesadísima cuando se siente en ella la carga que soporta en el tiempo.
Quisiera decir "esto" cuando digo esto, pero cuando yo lo digo ya ha sido dicho por ella, por él, y pensado por miles de mentes antes de que fuesen encarnadas, y esto era pensado de otro modo antes de que fuera esto, y fue muchos estos que se uniformaron en esto y lograron ser esto en este momento; sin embargo, esto no es tan sólo a lo que me refiero.
Sería excelente la invención de un aparato que sustrajera la acumulación histórica en la existencia, pero ¿Cuál sería el nuevo significado? ¿Existe un significado sin historia?
Quiero creer que sí, quiero aspirar a una vida de amnesia crónica en la que la memoria no tiene almacén propio, en la que cada instante es olvidable y, por lo tanto, el lenguaje es una herramienta inútil para el hombre, un defecto innecesario.
Todos los objetos que veo son recipientes. Todas las acciones y, sobre todo, las palabras. Existe un acumulación constante de historia no solicitada en cada imagen, en cada sitio, en cada grafía. El aquí y ahora es imposible sin el allá y ese día. Cada aroma ha recorrido siglos de recolectar elementos para llegar a ser la que huelo, cada objeto es una serie de envolturas que se abren en infinitas revelaciones de personas, sonidos, hechos y situaciones que lo moldearon a través del tiempo, hasta llegar a la forma que yo también moldeo.
¿Existe algo virgen?
Lo no tocado es tan imposible como lo demasiado tocado. No existe medición para lo que se constituye en el devenir. El proceso que nunca inició continúa incesante, hasta que no se detenga. De pronto se cree en los inicios, pero no hay tal cosa. De pronto ella habla y dice que vive inicios, y que la rutina le agobia, que no la quiere. Nunca hubo un inicio; la rutina es una y se llama proceso constante, sin embargo, no es repetitivo: nada podría serlo.
En esta palabra se han dado las más increíbles historias aunque no me leas. En los instantes huecos de las conversaciones hay dejos de un dolor que nada sana: incluso el silencio posee una historia. La historia de los silencios no es ajena a la de las palabras, pero la sostiene.
No quisiera ver mi collar y escuchar las voces que habitan en cada piedra, pero lo hago. No quisiera encontrar restos amarillos circulares en mi suéter y acumularlos como gotas de ámbar; pero la historia habla a los que escuchan de otro modo, a los "esquizoides", quienes tenemos la capacidad de "dejar entrar una luz que no penetra en las mentes intactas de muchas personas cuerdas, cuyas mentes están cerradas" (R.D. Laing). Por eso los objetos-personas-palabras se abren ante mí en todo su pasado y presente; hablan con todos los lenguajes que han hablado en todos los tiempos, se descomponen en todas las partes que los constituyen y que los han constituído y, se arman de nuevo.
Cada palabra es pesadísima cuando se siente en ella la carga que soporta en el tiempo.
Quisiera decir "esto" cuando digo esto, pero cuando yo lo digo ya ha sido dicho por ella, por él, y pensado por miles de mentes antes de que fuesen encarnadas, y esto era pensado de otro modo antes de que fuera esto, y fue muchos estos que se uniformaron en esto y lograron ser esto en este momento; sin embargo, esto no es tan sólo a lo que me refiero.
Sería excelente la invención de un aparato que sustrajera la acumulación histórica en la existencia, pero ¿Cuál sería el nuevo significado? ¿Existe un significado sin historia?
Quiero creer que sí, quiero aspirar a una vida de amnesia crónica en la que la memoria no tiene almacén propio, en la que cada instante es olvidable y, por lo tanto, el lenguaje es una herramienta inútil para el hombre, un defecto innecesario.
martes, diciembre 2
SER, LA MEJOR ARMA
La historia transcurre generalmente en el dolor, son los dominadores quienes la cuentan, quienes la protagonizan, quienes la planean. En estos momentos existen mentes que desarrollan proyectos de planeación histórica, cuyo trabajo no es el de profetizar, sino el de encargarse de que sus profecías se cumplan. Si alguien no cree que existe algo superior a nosotros que determina nuestras vidas, sólo investigue un poco acerca de los proyectos de diseño a nivel macro que llevan a cabo los países de primer mundo, principalmente nuestros vecinos.
Los proyectos de manipulación y control no son algo lejano que atañe a las empresas de manufactura; son tan bien dirigidos que llegan hasta los asuntos más personales de nuestras vidas: el recorte del personal en la UABC, la suspensión de talleres, la continua suspensión de clases en las escuelas de enseñanza básica. Los paises industrializados necesitan pobres cada vez más pobres, ignorantes cada vez más ignorantes; necesitan que, según Fukuyama, existan tres tercermundistas para sustentar a un ser del primer mundo. Nunca promoverán nuestra mejora porque significa su ruina.
El antropocentrismo ha llegado a tales extremos, que en paises como Suecia, la mayor parte de la vegetación ha sido diseñada por el hombre. El cuento del Jardín del Edén llevado a su máxima expresión. Pero es el hombre quien, en su fracaso de dominarse a sí mismo, intenta dominar a la naturaleza. Es el hombre que golpea a su esposa o la mujer que golpea a sus hijos porque odia su propia vida. La historia magnificada.
Pero en esta aparente desesperanza histórica, en la que presente, pasado y futuro se encuentran encapsulados, debemos remontarnos al punto en el que la historia no existía, punto en el que se encuentra la razón cíclica del mundo. En contra de las propias leyes, el planeta no durará mucho tiempo: el segundo cósmico de la presencia del hombre nunca llegará a ser minuto; pero existe la promesa del tiempo en el que el tiempo no se contaba, la no historia, la prehistoria. El retorno a esa nada es el sentido de la destrucción. La resistencia no evita, tan sólo provoca mayor dolor. Ni la esperanza ilusa del cambio, ni el nihilismo, ni el hedonismo son respuestas ante esta verdad, sino un profundo aquí y ahora comprometido, que se transforma en el motor más veloz de la aniquilación.
La historia transcurre generalmente en el dolor, son los dominadores quienes la cuentan, quienes la protagonizan, quienes la planean. En estos momentos existen mentes que desarrollan proyectos de planeación histórica, cuyo trabajo no es el de profetizar, sino el de encargarse de que sus profecías se cumplan. Si alguien no cree que existe algo superior a nosotros que determina nuestras vidas, sólo investigue un poco acerca de los proyectos de diseño a nivel macro que llevan a cabo los países de primer mundo, principalmente nuestros vecinos.
Los proyectos de manipulación y control no son algo lejano que atañe a las empresas de manufactura; son tan bien dirigidos que llegan hasta los asuntos más personales de nuestras vidas: el recorte del personal en la UABC, la suspensión de talleres, la continua suspensión de clases en las escuelas de enseñanza básica. Los paises industrializados necesitan pobres cada vez más pobres, ignorantes cada vez más ignorantes; necesitan que, según Fukuyama, existan tres tercermundistas para sustentar a un ser del primer mundo. Nunca promoverán nuestra mejora porque significa su ruina.
El antropocentrismo ha llegado a tales extremos, que en paises como Suecia, la mayor parte de la vegetación ha sido diseñada por el hombre. El cuento del Jardín del Edén llevado a su máxima expresión. Pero es el hombre quien, en su fracaso de dominarse a sí mismo, intenta dominar a la naturaleza. Es el hombre que golpea a su esposa o la mujer que golpea a sus hijos porque odia su propia vida. La historia magnificada.
Pero en esta aparente desesperanza histórica, en la que presente, pasado y futuro se encuentran encapsulados, debemos remontarnos al punto en el que la historia no existía, punto en el que se encuentra la razón cíclica del mundo. En contra de las propias leyes, el planeta no durará mucho tiempo: el segundo cósmico de la presencia del hombre nunca llegará a ser minuto; pero existe la promesa del tiempo en el que el tiempo no se contaba, la no historia, la prehistoria. El retorno a esa nada es el sentido de la destrucción. La resistencia no evita, tan sólo provoca mayor dolor. Ni la esperanza ilusa del cambio, ni el nihilismo, ni el hedonismo son respuestas ante esta verdad, sino un profundo aquí y ahora comprometido, que se transforma en el motor más veloz de la aniquilación.
domingo, noviembre 30
POST
Después de haber nadado sobre una banca, en un jardín de la calle primera, no queda otra cosa que ser feliz por media hora y después vomitar.
¿Alguien gustará escribir cuando ya no será leído? Puedo decir que no escribo para que me lean, que escribo por gusto o porque soy neurótica o porque me gusta estar sola y a veces me canso de leer; pero, al ver que un porcentaje de lo que escribo es para su publicación inmediata, me doy cuenta de que escribo para que me lean, si no ¿para qué lo publicaría?
Con frecuencia no me soporto: mi lugar perfecto es cualquiera en el que yo no esté.
Desde que no siento nada por las mañanas, el cerebro se me ha exprimido como esponja vieja y, para mi sorpresa, al exprimirlo ha salido otra esponja.
Libre del ojo que busca, me puedo dedicar a hacer de este sitio un intento fallido de narraciones autobiográficas, basura sentimental, y un intento de representación de "mi verdadero yo", si es que existe tal cosa en la realidad, si es que existe la realidad, si es que existe algo.
Este post es un mentira, pero no sé distinguir entre lo de nieve y lo de limón.
A veces somos tan fuertes, que hasta las palabras nos afectan.
Nada de lo anterior tiene sentido; pero aclaro que esta no ha sido la intención del autor.
Después de haber nadado sobre una banca, en un jardín de la calle primera, no queda otra cosa que ser feliz por media hora y después vomitar.
¿Alguien gustará escribir cuando ya no será leído? Puedo decir que no escribo para que me lean, que escribo por gusto o porque soy neurótica o porque me gusta estar sola y a veces me canso de leer; pero, al ver que un porcentaje de lo que escribo es para su publicación inmediata, me doy cuenta de que escribo para que me lean, si no ¿para qué lo publicaría?
Con frecuencia no me soporto: mi lugar perfecto es cualquiera en el que yo no esté.
Desde que no siento nada por las mañanas, el cerebro se me ha exprimido como esponja vieja y, para mi sorpresa, al exprimirlo ha salido otra esponja.
Libre del ojo que busca, me puedo dedicar a hacer de este sitio un intento fallido de narraciones autobiográficas, basura sentimental, y un intento de representación de "mi verdadero yo", si es que existe tal cosa en la realidad, si es que existe la realidad, si es que existe algo.
Este post es un mentira, pero no sé distinguir entre lo de nieve y lo de limón.
A veces somos tan fuertes, que hasta las palabras nos afectan.
Nada de lo anterior tiene sentido; pero aclaro que esta no ha sido la intención del autor.
viernes, noviembre 28
ANTES DE DORMIR
Colocaré agua a hervir lentamente, sacaré mi taza preferida; no le pondré azúcar. De mi alacena, tomaré la bolsa de té que tengo guardada desde hace tiempo y que lleva la inscripción: a veces el amor consiste en acompañarse por unos metros. La dejaré que impregne bien el agua hervida, y la beberé lenta y dolorosamente hasta el final.
Colocaré agua a hervir lentamente, sacaré mi taza preferida; no le pondré azúcar. De mi alacena, tomaré la bolsa de té que tengo guardada desde hace tiempo y que lleva la inscripción: a veces el amor consiste en acompañarse por unos metros. La dejaré que impregne bien el agua hervida, y la beberé lenta y dolorosamente hasta el final.
DE POESIA Y OTRAS ANTIGUEDADES
"Nosotros somos los últimos representantes irresignados de un sublime cadáver. Esto lo sabe un duendecillo al fondo de nuestra conciencia y nos los dice en voz baja todos los días. De ahí la exasperación de nuestro pecho y de nuestra cabeza. Queremos resucitar el cadáver sublime en vez de engendrar un nuevo ser que venga a ocupar su sitio. Todo lo que hacemos es ponerle cascabeles al cadáver, amarrarle cintitas de colores, proyectarle diferentes luces a ver si da apariencias de vida y hace ruido. Todo es vano. El nuevo ser nacerá, aparecerá la nueva poesía, soplará en un gran huracán y entonces se verá cuán muerto estaba el muerto. El mundo abrirá los ojos y los hombres nacerán por segunda vez o por tercera o cuarta."
-Vicente Huidobro a Juan Larrea.
"Aun hallándonos a mil leguas de la poesía, dependemos de ella todavía por esa súbita necesidad de aullar -último estadío del lirismo".
-E.M. Cioran
"Nosotros somos los últimos representantes irresignados de un sublime cadáver. Esto lo sabe un duendecillo al fondo de nuestra conciencia y nos los dice en voz baja todos los días. De ahí la exasperación de nuestro pecho y de nuestra cabeza. Queremos resucitar el cadáver sublime en vez de engendrar un nuevo ser que venga a ocupar su sitio. Todo lo que hacemos es ponerle cascabeles al cadáver, amarrarle cintitas de colores, proyectarle diferentes luces a ver si da apariencias de vida y hace ruido. Todo es vano. El nuevo ser nacerá, aparecerá la nueva poesía, soplará en un gran huracán y entonces se verá cuán muerto estaba el muerto. El mundo abrirá los ojos y los hombres nacerán por segunda vez o por tercera o cuarta."
-Vicente Huidobro a Juan Larrea.
"Aun hallándonos a mil leguas de la poesía, dependemos de ella todavía por esa súbita necesidad de aullar -último estadío del lirismo".
-E.M. Cioran
miércoles, noviembre 26
AZUL
El azul está en todas partes. Por ejemplo, siempre ha estado en la definición de “mi color favorito” en el lenguaje de quienes han sido mi pareja. El azul es muy común, tanto que lo que llamamos cielo está impregando por él. El cielo no es azul. Nada es azul.
No me gusta que el azul esté en mi casa. Si alguien la revisa no encontrará huella alguna de su presencia. Elijo con cuidado cada artefacto con el único requisito de que no sea azul. El azul me gusta; entre más frío, mejor. Aunque no sé a quién se le ocurrió que un color pueda tener temperatura.
Este color siempre ha estado lejos de mí. Es el color del otro. El color de lo ajeno. Me gusta vestir de azul, pero solamente de la cintura para abajo. Me gusta lo azul lejos de mi casa y lejos de mi corazón (el órgano, no el lugar común con el que se pretende amar).
La casa en la que crecí es azul.
Todo lo incoloro se transforma en azul: el aire, el mar, algunos ojos. El azul se hace oscuro en los uniformes de los militares y claro en la ropa de los niños.
Hay quienes piensan que el azul es masculino, que un color puede tener género.
Mi primer carro era azul. Yo me enamoré a primera vista de ese carro. Suelo enamorarme de los carros, de las libélulas y de los aromas. Pero nunca me he enamorado de un aroma azul.
Una mezcla de varios pensamientos es azul, como nuestro planeta desde el espacio. Hay un canal de la NASA en el que pasan todo el día documentales de ciencia y, por la noche, cuando la gente se duerme, la vigilan: transmiten una imagen constante via satélite del planeta durante ocho horas aproximadamente, y la mayoría de la visión es azul. Tengo una foto de esta imagen en mi librero, es la foto de mí que más me gusta por la lejanía.
Hoy incendiaré artículos azules como un holocausto a este maravilloso cielo negro que, eliminando el eufemismo del nombre de su color, se ha atrevido a confesarnos hace unas semanas que el sol, en realidad, es rojo.
El azul está en todas partes. Por ejemplo, siempre ha estado en la definición de “mi color favorito” en el lenguaje de quienes han sido mi pareja. El azul es muy común, tanto que lo que llamamos cielo está impregando por él. El cielo no es azul. Nada es azul.
No me gusta que el azul esté en mi casa. Si alguien la revisa no encontrará huella alguna de su presencia. Elijo con cuidado cada artefacto con el único requisito de que no sea azul. El azul me gusta; entre más frío, mejor. Aunque no sé a quién se le ocurrió que un color pueda tener temperatura.
Este color siempre ha estado lejos de mí. Es el color del otro. El color de lo ajeno. Me gusta vestir de azul, pero solamente de la cintura para abajo. Me gusta lo azul lejos de mi casa y lejos de mi corazón (el órgano, no el lugar común con el que se pretende amar).
La casa en la que crecí es azul.
Todo lo incoloro se transforma en azul: el aire, el mar, algunos ojos. El azul se hace oscuro en los uniformes de los militares y claro en la ropa de los niños.
Hay quienes piensan que el azul es masculino, que un color puede tener género.
Mi primer carro era azul. Yo me enamoré a primera vista de ese carro. Suelo enamorarme de los carros, de las libélulas y de los aromas. Pero nunca me he enamorado de un aroma azul.
Una mezcla de varios pensamientos es azul, como nuestro planeta desde el espacio. Hay un canal de la NASA en el que pasan todo el día documentales de ciencia y, por la noche, cuando la gente se duerme, la vigilan: transmiten una imagen constante via satélite del planeta durante ocho horas aproximadamente, y la mayoría de la visión es azul. Tengo una foto de esta imagen en mi librero, es la foto de mí que más me gusta por la lejanía.
Hoy incendiaré artículos azules como un holocausto a este maravilloso cielo negro que, eliminando el eufemismo del nombre de su color, se ha atrevido a confesarnos hace unas semanas que el sol, en realidad, es rojo.
martes, noviembre 25
PALABRAS DE CONSUELO
En el afán de regodearme en lo que tanto desprecio, es decir, las palabras, he estado observando con atención la manera en la que son utilizadas por las personas para decir lo que no desean decir, no diciéndolo.
Me visto con una falda negra muy larga; no porque sea vergonzosa, ni mojigata. No porque esté de luto o no quiera llamar la atención, sino porque tengo unas ganas inmensas de ponerme una minifalda roja.
Me convierto en el máximo defensor de los derechos humanos. No porque quiera defender a los oprimidos, ni porque desee poseer un status, o aparentar ser bueno, sino porque quisiera destazar a todos esos malditos cuerpos débiles, pusilánimes y lastimosos que van por la calle.
Ooomph.
Si te digo: Niña, yo estaré contigo, porque soy tu madre, porque todo lo abandono por tí; significa: te odio perra desgraciada, ojalá te murieras.
Por supuesto que también existen las frases que dicen la verdad; es decir, no existen.
¿Qué propongo con esto ? Nada, el mundo está muy ocupado viendo La Academia. No creo que puedan desarrollar un proceso de toma de conciencia en el que analicen cómo estructuran sus frases, o cómo, por ejemplo, la vida que llevan es producto del lenguaje oculto que predominó en su familia.
Los refranes o dichos son los códigos internos de las relaciones familiares. "Más vale malo por conocido, que bueno por conocer"; entonces México exporta los insumos y compra el producto terminado. Entonces llega la maquila a utilizar la "maravillosa y milenaria y excelente" mano de obra que poseemos. Entonces los matrimonios duran para toda la vida y los pequeños negocios quiebran ante las transnacionales por casarse para toda la vida con sus métodos obsoletos.
¿Qué pasaría en un mundo de un lenguaje no domesticado? En un mundo de lenguaje infantil, dónde se dice lo que se siente: ni siquiera lo que se piensa.
Es cansado escuchar a alguien que dura horas no diciéndote, lo que no te dijo desde el inicio.
Sugerencia: ninguna. Si la escribo nunca nadie será capaz de aplicarla. Se convertirá en una instrucción más. Por eso existe la libertad de expresión. Porque el gobierno sabe que la manifestación hablada o escrita hecha por el más radical de los ciudadanos, oculta al ser más inofesivo de todos. Los verdaderos reaccionarios hacen sin decir.
En el afán de regodearme en lo que tanto desprecio, es decir, las palabras, he estado observando con atención la manera en la que son utilizadas por las personas para decir lo que no desean decir, no diciéndolo.
Me visto con una falda negra muy larga; no porque sea vergonzosa, ni mojigata. No porque esté de luto o no quiera llamar la atención, sino porque tengo unas ganas inmensas de ponerme una minifalda roja.
Me convierto en el máximo defensor de los derechos humanos. No porque quiera defender a los oprimidos, ni porque desee poseer un status, o aparentar ser bueno, sino porque quisiera destazar a todos esos malditos cuerpos débiles, pusilánimes y lastimosos que van por la calle.
Ooomph.
Si te digo: Niña, yo estaré contigo, porque soy tu madre, porque todo lo abandono por tí; significa: te odio perra desgraciada, ojalá te murieras.
Por supuesto que también existen las frases que dicen la verdad; es decir, no existen.
¿Qué propongo con esto ? Nada, el mundo está muy ocupado viendo La Academia. No creo que puedan desarrollar un proceso de toma de conciencia en el que analicen cómo estructuran sus frases, o cómo, por ejemplo, la vida que llevan es producto del lenguaje oculto que predominó en su familia.
Los refranes o dichos son los códigos internos de las relaciones familiares. "Más vale malo por conocido, que bueno por conocer"; entonces México exporta los insumos y compra el producto terminado. Entonces llega la maquila a utilizar la "maravillosa y milenaria y excelente" mano de obra que poseemos. Entonces los matrimonios duran para toda la vida y los pequeños negocios quiebran ante las transnacionales por casarse para toda la vida con sus métodos obsoletos.
¿Qué pasaría en un mundo de un lenguaje no domesticado? En un mundo de lenguaje infantil, dónde se dice lo que se siente: ni siquiera lo que se piensa.
Es cansado escuchar a alguien que dura horas no diciéndote, lo que no te dijo desde el inicio.
Sugerencia: ninguna. Si la escribo nunca nadie será capaz de aplicarla. Se convertirá en una instrucción más. Por eso existe la libertad de expresión. Porque el gobierno sabe que la manifestación hablada o escrita hecha por el más radical de los ciudadanos, oculta al ser más inofesivo de todos. Los verdaderos reaccionarios hacen sin decir.
viernes, noviembre 21
ME ME ME
Sentada en esta computadora del Fiesta Inn, me recuerdo tiempo atrás, en un cuerpo distinto, escribiéndome mensajes de madrugada.
No sé en cuántos cuerpos distintos existo. No sé cuántas soy. Hace dias que ando demasiado en el mundo, hace dias que la vida se me convierte en vida. No soportaré eso mucho tiempo.
La vida me provoca esto:bloqueo. Vivir me impide generar pensamientos; cuando vivo las fuerzas se me agotan en una sola realidad: me gusta estar en varias.
Mañana iniciaré un taller en esta ciudad; un taller aparentemente intenso. Pero no siento nada, solo hay expectativas y miradas.
Guadalajara me gusta, sobre todo la gente. Hoy me escapé del grupo y me fui a caminar un buen rato sola por quién sabe que calles. Caminé hasta que me di cuenta que debía regresar a clase, pues ésta había empezado hacía más de media hora. Pero preferí disfrutar ese rato un poco más.
No hay nada intenso, ni hay tensiones. La vida se me presenta sin exigir futuros, en rostros de mujeres mayores con quien extrañamente me llevo muy bien. Me preocupa que nada me preocupe.
Aquí termina mi relato autobiográfico de hoy. Disculpen pero no traje mi diario.
Sentada en esta computadora del Fiesta Inn, me recuerdo tiempo atrás, en un cuerpo distinto, escribiéndome mensajes de madrugada.
No sé en cuántos cuerpos distintos existo. No sé cuántas soy. Hace dias que ando demasiado en el mundo, hace dias que la vida se me convierte en vida. No soportaré eso mucho tiempo.
La vida me provoca esto:bloqueo. Vivir me impide generar pensamientos; cuando vivo las fuerzas se me agotan en una sola realidad: me gusta estar en varias.
Mañana iniciaré un taller en esta ciudad; un taller aparentemente intenso. Pero no siento nada, solo hay expectativas y miradas.
Guadalajara me gusta, sobre todo la gente. Hoy me escapé del grupo y me fui a caminar un buen rato sola por quién sabe que calles. Caminé hasta que me di cuenta que debía regresar a clase, pues ésta había empezado hacía más de media hora. Pero preferí disfrutar ese rato un poco más.
No hay nada intenso, ni hay tensiones. La vida se me presenta sin exigir futuros, en rostros de mujeres mayores con quien extrañamente me llevo muy bien. Me preocupa que nada me preocupe.
Aquí termina mi relato autobiográfico de hoy. Disculpen pero no traje mi diario.
miércoles, noviembre 19
CEREBRO ERRANTE
Mandaré mi cerebro a Guadalajara a partir de mañana; de modo que suspenderá los posts hasta el lunes veinticuatro. Aunque es posible que en Guadalajara éste encuentre maneras de utilizar un teclado y aparezca algo por aquí.
Por lo pronto, como el próximo viajero ya se encuentra haciendo su maleta, no puedo hacer algo mejor que subir el siguiente texto.
Ganas de la Memoria
(Fragmento)
Ya pasó el tiempo en que me acercaba a ti
como a un almácigo. Entraba en tu ámbito extenso, casi
inconmensurable, más allá del contexto, como
quien entra más allá de sí mismo al páramo
donde se encuentra. Me quedaba mirándote sin
decir, era como la misma hora siempre, era
como una paz
o una especie de paz. Desaparecían las tensiones. Era
como una especie de paz en extinción.
°
No había árboles pero tampoco guerra. Yo sabía que
al entrar en ti como quien entra a tu lugar no iba
a ganar el premio. Y todo lo que tenía
encima me presionaba. El sol, siempre,
es una gran presión.
°
Yo era los animales.
Yo era los animales pacificados
no por tu música sino por tu silencio. Por los
acordes que no oía, por las voces que no escuchaba, hay una prolongación.
Hay una conjugación, muy extraña, de
rododendros. Yo logré ser –y ese es mi triunfo-
un silencio de los animales esperando de ti
o una especie, una señal.-
-Eduardo Milán.
Mandaré mi cerebro a Guadalajara a partir de mañana; de modo que suspenderá los posts hasta el lunes veinticuatro. Aunque es posible que en Guadalajara éste encuentre maneras de utilizar un teclado y aparezca algo por aquí.
Por lo pronto, como el próximo viajero ya se encuentra haciendo su maleta, no puedo hacer algo mejor que subir el siguiente texto.
Ganas de la Memoria
(Fragmento)
Ya pasó el tiempo en que me acercaba a ti
como a un almácigo. Entraba en tu ámbito extenso, casi
inconmensurable, más allá del contexto, como
quien entra más allá de sí mismo al páramo
donde se encuentra. Me quedaba mirándote sin
decir, era como la misma hora siempre, era
como una paz
o una especie de paz. Desaparecían las tensiones. Era
como una especie de paz en extinción.
°
No había árboles pero tampoco guerra. Yo sabía que
al entrar en ti como quien entra a tu lugar no iba
a ganar el premio. Y todo lo que tenía
encima me presionaba. El sol, siempre,
es una gran presión.
°
Yo era los animales.
Yo era los animales pacificados
no por tu música sino por tu silencio. Por los
acordes que no oía, por las voces que no escuchaba, hay una prolongación.
Hay una conjugación, muy extraña, de
rododendros. Yo logré ser –y ese es mi triunfo-
un silencio de los animales esperando de ti
o una especie, una señal.-
-Eduardo Milán.
martes, noviembre 18
IDIOMAS DENTRO DE LOS IDIOMAS
De lo general a lo particular, existe el lenguaje humano, los idiomas comunes a varios paises, la lengua oficial de cada pais, los dialectos del mismo, la manera en que la lengua materna se utiliza en las distintas regiones del país, en las distintas clases sociales dentro de una misma región, en las distintas edades, en las distintas familias, en los distintos grupos, entre las distintas personas.
Y es en este lenguaje común entre las personas en el que se dan las conexiones. Este "idioma personal" trasciende países, clases sociales y edades. Es una comprensión a un nivel distinto. Podría decirse que es el lenguaje del alma, del yo interior o de alguna invención de ese tipo. Pero no existe explicación racional para ello.
Es probable que existan redes invisibles en el planeta a las que se pueden conectar solamente personas con ciertas características; lo complicado es encontrarla y conectarte a ellos.
Rara vez encuentras la conexión en tu familia, o con tus amigos de la infancia o del trabajo. A estas personas de la red especial las encuentras por azar en los sitios menos pensados. Puede ser que incluso no tengan nada en común, pero al hablar, sienten perfectamente que se encuentran en el mismo canal, que no se tiene que hacer un esfuerzo porque comprendan lo que dices cuando lo dices, lo que sientes o lo que vas a opinar, pues lo saben de antemano.
Siguiendo la teoría psicológica, pudiera ser que me estoy expresando como personaje esquizoide, y sucede que mi personalidad relacional es ficticia, por eso lo de las conexiones; pues necesito relacionarme con quien sea capaz de adivinar mi personalidad interna bajo el teatro que muestro. Todos somos esquizoides en mayor o menor medida, por eso lo de llamarnos personas (máscaras), sin embargo, los de la máscara y disfraz y escenografía tenemos un poquitillo de más dificultades.
Relacionarse por medio de ese idioma personal, en el que se puede estar hablando de algo cuando ambos saben de lo que en realidad se trata, es un descanso inmenso. Es tender la mano que nunca ha tocado el viento hacia otra mano similar. Una vez revelado el ser entero de esta manera y, sin telón para esconderse, queda uno vulnerable a la vida como un cretáceo al cambiar de caparazón. El problema es que, cuando las conexiones de ese tipo se pierden, el caparazón comienza a endurecer de nuevo y la mano se esconde.
No se necesita hacer nada para que alguien reconozca tu idioma dentro del idioma. Sólo basta escucharse, mirarse, leerse y todo sucede. Sólo basta no ser y tender el teatro de siempre, pues quien habla tu idioma lo reconocerá en el propio. Sólo basta caminar por el mundo sin buscar, sin anhelar, sin preparase; pero eso sí, una vez identificada la red, uno deberá conectarse sin pensar en consecuencias.
De lo general a lo particular, existe el lenguaje humano, los idiomas comunes a varios paises, la lengua oficial de cada pais, los dialectos del mismo, la manera en que la lengua materna se utiliza en las distintas regiones del país, en las distintas clases sociales dentro de una misma región, en las distintas edades, en las distintas familias, en los distintos grupos, entre las distintas personas.
Y es en este lenguaje común entre las personas en el que se dan las conexiones. Este "idioma personal" trasciende países, clases sociales y edades. Es una comprensión a un nivel distinto. Podría decirse que es el lenguaje del alma, del yo interior o de alguna invención de ese tipo. Pero no existe explicación racional para ello.
Es probable que existan redes invisibles en el planeta a las que se pueden conectar solamente personas con ciertas características; lo complicado es encontrarla y conectarte a ellos.
Rara vez encuentras la conexión en tu familia, o con tus amigos de la infancia o del trabajo. A estas personas de la red especial las encuentras por azar en los sitios menos pensados. Puede ser que incluso no tengan nada en común, pero al hablar, sienten perfectamente que se encuentran en el mismo canal, que no se tiene que hacer un esfuerzo porque comprendan lo que dices cuando lo dices, lo que sientes o lo que vas a opinar, pues lo saben de antemano.
Siguiendo la teoría psicológica, pudiera ser que me estoy expresando como personaje esquizoide, y sucede que mi personalidad relacional es ficticia, por eso lo de las conexiones; pues necesito relacionarme con quien sea capaz de adivinar mi personalidad interna bajo el teatro que muestro. Todos somos esquizoides en mayor o menor medida, por eso lo de llamarnos personas (máscaras), sin embargo, los de la máscara y disfraz y escenografía tenemos un poquitillo de más dificultades.
Relacionarse por medio de ese idioma personal, en el que se puede estar hablando de algo cuando ambos saben de lo que en realidad se trata, es un descanso inmenso. Es tender la mano que nunca ha tocado el viento hacia otra mano similar. Una vez revelado el ser entero de esta manera y, sin telón para esconderse, queda uno vulnerable a la vida como un cretáceo al cambiar de caparazón. El problema es que, cuando las conexiones de ese tipo se pierden, el caparazón comienza a endurecer de nuevo y la mano se esconde.
No se necesita hacer nada para que alguien reconozca tu idioma dentro del idioma. Sólo basta escucharse, mirarse, leerse y todo sucede. Sólo basta no ser y tender el teatro de siempre, pues quien habla tu idioma lo reconocerá en el propio. Sólo basta caminar por el mundo sin buscar, sin anhelar, sin preparase; pero eso sí, una vez identificada la red, uno deberá conectarse sin pensar en consecuencias.
lunes, noviembre 17
SI EXISTE ES PORQUE NO SE HA ESCRITO
El escritor es una asesino: tiene la capacidad de poner en palabras situaciones de las que nadie se había percatado, pero que existían previamente a su escritura. Una vez nombradas, se convierten en conceptos incapaces de ser reproducidos vivencialmente. Por eso escribir vacía, exorcisa; no porque al escribir se vacíe el contenido del alma o los sentimientos, sino porque lo escrito queda imposibilitado de re-vivirse. El lenguaje escrito es la antípoda de la existencia.
En nuestra sociedad se ha escrito demasiado. Por eso la libertad, la igualdad y la fraternidad son imposibles, porque alguien las escribió, porque ahora son tan sólo palabras de un campo semántico.
Lo importante es que la raza humana aun no ha llegado al final de su existencia; es decir, aún queda una que otra cosa por escribir.
TRASLADANDO RESPONSABILIDADES
Asistí solamente a cuatro de los aproximadamente doce eventos del Festival de Literatura del Noroeste, de modo que mi opinión acerca de éste es tan sólo un 33% representativa; aún así me pregunto: Si éste evento hubiera valido la pena ¿Quien lo hubiese presenciado?
Uno tiene lo merece. Tijuana, como ciudad, definitivamente merece más; pero no sucede lo mismo con sus habitantes. Era penoso observar que el público estaba formado en su mayoría por los escritores que no estaban participando en ese momento como expositores. Aunque, si el público no regresó después del segundo evento, no lo culpo: era patético escuchar a un hombre diciendo que "había tenido que leer un par de libros, pero que en realidad no los había leído todos, porque frecuentemente habla de libros que no ha leído": Soportarlo preguntándose a sí mismo si lo que había dicho era lo que se le había pedido que dijera; todo esto bajo el nombre de conferencia de "La ciencia ficción mexicana y la doble ruptura de la tradición", por Ricardo Bernal.
No pude apreciar (o despreciar) como era debido, el segundo evento al que asistí sobre "Voces e imaginarios de la Narrativa del Nororeste", pues llevaba mi tiempo contado para un evento que debía iniciar a la cuatro de la tarde, pero que inició bastante más tarde "porque los escritores estaban comiendo". El único puntual fue Rafa Saavedra, los demás llegaron bastante agotados como para leer con la dicción y fluidez que se debe a un texto de creación propia.
La conferencia de las siete "La narrativa en el noroeste" fue cancelada.
Pero no todo fue negativo, también estuvo Jorge Ortega. Su análisis referente a la poesía del noroeste denotó un verdadero conocimiento de la misma, una visión actual sustentada por las bases teóricas necesarias y la voluntad de exponer de manera formal, que no solemne, su visión de la literatura de la que forma parte. Tuvo razón al instar a la poesía de la región a salir del lirismo y la construcción ligera y conservadora. No faltó uno que otro no-poeta que aparentaba representar la literatura de Sinaloa que, antes de dar lectura a sus poemas de la segunda mitad del siglo XIX, se mofara de la visión de Ortega con comentarios como: "Ya no sé si leer mi poema o no, pues no habla de la Danza del Venado", agregando que él como escritor no es consciente de "ninguna de esas cosas" (zona geográfica) cuando escribe.
Existe la posibilidad (y si no fue así, debería existir) de que las otras mesas de trabajo y conferencias hayan sido presididas por personas que poseen un verdadero compromiso con la tarea de escribir, quienes tienen interés en sustentar su escritura con fundamentos teóricos y no con bonitos sentimientos y la "inspiración y las experiencias"; y que también se preocupan por aprovechar estos eventos para sembrar novedad y sacudir a quienes acuden para: "dejarse ver", tomarse unas cervezas con los cuates (tan light como ellos) o mantener su status literario. Es necesaria una reeducación tanto del público como del expositor. Aquí sí, aunque tengan tantos defectos, podemos aprender muchísimo de la profesionalidad de los norteamericanos y, por supuesto, de uno que otro mexicano.
Asistí solamente a cuatro de los aproximadamente doce eventos del Festival de Literatura del Noroeste, de modo que mi opinión acerca de éste es tan sólo un 33% representativa; aún así me pregunto: Si éste evento hubiera valido la pena ¿Quien lo hubiese presenciado?
Uno tiene lo merece. Tijuana, como ciudad, definitivamente merece más; pero no sucede lo mismo con sus habitantes. Era penoso observar que el público estaba formado en su mayoría por los escritores que no estaban participando en ese momento como expositores. Aunque, si el público no regresó después del segundo evento, no lo culpo: era patético escuchar a un hombre diciendo que "había tenido que leer un par de libros, pero que en realidad no los había leído todos, porque frecuentemente habla de libros que no ha leído": Soportarlo preguntándose a sí mismo si lo que había dicho era lo que se le había pedido que dijera; todo esto bajo el nombre de conferencia de "La ciencia ficción mexicana y la doble ruptura de la tradición", por Ricardo Bernal.
No pude apreciar (o despreciar) como era debido, el segundo evento al que asistí sobre "Voces e imaginarios de la Narrativa del Nororeste", pues llevaba mi tiempo contado para un evento que debía iniciar a la cuatro de la tarde, pero que inició bastante más tarde "porque los escritores estaban comiendo". El único puntual fue Rafa Saavedra, los demás llegaron bastante agotados como para leer con la dicción y fluidez que se debe a un texto de creación propia.
La conferencia de las siete "La narrativa en el noroeste" fue cancelada.
Pero no todo fue negativo, también estuvo Jorge Ortega. Su análisis referente a la poesía del noroeste denotó un verdadero conocimiento de la misma, una visión actual sustentada por las bases teóricas necesarias y la voluntad de exponer de manera formal, que no solemne, su visión de la literatura de la que forma parte. Tuvo razón al instar a la poesía de la región a salir del lirismo y la construcción ligera y conservadora. No faltó uno que otro no-poeta que aparentaba representar la literatura de Sinaloa que, antes de dar lectura a sus poemas de la segunda mitad del siglo XIX, se mofara de la visión de Ortega con comentarios como: "Ya no sé si leer mi poema o no, pues no habla de la Danza del Venado", agregando que él como escritor no es consciente de "ninguna de esas cosas" (zona geográfica) cuando escribe.
Existe la posibilidad (y si no fue así, debería existir) de que las otras mesas de trabajo y conferencias hayan sido presididas por personas que poseen un verdadero compromiso con la tarea de escribir, quienes tienen interés en sustentar su escritura con fundamentos teóricos y no con bonitos sentimientos y la "inspiración y las experiencias"; y que también se preocupan por aprovechar estos eventos para sembrar novedad y sacudir a quienes acuden para: "dejarse ver", tomarse unas cervezas con los cuates (tan light como ellos) o mantener su status literario. Es necesaria una reeducación tanto del público como del expositor. Aquí sí, aunque tengan tantos defectos, podemos aprender muchísimo de la profesionalidad de los norteamericanos y, por supuesto, de uno que otro mexicano.
viernes, noviembre 14
ESPERAN QUE SE LLAME COMO YO
Tal vez no lo entiendas tú, porque de ti nadie espera nada; pero a mí, desde antes de que naciera, me esperaban. Esperaban que fuera dulce y tierna cuando se enteraron de que fui mujer. Esperaban todo lo que se espera cuando se mira a la primera hija, a la primera nieta, a la primera que llega de quien todo se espera.
Ojalá no lo hubiera notado,
porque me dí cuenta pronto que esperaban que hablara, y lo hice a los nueve meses, y uní las manos y todos recibieron la imagen de una niña tierna. Esperaron más.
Esperaron que aparte de tierna y dulce y parlanchina, fuera inteligente, y aprendiera a leer y fuera la mejor. Lo noté, y antes de los cinco años las figuras sobre los comercios y al lado de la carretera, se transormaron en letreros que leía hasta que ya no esperaban que continuara.
No sé cómo funciona eso, o cómo se entera la gente de que nació alguien que sabe responder a lo que se espera; pero cuando entré a la escuela, las maestras lo sabían, y esperaron todo de mí, y todo se los dí.
Y me vaciaba.
Todo fue multiplicándose y alinéandose. Hubo ocasiones en que todos esperaron todo al mismo tiempo.
Mis compañeros de la escuela tardaron en enterarse. Eran pequeños y no entendían ese lenguaje de los adultos que yo desde los cinco meses adiviné. Ellos no escucharon cuando les ordenaron que esperaran de mí. Pero sólo fue por un tiempo.
Y ese tiempo fue bendito y los conocí tal cual eran y yo no me encargaba de darles lo que esperaban. Todo era para los adultos. A ellos les daba lo que yo quería y así era perfecto; pero llegó la edad de los muertos, la edad en la que aprenden a escuchar las voces del mundo petrificado de los imbéciles, y los escucharon.
Hubo problemas
porque, a diferencia de los adultos, ellos no se ponían deacuerdo. Unos quería que me vistiera de ese modo, otros de otro. Unos que me les acercara, otros que no. Había quienes querían que estudiara y esperaban verme respondiendo a todas las preguntas del maestro, y quienes esperaban que yo considerara eso como una ridiculez. Tuve que elegir a quien escuchar, pero no pude hacerlo. Elegí no escuchar a nadie, y solamente fingir que escuchaba. Así me fui
y me encerré en mi cuarto por muchos años, pues era tanto lo que se esperaba, lo que se espera de mí, que es insoportable. Y se siguen alineanndo en el tiempo, y uniendo sus voces para exigirme lo que esperan. El terror llegó cuando aprendí a escuchar a los animales y a los objetos.
Desde ese tiempo aprendí a fijar la vista en un punto fijo al subir una escalera sabiendo que todos los escalones esperan que los pise Y luego está el pasamanos que espera a que lo acaricie cuando voy subiendo.
Están todos los botes de basura de todas las esquinas esperando a que les deposite algo, y todas las banquetas que aguardan a que las transite. Y luego los transeúntes que esperan que los mire, que no los mire; los hombres que me gritan por la calles esperando a que volteé, las mujeres que esperan a que les envidie su peinado, su cabello, su ritmo al caminar. Y las plantas de mi casa que esperan a que las riegue, los perros que esperan alimento, comida y que los saque a pasear. El excusado de la sala de maestros que espera a que me siente en él por la mañana.
Está mi familia que espera que la visite, mis abuelos que esperan verme para decir que nunca los visito, mis primas que esperan no esperar nada de mi y las que esperan a que les llame. Varias amigas que esperan a que les llame. Está mi hermano y su esposa que esperan que me interese por el hijo que van a tener, y el ahijado que espera que lo vea antes de que cumpla treinta años.
Está hacienda que espera que le conteste la notifiación de los seis mil pesos, y el estacionómetro que espera a que lo llene de monedas y el policía que espera a que no lo haga y la cajera del banco que espera mi identificación; tal vez espera que la salude.
Las cien mil acciones por las qaue nunca he pedido perdón.
Está el tiempo que espera a que llegue la hora. El viento que espera que salga a su encuentro. Están esperándome las drogas que no he probado, los cuerpo que me desean, las manos que no me han tocado. Están esperándome también las que ya lo han hecho.
Me espera el carro, y su tune-up, y que lo venda y le ponga gasolina. Espera a que lo limpie y le cambie el aceite. Espera a que lo venda. Esperan los conductores de la ciudad a que los deje pasar, a que les niegue el paso, a que alguna vez los choque o les grite estupideces. Espera un espacio para mi cuerpo muerto en Jardines de Santa Gema.
Y mis textos que esperan a que los revise, a que los ordene, a que los publique. Y mis pensamientos a ser realidades y mi ojos que esperan verlo.
Espera ese galón de leche en la tienda de la esquina a que lo compre y la cajera a que le dé el dinero (de preferencia billete chico) y que le dé las gracias.
Espera en las tiendas la ropa que no necesito y que desea que la compre. Esperan las miradas de lo niños de la calle una moneda, y algo más.
Decenas de libros a que los lea. Bolsas de comida a que la ingiera. Muchísimos años a que los viva.
Esperan demasiado de mí, por ejemplo, este teclado.
Y ustedes que esperan un post cada cierto tiempo, y mensajes interesantes en mi tag. Quienes esperan que les guste lo que escribí y quienes buscan burlarse. Quienes esperan encontrar algo más y quienes esperan nunca encontrar nada. Quienes esperan que los mencione, y quienes esperan que nunca lo haga. Quienes esperan nunca esperar nada.
Por eso no hago nada desde los doce años. ¿Quién puede hacer algo cuando se espera tanto? ¿Cuándo incluso la cuchara espera a que la tomes? ¿Cuándo no puedes caminar sin que nadie espere a que te caigas?
No puedo.
Por eso solemente obedezco a mi cama y sólo a ella. Ella siempre espera a que regrese y me tienda y me acurruque sobre ella en posición fetal abrazando la almohada de hace veintitrés años. Ella espera protegerme de las miles de esperas que me esperan cuando me levanto, cuando salgo, cuando camino, cuando hablo.
¿Quién les dijo que tenían que esperar?
Han pasado varios años y no lso he visitado, ni he envidiado la ropa de nadie, ni le he dado de comer al perro, ni cambiado el aceite a mi carro, y tiro la comida de las bolsas cuando se pudre. Nunca he vuelto a ningún lado, ni he correspondido a nada. Y si alguien ha creído que le he dado lo que espera, no era cierto, yo sólo evitaba estar.
Anoche, a las cinco de la tarde se alinearon de nuevo las esperas, y me refugié en el lugar que he encontrado para refugiarme.
Hace unos minutos se alineron las esperas, pero ya pasó su hora, ya el tiempo de cumplirlas se ha ido; a partir de este momento, puedo comenzar a caminar un poco con la prisa que me imponen las voces que de nuevo me gritan que esperan que pase por mi boleto de avión, o a la calle séptima por lo que me espera a que lo compre. Son las dos de la tarde que espera que me vaya.
Alguien espera a que vomite.
Tal vez no lo entiendas tú, porque de ti nadie espera nada; pero a mí, desde antes de que naciera, me esperaban. Esperaban que fuera dulce y tierna cuando se enteraron de que fui mujer. Esperaban todo lo que se espera cuando se mira a la primera hija, a la primera nieta, a la primera que llega de quien todo se espera.
Ojalá no lo hubiera notado,
porque me dí cuenta pronto que esperaban que hablara, y lo hice a los nueve meses, y uní las manos y todos recibieron la imagen de una niña tierna. Esperaron más.
Esperaron que aparte de tierna y dulce y parlanchina, fuera inteligente, y aprendiera a leer y fuera la mejor. Lo noté, y antes de los cinco años las figuras sobre los comercios y al lado de la carretera, se transormaron en letreros que leía hasta que ya no esperaban que continuara.
No sé cómo funciona eso, o cómo se entera la gente de que nació alguien que sabe responder a lo que se espera; pero cuando entré a la escuela, las maestras lo sabían, y esperaron todo de mí, y todo se los dí.
Y me vaciaba.
Todo fue multiplicándose y alinéandose. Hubo ocasiones en que todos esperaron todo al mismo tiempo.
Mis compañeros de la escuela tardaron en enterarse. Eran pequeños y no entendían ese lenguaje de los adultos que yo desde los cinco meses adiviné. Ellos no escucharon cuando les ordenaron que esperaran de mí. Pero sólo fue por un tiempo.
Y ese tiempo fue bendito y los conocí tal cual eran y yo no me encargaba de darles lo que esperaban. Todo era para los adultos. A ellos les daba lo que yo quería y así era perfecto; pero llegó la edad de los muertos, la edad en la que aprenden a escuchar las voces del mundo petrificado de los imbéciles, y los escucharon.
Hubo problemas
porque, a diferencia de los adultos, ellos no se ponían deacuerdo. Unos quería que me vistiera de ese modo, otros de otro. Unos que me les acercara, otros que no. Había quienes querían que estudiara y esperaban verme respondiendo a todas las preguntas del maestro, y quienes esperaban que yo considerara eso como una ridiculez. Tuve que elegir a quien escuchar, pero no pude hacerlo. Elegí no escuchar a nadie, y solamente fingir que escuchaba. Así me fui
y me encerré en mi cuarto por muchos años, pues era tanto lo que se esperaba, lo que se espera de mí, que es insoportable. Y se siguen alineanndo en el tiempo, y uniendo sus voces para exigirme lo que esperan. El terror llegó cuando aprendí a escuchar a los animales y a los objetos.
Desde ese tiempo aprendí a fijar la vista en un punto fijo al subir una escalera sabiendo que todos los escalones esperan que los pise Y luego está el pasamanos que espera a que lo acaricie cuando voy subiendo.
Están todos los botes de basura de todas las esquinas esperando a que les deposite algo, y todas las banquetas que aguardan a que las transite. Y luego los transeúntes que esperan que los mire, que no los mire; los hombres que me gritan por la calles esperando a que volteé, las mujeres que esperan a que les envidie su peinado, su cabello, su ritmo al caminar. Y las plantas de mi casa que esperan a que las riegue, los perros que esperan alimento, comida y que los saque a pasear. El excusado de la sala de maestros que espera a que me siente en él por la mañana.
Está mi familia que espera que la visite, mis abuelos que esperan verme para decir que nunca los visito, mis primas que esperan no esperar nada de mi y las que esperan a que les llame. Varias amigas que esperan a que les llame. Está mi hermano y su esposa que esperan que me interese por el hijo que van a tener, y el ahijado que espera que lo vea antes de que cumpla treinta años.
Está hacienda que espera que le conteste la notifiación de los seis mil pesos, y el estacionómetro que espera a que lo llene de monedas y el policía que espera a que no lo haga y la cajera del banco que espera mi identificación; tal vez espera que la salude.
Las cien mil acciones por las qaue nunca he pedido perdón.
Está el tiempo que espera a que llegue la hora. El viento que espera que salga a su encuentro. Están esperándome las drogas que no he probado, los cuerpo que me desean, las manos que no me han tocado. Están esperándome también las que ya lo han hecho.
Me espera el carro, y su tune-up, y que lo venda y le ponga gasolina. Espera a que lo limpie y le cambie el aceite. Espera a que lo venda. Esperan los conductores de la ciudad a que los deje pasar, a que les niegue el paso, a que alguna vez los choque o les grite estupideces. Espera un espacio para mi cuerpo muerto en Jardines de Santa Gema.
Y mis textos que esperan a que los revise, a que los ordene, a que los publique. Y mis pensamientos a ser realidades y mi ojos que esperan verlo.
Espera ese galón de leche en la tienda de la esquina a que lo compre y la cajera a que le dé el dinero (de preferencia billete chico) y que le dé las gracias.
Espera en las tiendas la ropa que no necesito y que desea que la compre. Esperan las miradas de lo niños de la calle una moneda, y algo más.
Decenas de libros a que los lea. Bolsas de comida a que la ingiera. Muchísimos años a que los viva.
Esperan demasiado de mí, por ejemplo, este teclado.
Y ustedes que esperan un post cada cierto tiempo, y mensajes interesantes en mi tag. Quienes esperan que les guste lo que escribí y quienes buscan burlarse. Quienes esperan encontrar algo más y quienes esperan nunca encontrar nada. Quienes esperan que los mencione, y quienes esperan que nunca lo haga. Quienes esperan nunca esperar nada.
Por eso no hago nada desde los doce años. ¿Quién puede hacer algo cuando se espera tanto? ¿Cuándo incluso la cuchara espera a que la tomes? ¿Cuándo no puedes caminar sin que nadie espere a que te caigas?
No puedo.
Por eso solemente obedezco a mi cama y sólo a ella. Ella siempre espera a que regrese y me tienda y me acurruque sobre ella en posición fetal abrazando la almohada de hace veintitrés años. Ella espera protegerme de las miles de esperas que me esperan cuando me levanto, cuando salgo, cuando camino, cuando hablo.
¿Quién les dijo que tenían que esperar?
Han pasado varios años y no lso he visitado, ni he envidiado la ropa de nadie, ni le he dado de comer al perro, ni cambiado el aceite a mi carro, y tiro la comida de las bolsas cuando se pudre. Nunca he vuelto a ningún lado, ni he correspondido a nada. Y si alguien ha creído que le he dado lo que espera, no era cierto, yo sólo evitaba estar.
Anoche, a las cinco de la tarde se alinearon de nuevo las esperas, y me refugié en el lugar que he encontrado para refugiarme.
Hace unos minutos se alineron las esperas, pero ya pasó su hora, ya el tiempo de cumplirlas se ha ido; a partir de este momento, puedo comenzar a caminar un poco con la prisa que me imponen las voces que de nuevo me gritan que esperan que pase por mi boleto de avión, o a la calle séptima por lo que me espera a que lo compre. Son las dos de la tarde que espera que me vaya.
Alguien espera a que vomite.
jueves, noviembre 13
MENTE SANA EN CUERPO ENFERMO
Si estuviese siempre tan consciente de mi cuerpo como cuando estoy enferma, reduciría mi volumen de pensamientos en un 68%.
La enfermedad me hace recordar mis límites; frena en mí los sueños que creo posibles cuando estoy saludable y olvido que mis ideas estan limitadas en su práctica, a mi acción.
La enfermedad me vuelve vulnerable y a la vez fuerte. Me transporta a la condición humana cuando he creído alcanzar la divina.
Cuando estoy enferma agradezco, valoro, desecho. Cuando estoy enferma me encarno realmente.
martes, noviembre 11
lunes, noviembre 10
PRIMERA MUERTE
La luna próxima, la doble, la que se encuentra en el centro, ha penetrado mis pies.
Incluso los comejenes la han reconocido.
Repta flujo arriba hacia mis tobillos, intersectando las comisuras blandas detrás de las rodillas, el calor.
La luna no soy yo (acaso es necesario decirlo). Yo no soy nadie, pues nadie me ha visto realmente. La barrera de la piel es difícil de romper y, sin embargo, he dejado de usar aretes.
(También uñas)
Uno dos tres segundos y en mi esófago se acomoda, iniciándose en los conocimientos de la infecundidad ¿habrá algo más pobre que una garganta seca?
La luna se expande en mi tórax, pidiendo de mí un sentimiento para no reventarlo. Hace días que carezco de sentimientos. Se han ido con la gripa. Mi cuerpo adolorido extrajo sangre nueva para renacer. No puedo sentir en el proceso.
Un chasquido de la ventana del vecino viene hacia mi vientre. Se detiene.
Ha llegado la hora de que la luna reviente. La imagen de la pelota de volibol de la secudaria es la mejor. Esperaré la muerte con esa imagen. No tengo miedo. Hoy no siento.
Explota y estoy muerta. Y los muertos se acercan curiosos a ver a la reventada por la luna; a la muerta desde el centro. Son bellos los muertos, sus dientes parecen las caderas de un ratón y su olor se asemeja al de los baños públicos.
Mientras camino, fragmentos de luna se deprenden de mi cuerpo destrozado; ellos lo ingieren, yo lo pruebo, como probaría la confianza de un amigo. Toco una mano apenas cubierta de trozos de piel. Me enamoro.
Y la luna muerta entra de nuevo por los orificios violáceos de mis pies.
También soy yo.
La luna próxima, la doble, la que se encuentra en el centro, ha penetrado mis pies.
Incluso los comejenes la han reconocido.
Repta flujo arriba hacia mis tobillos, intersectando las comisuras blandas detrás de las rodillas, el calor.
La luna no soy yo (acaso es necesario decirlo). Yo no soy nadie, pues nadie me ha visto realmente. La barrera de la piel es difícil de romper y, sin embargo, he dejado de usar aretes.
(También uñas)
Uno dos tres segundos y en mi esófago se acomoda, iniciándose en los conocimientos de la infecundidad ¿habrá algo más pobre que una garganta seca?
La luna se expande en mi tórax, pidiendo de mí un sentimiento para no reventarlo. Hace días que carezco de sentimientos. Se han ido con la gripa. Mi cuerpo adolorido extrajo sangre nueva para renacer. No puedo sentir en el proceso.
Un chasquido de la ventana del vecino viene hacia mi vientre. Se detiene.
Ha llegado la hora de que la luna reviente. La imagen de la pelota de volibol de la secudaria es la mejor. Esperaré la muerte con esa imagen. No tengo miedo. Hoy no siento.
Explota y estoy muerta. Y los muertos se acercan curiosos a ver a la reventada por la luna; a la muerta desde el centro. Son bellos los muertos, sus dientes parecen las caderas de un ratón y su olor se asemeja al de los baños públicos.
Mientras camino, fragmentos de luna se deprenden de mi cuerpo destrozado; ellos lo ingieren, yo lo pruebo, como probaría la confianza de un amigo. Toco una mano apenas cubierta de trozos de piel. Me enamoro.
Y la luna muerta entra de nuevo por los orificios violáceos de mis pies.
También soy yo.
FREGAMENTACION
Cuando, hace unos quince años, vagábamos por los videobares o las discotecas, lo más normal era ver los videos en la pantalla al tiempo que escuchábamos la música correspondiente a él. Si veíamos a Madonna, ella cantaba, y a Depeche Mode y a Yuri. En ese tiempo sufríamos la adolescencia, pero sobrevivíamos. Sin embargo, un fenómeno interesante provocó la actual ruptura en nuestra personalidad: la incongruencia entre la imagen,el audio y los significados.
Probablemente obedeciendo a la necesidad de mayor consumo, de modo que no estuviésemos "viendo la tele" en ese lugar y nos moviéramos a consumir, se produjo esta ruptura. En un par de años y, sin que lo notáramos, las imágenes proyectadas en estos lugares nada tenían que ver con la canción en turno: ahora lo que observamos nada tiene que ver con lo que oímos. El mensaje se absorbe después de pasar quince horas los fines de semana en esos lugares, y la desconexión interna (y, por supuesto, externa) se da.
A medida que pasa el tiempo se incrementa esta disociación entre imágen, audio y significado. Lo anterior provoca que este hecho se vea con naturalidad en todos los ámbitos: personal, social, político, económico. El ser escencial de algo se pierde en sus diversas manifestaciones y no hay nada que culpar. Se crean imágenes importadas para políticos conservadores, slogans publicitarios para la visita turística de poblaciones marginadas, proyecciones económicas favorables ante situaciones de crisis palpable, personalidades esquizoides. Todas las realidades se fragmentan con la consecuencia de volverlas inasibles y manipulables, todo a través de la industria de la educación masiva que se denomina entretenimiento.
El hecho de que un adolescente estudie con la televisión y el radio encendidos son producto de ello. El plan general es: lograr que la mayor cantidad de personas tengan el mínimo de educación real, pues esto asegura el control y el fin último: el consumo. Los niños con la reciente "enfermedad" de falta de concentración son producto de este bombardeo por parte de los medios; estar en un salón de clases frente a un libro resulta demasiado poco, por eso la inquietud, la hiperactividad, la rebeldía. Los sistemas pedagógicos recomiendan utilizar cada vez más medios electrónicos para la educación, es decir, proponen aliarse con el enemigo, cuando lo que se necesita es un poco de educación en el silencio, y en las actividades simples de creación.
Valdrá la pena constatar hasta que grado somos capaces de rescatarnos a nosotros mismos de esta fregamentación (sólo una E de más), integrando en nuestra persona la coherencia y la capacidad de elegir, una a una, actividades creadoras en nuestra vida.
¿Valdrá la pena?
Cuando, hace unos quince años, vagábamos por los videobares o las discotecas, lo más normal era ver los videos en la pantalla al tiempo que escuchábamos la música correspondiente a él. Si veíamos a Madonna, ella cantaba, y a Depeche Mode y a Yuri. En ese tiempo sufríamos la adolescencia, pero sobrevivíamos. Sin embargo, un fenómeno interesante provocó la actual ruptura en nuestra personalidad: la incongruencia entre la imagen,el audio y los significados.
Probablemente obedeciendo a la necesidad de mayor consumo, de modo que no estuviésemos "viendo la tele" en ese lugar y nos moviéramos a consumir, se produjo esta ruptura. En un par de años y, sin que lo notáramos, las imágenes proyectadas en estos lugares nada tenían que ver con la canción en turno: ahora lo que observamos nada tiene que ver con lo que oímos. El mensaje se absorbe después de pasar quince horas los fines de semana en esos lugares, y la desconexión interna (y, por supuesto, externa) se da.
A medida que pasa el tiempo se incrementa esta disociación entre imágen, audio y significado. Lo anterior provoca que este hecho se vea con naturalidad en todos los ámbitos: personal, social, político, económico. El ser escencial de algo se pierde en sus diversas manifestaciones y no hay nada que culpar. Se crean imágenes importadas para políticos conservadores, slogans publicitarios para la visita turística de poblaciones marginadas, proyecciones económicas favorables ante situaciones de crisis palpable, personalidades esquizoides. Todas las realidades se fragmentan con la consecuencia de volverlas inasibles y manipulables, todo a través de la industria de la educación masiva que se denomina entretenimiento.
El hecho de que un adolescente estudie con la televisión y el radio encendidos son producto de ello. El plan general es: lograr que la mayor cantidad de personas tengan el mínimo de educación real, pues esto asegura el control y el fin último: el consumo. Los niños con la reciente "enfermedad" de falta de concentración son producto de este bombardeo por parte de los medios; estar en un salón de clases frente a un libro resulta demasiado poco, por eso la inquietud, la hiperactividad, la rebeldía. Los sistemas pedagógicos recomiendan utilizar cada vez más medios electrónicos para la educación, es decir, proponen aliarse con el enemigo, cuando lo que se necesita es un poco de educación en el silencio, y en las actividades simples de creación.
Valdrá la pena constatar hasta que grado somos capaces de rescatarnos a nosotros mismos de esta fregamentación (sólo una E de más), integrando en nuestra persona la coherencia y la capacidad de elegir, una a una, actividades creadoras en nuestra vida.
¿Valdrá la pena?
sábado, noviembre 8
jueves, noviembre 6
LA ULTIMA HOUR
Afirmaciones como la de Fernando Vallejo de que "el español se está volviendo en un inglés de segunda", deja a la práctica de la escritura en este idioma como un acto absurdo y potencialmente obsoleto. Escribir en español, y en un buen español, se convierte en el presente en un acto histórico. Es alejarse cada vez más de la realidad actual del lenguaje. El simple hecho de escribir bien resulta un arcaísmo.
¿Vale la pena mejorar la condición física de un enfermo de cáncer terminal?
Quienes lo aman opinarán que sí, que debe permanecer en las mejores condiciones posibles hasta el día de su muerte. Entonces lo someten a regimenes estrictos, para que su cuerpo se aleje por un tiempo de los efectos degenerativos de la enfermedad; pero llega el momento en que es alcanzado por ésta y el resultado es fatal. En otros casos al enfermo se le permite continuar con una vida lo más apegada a la que conoció como cotidiana, disfrutarla de esa manera y permitir que la enfermedad fluya sin impedimentos y lo consuma.
En ambos casos muere.
¿Qué elegiremos para nuestro idioma con cáncer terminal?
Afirmaciones como la de Fernando Vallejo de que "el español se está volviendo en un inglés de segunda", deja a la práctica de la escritura en este idioma como un acto absurdo y potencialmente obsoleto. Escribir en español, y en un buen español, se convierte en el presente en un acto histórico. Es alejarse cada vez más de la realidad actual del lenguaje. El simple hecho de escribir bien resulta un arcaísmo.
¿Vale la pena mejorar la condición física de un enfermo de cáncer terminal?
Quienes lo aman opinarán que sí, que debe permanecer en las mejores condiciones posibles hasta el día de su muerte. Entonces lo someten a regimenes estrictos, para que su cuerpo se aleje por un tiempo de los efectos degenerativos de la enfermedad; pero llega el momento en que es alcanzado por ésta y el resultado es fatal. En otros casos al enfermo se le permite continuar con una vida lo más apegada a la que conoció como cotidiana, disfrutarla de esa manera y permitir que la enfermedad fluya sin impedimentos y lo consuma.
En ambos casos muere.
¿Qué elegiremos para nuestro idioma con cáncer terminal?
VIDA
"La Vida ¿No es más que un moho en la superficie
de la materia, una aberración inexplicable en el Universo,
que proviene de una falta de antisepsia?¿No es más que
un epifenómeno?"
         -Claude Tresmontant
Somo los últimos. La vida multiforme es tan sólo un paso más en el proceso de la planetización. La vida multiforme existió hace millones de años en los otros planteas, que no son más que seres vivos unificados.
El antropocentrismo ingenuo nos lleva a creer que existimos como seres únicos en esta galaxia. Que la tierra es "la escogida" (al estilo judío) y que somos la cima de la evolución. Nada más falso. Somos una forma primitiva de vida, pues la evolución se orienta hacia loa altos complejos, y eso que observamos como planetas aparentemente inhóspitos, son seres unificados tan superiores a nosotros que no se molestan en comunicarse como nosotros no lo hacemos con las moscas o las hormigas. Esos grandes seres en alguna etapa de su evolución estaban compuestos por vida multiforme con disntintas conciencias, pero avanzaron hasta lograr esa unificación. Nosotros somos los últimos de la galaxia, por nuestra tardanza, la vía láctea tardará muchos millones de años más en unificarse, por estos humanos que caminan a pasos tan lentos a la complejidad.
La globalización y el internet son intentos de esa unificación y, aunque a estas tendencias se les vea (y sea real) solamente intenciones mercadológicas , la realidad inconsciente es un ir hacia la formación de la conciencia unificada.
Tal vez convendrá esforzarnos por lograr comunicación con los planetas para aprender de ellos y acelerar nuestra unificación y, en vez de viajar en el espacio para infestar planetas con nuestra vida subdesarrollada, viajar para estar en contacto con ellos y escucharlos, olvidándonos de la idea de que somos nosotros los que debemos ser escuchados por el universo.
"La Vida ¿No es más que un moho en la superficie
de la materia, una aberración inexplicable en el Universo,
que proviene de una falta de antisepsia?¿No es más que
un epifenómeno?"
         -Claude Tresmontant
Somo los últimos. La vida multiforme es tan sólo un paso más en el proceso de la planetización. La vida multiforme existió hace millones de años en los otros planteas, que no son más que seres vivos unificados.
El antropocentrismo ingenuo nos lleva a creer que existimos como seres únicos en esta galaxia. Que la tierra es "la escogida" (al estilo judío) y que somos la cima de la evolución. Nada más falso. Somos una forma primitiva de vida, pues la evolución se orienta hacia loa altos complejos, y eso que observamos como planetas aparentemente inhóspitos, son seres unificados tan superiores a nosotros que no se molestan en comunicarse como nosotros no lo hacemos con las moscas o las hormigas. Esos grandes seres en alguna etapa de su evolución estaban compuestos por vida multiforme con disntintas conciencias, pero avanzaron hasta lograr esa unificación. Nosotros somos los últimos de la galaxia, por nuestra tardanza, la vía láctea tardará muchos millones de años más en unificarse, por estos humanos que caminan a pasos tan lentos a la complejidad.
La globalización y el internet son intentos de esa unificación y, aunque a estas tendencias se les vea (y sea real) solamente intenciones mercadológicas , la realidad inconsciente es un ir hacia la formación de la conciencia unificada.
Tal vez convendrá esforzarnos por lograr comunicación con los planetas para aprender de ellos y acelerar nuestra unificación y, en vez de viajar en el espacio para infestar planetas con nuestra vida subdesarrollada, viajar para estar en contacto con ellos y escucharlos, olvidándonos de la idea de que somos nosotros los que debemos ser escuchados por el universo.
martes, noviembre 4
-Tengo hambre!
No es hambre, es la necesidad que tienes de llenar tu vida y lo traduces a comida.
No es hambre, sucede que te quedaste en la fase oral y necesitas tener ocupada la boca.
No es hambre, lo que pasa es que estás a dieta y tu cerebro pide lo que no debe obtener.
No es hambre, es la necesidad de compañía que, no saciada con personas, la intentas satisfacer con alimento.
No es hambre, es gastritis, y tu estómago te pide que lo rellenes con el fin de amortiguar el efecto dañino de los jugos gástricos.
No es hambre, es que acabamos de ver un anuncio de alimentos y es tu respuesta a la publicidad.
No es hambre, es el condicionamiento de tu cuerpo porque ha llegado la hora en que lo alimentas.
No es hambre, es nerviosismo, y deseas tener algo bajo control, ese algo se llama comida.
No es hambre, son tus ganas de ser rechazado por las personas y para ello quieres volverte obesa y amenazante.
No es hambre, es la necesidad de recompensarte porque has trabajado mucho.
No es hambre, es que no soportas esta situación y buscas evadirte con otros pensamientos.
No es hambre, es la visión de otras personas comiendo lo que te llevó a pensar eso.
No es hambre, es tu afán de solidarizarte con quien acaba de decir que siente lo mismo. Te gusta.
No es hambre, simplemente quieres sacar plática.
No es hambre ¿No sabes que comer puede resultar dañino para la salud?
No es hambre, tal vez sea úlcera.
No es hambre, es tu necesidad de sabotear este momento tan perfecto.
No es hambre, lo que pasa es que te llegó el olor de la comida del vecino.
No es hambre, tal vez sea solamente sed.
No es hambre, tienes demasiada imaginación.
No es hambre, podrá ser incluso cáncer, pero hambre no es.
Y la piel se reseca. Y los ojos se hunden. Y los huesos se notan. Y la boca murmura.
Cuatro labios sostienen las esquinas de su ferétro. Se miran.
-¿Tu crees que...?
-No. Fue la depresión.
No es hambre, es la necesidad que tienes de llenar tu vida y lo traduces a comida.
No es hambre, sucede que te quedaste en la fase oral y necesitas tener ocupada la boca.
No es hambre, lo que pasa es que estás a dieta y tu cerebro pide lo que no debe obtener.
No es hambre, es la necesidad de compañía que, no saciada con personas, la intentas satisfacer con alimento.
No es hambre, es gastritis, y tu estómago te pide que lo rellenes con el fin de amortiguar el efecto dañino de los jugos gástricos.
No es hambre, es que acabamos de ver un anuncio de alimentos y es tu respuesta a la publicidad.
No es hambre, es el condicionamiento de tu cuerpo porque ha llegado la hora en que lo alimentas.
No es hambre, es nerviosismo, y deseas tener algo bajo control, ese algo se llama comida.
No es hambre, son tus ganas de ser rechazado por las personas y para ello quieres volverte obesa y amenazante.
No es hambre, es la necesidad de recompensarte porque has trabajado mucho.
No es hambre, es que no soportas esta situación y buscas evadirte con otros pensamientos.
No es hambre, es la visión de otras personas comiendo lo que te llevó a pensar eso.
No es hambre, es tu afán de solidarizarte con quien acaba de decir que siente lo mismo. Te gusta.
No es hambre, simplemente quieres sacar plática.
No es hambre ¿No sabes que comer puede resultar dañino para la salud?
No es hambre, tal vez sea úlcera.
No es hambre, es tu necesidad de sabotear este momento tan perfecto.
No es hambre, lo que pasa es que te llegó el olor de la comida del vecino.
No es hambre, tal vez sea solamente sed.
No es hambre, tienes demasiada imaginación.
No es hambre, podrá ser incluso cáncer, pero hambre no es.
Y la piel se reseca. Y los ojos se hunden. Y los huesos se notan. Y la boca murmura.
Cuatro labios sostienen las esquinas de su ferétro. Se miran.
-¿Tu crees que...?
-No. Fue la depresión.
lunes, noviembre 3
LUNES EN PLAYAS
Ya funciona
(Esto significa: Lector, vuélvelo a leer porque ya lo terminé)
Hace rato andaba caminando por playas de Tijuana. Fui a buscar al mar lo que en la tierra no puedo ver a los ojos. No había desayunado, de modo que mi caminata resultó un evento casi ascético. Hubiera podido llegar a algun café a comprar algo, pero, como todos los lunes, el contacto humano me resultó insoportable, por lo que preferí morirme de hambre antes de tener que tolerar a alguien.
Caminé hasta la ridícula división que instalaron entre el mar norteamericano y el mexicano (lo cual, por supuesto, no existe). Había parejas, familias y una que otra solitaria(o) como yo. El mar era especialmente atrayente, no sólo para conversar con él (pues he decidido que esta semana solamente hablaré con los seres que no utilizan el habla), sino también para recordar.
Anduve dando pasos pequeños, de esos en los que suelo arrastrar los pies, deteniéndome de vez en cuando a llorar un poco(muy recomedable por las mañanas) y luego continuaba. No sé si fue mi estado, o mi olor (me había bañado en la noche) o de plano algo se me notaba; la cosa es que después de fijarme una meta y caminar mucho más allá de la zona "turística", una curiosa perrita se dio a la tarea de acompañarme. Al inicio me dio miedo, pues andaba jugando con un pitt bull, pero luego abandonó sus juegos y me siguió. No habían pasado tres minutos cuando se detuvo a escarbar en la arena. Me incliné para observar lo que desenterraba y observé una conchita blanca muy frágil, de las llamadas "silver dollar"; la tomé entre mi mano temblorosa y comencé a sospechar que esa perra no era simplemente eso.
Continué caminando mientras limpiaba con cuidado la conchita, que no era más que la mitad de la misma. La meta que me había fijado se veía cada vez más lejana, pero ahora tenía quien me acompañara. Sospechando de la identidad del animal, comencé a platicar con él. Entonces generamos muchas ideas y nos reímos y el mar pasó bajo nuestros pies. Antes de que me diera cuenta ya habíamos llegado a la meta propuesta. Llegando ahí, ella se alejó a olfatear unas píedras; creí que había llegado el momento de separarnos y le agradecí que me hubiera acompañado esos metros; entonces dí la vuelta para caminar de regreso. Ella me vio y corrió inmediatamente hacia mí, y con su pata delantera acarició mi pantorrilla, como diciendo: aquí sigo.
La casi media hora de regreso transcurrió bajo un sol que se empeñaba en hacerse notar. Mi cuello ardía y me faltaban las fuerzas, pero la visión del mar mitigaba todo. Ví fantasmas, olores, deseos y algas marinas. Ella continuaba fiel junto a mí. Comencé a preocuparme por la despedida ¿Cómo explicarle que le agradecía la caminata, pero que no me podría quedar con ella, ni llevármela a casa? Sin embargo, a unos cien metros de la escalera, mientras yo me preguntaba qué se hace con una despedida así, algo sucedió: un apuesto perro huskey corrió hacia ella. Ambos disfrutaron a saltos la orilla del mar, entonces supe que estaría bien, que no me iba a extrañar. Continué con paso apresurado hacia la escalera, pero de nuevo no estaba sola, ahora ella y su recién encontrado me acompañaban en el ascenso. Me preocupé realmente.
Ya estando en la banqueta superior, decidí que tenía que recompensar de algún modo esa agradable compañía, de modo que, en contra de mi principio lunético, fui a una tiendita a comprarle algo de comer, pues la noté hambrienta cuando pasamos junto a un montón de basura. No encontré nada mejor que una bolsa de chicharrones de cerdo, y salí contenta a dárselos: inútil, se había ido.
Entonces comprendí y me senté en el cofre de mi carro, pensando en las razones que me llevan a siempre esperar recompensa por lo que hago.
Ya funciona
(Esto significa: Lector, vuélvelo a leer porque ya lo terminé)
Hace rato andaba caminando por playas de Tijuana. Fui a buscar al mar lo que en la tierra no puedo ver a los ojos. No había desayunado, de modo que mi caminata resultó un evento casi ascético. Hubiera podido llegar a algun café a comprar algo, pero, como todos los lunes, el contacto humano me resultó insoportable, por lo que preferí morirme de hambre antes de tener que tolerar a alguien.
Caminé hasta la ridícula división que instalaron entre el mar norteamericano y el mexicano (lo cual, por supuesto, no existe). Había parejas, familias y una que otra solitaria(o) como yo. El mar era especialmente atrayente, no sólo para conversar con él (pues he decidido que esta semana solamente hablaré con los seres que no utilizan el habla), sino también para recordar.
Anduve dando pasos pequeños, de esos en los que suelo arrastrar los pies, deteniéndome de vez en cuando a llorar un poco(muy recomedable por las mañanas) y luego continuaba. No sé si fue mi estado, o mi olor (me había bañado en la noche) o de plano algo se me notaba; la cosa es que después de fijarme una meta y caminar mucho más allá de la zona "turística", una curiosa perrita se dio a la tarea de acompañarme. Al inicio me dio miedo, pues andaba jugando con un pitt bull, pero luego abandonó sus juegos y me siguió. No habían pasado tres minutos cuando se detuvo a escarbar en la arena. Me incliné para observar lo que desenterraba y observé una conchita blanca muy frágil, de las llamadas "silver dollar"; la tomé entre mi mano temblorosa y comencé a sospechar que esa perra no era simplemente eso.
Continué caminando mientras limpiaba con cuidado la conchita, que no era más que la mitad de la misma. La meta que me había fijado se veía cada vez más lejana, pero ahora tenía quien me acompañara. Sospechando de la identidad del animal, comencé a platicar con él. Entonces generamos muchas ideas y nos reímos y el mar pasó bajo nuestros pies. Antes de que me diera cuenta ya habíamos llegado a la meta propuesta. Llegando ahí, ella se alejó a olfatear unas píedras; creí que había llegado el momento de separarnos y le agradecí que me hubiera acompañado esos metros; entonces dí la vuelta para caminar de regreso. Ella me vio y corrió inmediatamente hacia mí, y con su pata delantera acarició mi pantorrilla, como diciendo: aquí sigo.
La casi media hora de regreso transcurrió bajo un sol que se empeñaba en hacerse notar. Mi cuello ardía y me faltaban las fuerzas, pero la visión del mar mitigaba todo. Ví fantasmas, olores, deseos y algas marinas. Ella continuaba fiel junto a mí. Comencé a preocuparme por la despedida ¿Cómo explicarle que le agradecía la caminata, pero que no me podría quedar con ella, ni llevármela a casa? Sin embargo, a unos cien metros de la escalera, mientras yo me preguntaba qué se hace con una despedida así, algo sucedió: un apuesto perro huskey corrió hacia ella. Ambos disfrutaron a saltos la orilla del mar, entonces supe que estaría bien, que no me iba a extrañar. Continué con paso apresurado hacia la escalera, pero de nuevo no estaba sola, ahora ella y su recién encontrado me acompañaban en el ascenso. Me preocupé realmente.
Ya estando en la banqueta superior, decidí que tenía que recompensar de algún modo esa agradable compañía, de modo que, en contra de mi principio lunético, fui a una tiendita a comprarle algo de comer, pues la noté hambrienta cuando pasamos junto a un montón de basura. No encontré nada mejor que una bolsa de chicharrones de cerdo, y salí contenta a dárselos: inútil, se había ido.
Entonces comprendí y me senté en el cofre de mi carro, pensando en las razones que me llevan a siempre esperar recompensa por lo que hago.
jueves, octubre 30
HIDROPENSAR
La velocidad de las gotas que caen de mi ojos se incrementa cuando saben que no darán en el blanco.
°
Mi cuerpo se has solidarizado tanto con los incendios de San Diego, que todos estos dias has estado intentando apagarlos a base de lágrimas.
°
Creo que la frecuencia de mi llanto se debe a mi gastritis: estoy llena de gases lacrimógenos.
martes, octubre 28
PROCRASTINATOR
Lo acepto hoy, pero igual preferiría aceptarlo mañana. Tengo una compulsión a posponer los eventos, las decisones, las cosas y por supuesto, la vida.
Pospuse mi adolescencia hasta casi los catorce años y, como siempre, llegué tarde con todo y sus consecuencias. Se me aplica a la perfección el no dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana. Y así me voy posponiendo siempre. La cosa es que soy responsable (si?), lo cual significa que no dejo de hacer las cosas, solamente que las hago en el último minuto.
Ahora que estoy a unos meses de cumplir treinta años, me he dado a la tarea de apurarme lo más que puedo para llegar a los treinta, de treinta. Para esto he estado viviendo meses e incluso días, que me dan la vivencia de años. No le recomiendo a nadie esto, pues lo que se debería de asimiliar en, digamos, tres años, viviéndolo de esta manera se asimilia en seis días, y el desgaste físico y mental es agobiante.
Lo bueno es que todavía me faltan seis meses para los treinta, y ya siento que ando por ahí de los veintiséis, asi que cuatro años en seis meses da un promedio de .66 años por mes, lo cual me pronostica un futuro mejor. Todavía tengo tiempo, mucho tiempo.
Lo acepto hoy, pero igual preferiría aceptarlo mañana. Tengo una compulsión a posponer los eventos, las decisones, las cosas y por supuesto, la vida.
Pospuse mi adolescencia hasta casi los catorce años y, como siempre, llegué tarde con todo y sus consecuencias. Se me aplica a la perfección el no dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana. Y así me voy posponiendo siempre. La cosa es que soy responsable (si?), lo cual significa que no dejo de hacer las cosas, solamente que las hago en el último minuto.
Ahora que estoy a unos meses de cumplir treinta años, me he dado a la tarea de apurarme lo más que puedo para llegar a los treinta, de treinta. Para esto he estado viviendo meses e incluso días, que me dan la vivencia de años. No le recomiendo a nadie esto, pues lo que se debería de asimiliar en, digamos, tres años, viviéndolo de esta manera se asimilia en seis días, y el desgaste físico y mental es agobiante.
Lo bueno es que todavía me faltan seis meses para los treinta, y ya siento que ando por ahí de los veintiséis, asi que cuatro años en seis meses da un promedio de .66 años por mes, lo cual me pronostica un futuro mejor. Todavía tengo tiempo, mucho tiempo.
domingo, octubre 26
ROJO
Había esperado muchos años al sol rojo. Lo observé un día mientras tuve una visión de mi persona en el desierto, sintiéndome unida a un grupo de desconocidos, mientras cantábamos algo incomprensible. Entonces observé el sol rojo en el horizonte y supe que el día que lo viera en el cielo que consideramos real, sería el inicio.
El inicio de qué, lo desconozco. Puedo argumentarme que de todas maneras siempre se incia algo, que siempre se está en un proceso, que el cambio es el estado esencial del ser; pero ese sol rojo muestra el inicio de uno de esos cambios que SI se perciben, de esos que provocan un giro en el camino que se lleva, hacia uno con corazón. Dice un chamán yaqui que todos los caminos son los mismos, que no te llevan a ninguna parte, pero uno tiene corazón y otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.
El sol rojo me recuerda que estoy destinada a volar. Claro que nadie nunca me verá pasar por encima del Hotel Camino Real, o de la Garita de San Ysidro, pero yo sabré en qué momento iniciaré a hacerlo. Sé que, como dice el mismo chamán, aunque me amarre una roca a una pierna, lo haré, aunque terminemos volando la roca y yo.
Mircea Elíade explica que el que deseo de volar no es sino un intento por trascender la condición humana. Romper el tejado de la casa. Ascender. Eso me anuncia la visión del sol rojo, no importa que lo vea así porque los gringos, en su intento por destruir el Amazonas, han construído todas las casas de madera y ahora se está incendiando San Diego.
Hoy es el primer día,
por eso será más corto, y la noche terminará pronto con él, porque el primer día siempre es corto, porque lo que trasciende dura instantes solamente, porque los instantes se pueden prolongar mientra estemos en la disposición de permanecer.
Si te aburre la vida y deseas algo que la condimente, dí la verdad.
Habrá miles de explicaciones científicas, pero el hecho que la ceniza descienda sobre la ciudad no es coincidencia. La ceniza es símbolo de renacimiento. Algo ha muerto e inicia un nuevo ciclo. El viento habla con las voces de lo muertos.
Un nuevo sol ha salido, un sol que significa muerte y vida.
Es imposible elegir ambas.
Había esperado muchos años al sol rojo. Lo observé un día mientras tuve una visión de mi persona en el desierto, sintiéndome unida a un grupo de desconocidos, mientras cantábamos algo incomprensible. Entonces observé el sol rojo en el horizonte y supe que el día que lo viera en el cielo que consideramos real, sería el inicio.
El inicio de qué, lo desconozco. Puedo argumentarme que de todas maneras siempre se incia algo, que siempre se está en un proceso, que el cambio es el estado esencial del ser; pero ese sol rojo muestra el inicio de uno de esos cambios que SI se perciben, de esos que provocan un giro en el camino que se lleva, hacia uno con corazón. Dice un chamán yaqui que todos los caminos son los mismos, que no te llevan a ninguna parte, pero uno tiene corazón y otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hace fuerte, el otro te debilita.
El sol rojo me recuerda que estoy destinada a volar. Claro que nadie nunca me verá pasar por encima del Hotel Camino Real, o de la Garita de San Ysidro, pero yo sabré en qué momento iniciaré a hacerlo. Sé que, como dice el mismo chamán, aunque me amarre una roca a una pierna, lo haré, aunque terminemos volando la roca y yo.
Mircea Elíade explica que el que deseo de volar no es sino un intento por trascender la condición humana. Romper el tejado de la casa. Ascender. Eso me anuncia la visión del sol rojo, no importa que lo vea así porque los gringos, en su intento por destruir el Amazonas, han construído todas las casas de madera y ahora se está incendiando San Diego.
Hoy es el primer día,
por eso será más corto, y la noche terminará pronto con él, porque el primer día siempre es corto, porque lo que trasciende dura instantes solamente, porque los instantes se pueden prolongar mientra estemos en la disposición de permanecer.
Si te aburre la vida y deseas algo que la condimente, dí la verdad.
Habrá miles de explicaciones científicas, pero el hecho que la ceniza descienda sobre la ciudad no es coincidencia. La ceniza es símbolo de renacimiento. Algo ha muerto e inicia un nuevo ciclo. El viento habla con las voces de lo muertos.
Un nuevo sol ha salido, un sol que significa muerte y vida.
Es imposible elegir ambas.
viernes, octubre 24
WARNING:The U.S. State department wants you to be afraid... very afraid. A quick scan of their web shows that most of the world has been declared America-unfriendly due to 9/11 and the subsequent Iraq invasion. Last July, the State Department issued a blanket "worldwide caution" that warns that U.S. citizens overseas to keep a vigilant eye out for potential terrorist threats from hijacking, kidnapping, and suicide operations.
"These may" the advisory continues, "include clubs, restaurants, places of worship, schools, hotels...and beaches." Remember, this includes the entire world, even France.
El texto anterior fue tomado de la revista Surfer, en la cual no tiene otro objetivo que instar a las personas a que viajen a surfear a otros paises, pues, según el texto, estadísticamente tienen la misma probabilidad de que los ataque un tiburón o un terrorista. Sin embargo, este texto muestra claramente la política de control que maneja Estados Unidos para mantener a la población asustada y consumiendo protección del gobierno. Tema central del magnífico documental que será exhibido proximamente en las salas cinematográficas de la ciudad.
Hace unos días vi en los carteles que están dentro de Cinépolis Río el anuncio de la película "Masacre en Columbine" que es la traducción de "Bowling at Columbine", un documental norteamericano de los mejores que se han hecho en ese género. El documental fue producido y protagonizado por Michael Moore, quién aprovecha el reconocimiento que tiene en el ambiente hollywoodense para hace una aguda crítica a la política armamentista de los Estados Unidos, desde los más altos grado del gobierno hasta la venta de balas en la Wal-Mart. Un intento por hacer despertar a sus compatriotas del miedo inducido por su propio gobierno a través de todos los medio,s para que la población no tenga más remedio que acudir a su presidente como el único que los puede salvar de esas terribles amenzas que van desde los terroristas hasta la pasta de dientes.
La película comienza cuando Michael Moore entra a un banco del suburbio en el que sucedió la masacre en la preparatoria y, en ese lugar, y sin mas requisito que llenar una forma en la que asegura que no es un enfermo mental, le venden una escopeta totalmente cargada.
La temática gira alrededor de la masacre, pero no es para nada un documental de la misma. El productor recurrea a un sinnúmero de fuentes para tratar de indagar las razones por las cuales se dan esas tragedias en los Estados Unidos. Encuentra, por ejemplo, que en el suburbio en que sucedió la masacre existe una planta de fabricación de misiles para el gobierno, y que cada noche transitan por ahí los camiones que los llevarán a su destino. Encuentra que dos horas antes de que Clinton anunciara sus condolencias a las familias de los jóvenes asesinados, había ordenado el bombardeo más intensivo que se dio sobre Kosovo. Aquí se lamentaban unos cuanto muertos, allá se acribillaban cientos.
Moore se remonta a los orígenes de los conflictos con Afghanistán e Irak, y muestra imágenes de hace décadas en las que E.U. proveía de armamento a Irak y entrenaba a Bin Laden; así como también imágenes devastadoras de los resultados de los bombaredeos décadas después contra estos paises.
En el documental, Moore satiriza varias escenas con caricaturas y un fondo musical irónico. Combina de manera excelente varios recursos visuales para hacer atractivo el documental; de modo que además de su fuerte contenido crítico contra la sociedad de la que forma parte, es absolutamente entretenido.
Moore persigue actores hasta sus casas para cuestionarlos acerca de la promoción que hacen a los rallys de armas. Acompañado de dos muchachos que fueron víctimas de la masacre en la preparatoria, hace plantones en las oficinas corporativas de la K-mart para exigir que retiren la venta de balas. Viaja hasta Canadá para tratar de entender por qué la gente de ahí, a pesar de poseer armas en sus domicilios, no las utilizan contra sus semejantes. Incluso entrevista a Marilyn Manson, quién emite opiniones más sensatas que los voceros del Departamento de Estado.
Así que no duden en ir a verla en cuanto la pongan en cartelera. Recuerden “Masacre en Columbine”. Y si alguien por algunas razón no puede, yo la tengo grabada en videocassette y con mucho gusto la prestaría.
"These may" the advisory continues, "include clubs, restaurants, places of worship, schools, hotels...and beaches." Remember, this includes the entire world, even France.
El texto anterior fue tomado de la revista Surfer, en la cual no tiene otro objetivo que instar a las personas a que viajen a surfear a otros paises, pues, según el texto, estadísticamente tienen la misma probabilidad de que los ataque un tiburón o un terrorista. Sin embargo, este texto muestra claramente la política de control que maneja Estados Unidos para mantener a la población asustada y consumiendo protección del gobierno. Tema central del magnífico documental que será exhibido proximamente en las salas cinematográficas de la ciudad.
Hace unos días vi en los carteles que están dentro de Cinépolis Río el anuncio de la película "Masacre en Columbine" que es la traducción de "Bowling at Columbine", un documental norteamericano de los mejores que se han hecho en ese género. El documental fue producido y protagonizado por Michael Moore, quién aprovecha el reconocimiento que tiene en el ambiente hollywoodense para hace una aguda crítica a la política armamentista de los Estados Unidos, desde los más altos grado del gobierno hasta la venta de balas en la Wal-Mart. Un intento por hacer despertar a sus compatriotas del miedo inducido por su propio gobierno a través de todos los medio,s para que la población no tenga más remedio que acudir a su presidente como el único que los puede salvar de esas terribles amenzas que van desde los terroristas hasta la pasta de dientes.
La película comienza cuando Michael Moore entra a un banco del suburbio en el que sucedió la masacre en la preparatoria y, en ese lugar, y sin mas requisito que llenar una forma en la que asegura que no es un enfermo mental, le venden una escopeta totalmente cargada.
La temática gira alrededor de la masacre, pero no es para nada un documental de la misma. El productor recurrea a un sinnúmero de fuentes para tratar de indagar las razones por las cuales se dan esas tragedias en los Estados Unidos. Encuentra, por ejemplo, que en el suburbio en que sucedió la masacre existe una planta de fabricación de misiles para el gobierno, y que cada noche transitan por ahí los camiones que los llevarán a su destino. Encuentra que dos horas antes de que Clinton anunciara sus condolencias a las familias de los jóvenes asesinados, había ordenado el bombardeo más intensivo que se dio sobre Kosovo. Aquí se lamentaban unos cuanto muertos, allá se acribillaban cientos.
Moore se remonta a los orígenes de los conflictos con Afghanistán e Irak, y muestra imágenes de hace décadas en las que E.U. proveía de armamento a Irak y entrenaba a Bin Laden; así como también imágenes devastadoras de los resultados de los bombaredeos décadas después contra estos paises.
En el documental, Moore satiriza varias escenas con caricaturas y un fondo musical irónico. Combina de manera excelente varios recursos visuales para hacer atractivo el documental; de modo que además de su fuerte contenido crítico contra la sociedad de la que forma parte, es absolutamente entretenido.
Moore persigue actores hasta sus casas para cuestionarlos acerca de la promoción que hacen a los rallys de armas. Acompañado de dos muchachos que fueron víctimas de la masacre en la preparatoria, hace plantones en las oficinas corporativas de la K-mart para exigir que retiren la venta de balas. Viaja hasta Canadá para tratar de entender por qué la gente de ahí, a pesar de poseer armas en sus domicilios, no las utilizan contra sus semejantes. Incluso entrevista a Marilyn Manson, quién emite opiniones más sensatas que los voceros del Departamento de Estado.
Así que no duden en ir a verla en cuanto la pongan en cartelera. Recuerden “Masacre en Columbine”. Y si alguien por algunas razón no puede, yo la tengo grabada en videocassette y con mucho gusto la prestaría.